Cada semana hago un repaso visual por las cosas que como y a estas alturas a todo el mundo le debería quedar bien claro que soy de los que prefieren hacerlo todo en casa y cada vez evito más y más las comidas ya preparadas que venden en supermercados (incluso las congeladas) y hasta la bollería que tienen. Huelga decir que el rato que paso cocinando lo disfruto enormemente y los agradecidos estómagos de mis vecinos parece que disfrutan aún más con los productos que salen de la misma. Este año quería hacer en casa un Roscón de Reyes, picado porque un compañero de mi empresa en Madrid me mandó una receta y me dijo que era muy fácil y también porque la última vez que estuve por Málaga (o más bien la penúltima), la mujer de mi amigo Sergio perparó uno usando la máquina esa que hace comida y de la que hay tantas bitácoras con recetas. Esta anotación debería haber aparecido en algún momento de enero, después de elegir la receta y hacerla pero un suceso inesperado adelantó las fechas e hice mi primer Roscón hace ya algo más de una semana. La receta que al final seguí la encontré en aquí y en ese lugar encontraréis un montón de fotos con todo el proceso. Los cambios que le he hecho son mínimos. En Holanda encontrar fruta escarchada no es tarea fácil y lo único que conseguí fueron unas cerezas de múltiples colores con las que me apañé. La receta también tiene agua de azahar (de la de cocinar), la cual me traje de España en una de mis visitas del año pasado y uso en un par de recetas como toque secreto para que los locales no consigan que las cosas les sepan igual. Con las cantidades de esta receta sale un roscón de medio kilo o se puede dividir y hacer dos más pequeños.
Los ingredientes: 250 gramos de harina, 60 gramos de azúcar, 60 gramos de mantequilla blanda (a temperatura ambiente), 1 huevo, 25 ml de leche tibia, 35 ml de agua tibia, un poco de sal, la ralladura de 1/4 de limón, la ralladura de 1/4 de naranja, 1 cucharadita de agua de azahar, 2 cucharaditas de ron miel (o en su defecto de ron añejo, carta de oro o para aquellos más torpes, ron que no sea transparente como el agua) y 10 gramos de levadura en polvo (no la química). Para la decoración usé 1 huevo, 20 ml de nata líquida, almendras fileteadas (unos 30 gramos), 50 gr. de fruta escarchada (que en mi caso fueron cerezas porque no conseguí más nada), 50 gramos de azúcar y un poco de agua.
No he incluido en la receta ni el haba ni el rey que se pone en el interior.
La implementación: Comenzamos con tiempo ya que hay que dejar reposar en varias ocasiones para que la masa crezca. Yo hice algo de trampa y colocaba el bol junto a la calefacción y parece que eso ayudó un poco, aunque tardé unas cuatro horas en total. Comenzamos tamizando la harina y separando cincuenta gramos, los cuales ponemos en un bol pequeño junto con el agua (tibia) y la levadura y lo mezclamos haciendo una bola que dejamos fermentar (alrededor de media hora en un ambiente cálido, que no caliente, ya que la levadura deja de actuar por encima de los 50 grados). Una vez la masa ha crecido ponemos en un bol grande (o en el recipiente de la Kenwood Chef) el resto de harina y se mezcla con el huevo, el azúcar, la leche tibia, las ralladuras de limón y naranja, la cucharadita de azahar y de ron miel (o más concretamente, lo mezclamos todo salvo la mantequilla y la bola que tenemos en el otro bol). Cuando esté bien mezclado se añade la masa de la levadura con harina y comenzamos a poner la mantequilla poco a poco, sin parar de amasar, con lo que el accesorio de la Kenwood Chef que hay que usar es el de amasar u os lo tendréis que currar a mano. Después de unos minutos se comenzará a formar una bola elástica. Si veis que está muy pegajosa y no se separa del recipiente, añadir un poco más de harina (unos gramos).
Dejamos reposar la bola para que fermente y doble el tamaño, lo cual en mi caso le tomó tres cuartos de hora. Cuando haya crecido, trabajamos de nuevo la masa y le damos forma de bola. La dejamos reposar un par de minutos y comenzamos a preparar el roscón. Metemos el dedo índice en el centro de la bola y hacemos un agujero desde el que comenzaremos a darle forma al roscón, agrandándolo hasta que tenga más de veinte centímetros de diámetro. En este momento es cuando podéis poner en el interior de la masa el haba y el regalo. Ponemos el roscón en la bandeja del horno, cubierta con papel para hornear. La dejamos reposar para que vuelva a doblar el tamaño, lo cual le tomó una horita.
Cuando veáis que ya ha crecido, se enciende el horno a 200 grados. Cogemos el huevo y lo batimos, mezclándolo con la nata. Con esta mezcla barnizamos el roscón. Después colocamos la fruta escarchada y las almendras. Finalmente, cogemos el azúcar que tenemos para decorar y lo mojamos ligeramente y salpicamos el roscón con estos pegotes de azúcar asegurándonos que estén por toda la parte superior. Se hornea durante unos doce minutos. Al terminar, lo sacamos del horno y cuando esté algo frío lo separamos del papel de hornear.
Aparte del tiempo que toma para que la masa crezca, la mayor dificultad es tener los ingredientes. Por lo demás, cualquiera puede hacerlo y os asombraréis con la diferencia de sabor respecto de los comerciales.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa
4 respuestas a “Roscón de Reyes”
¡Que pinta tiene!
Salud
Hola paisano! Buscando recetas de roscon me encontre con tu blog 🙂 Que bien otro emigrado por estas tierras 🙂 Me podrias echar un cable? Que harina usaste? Y la levadura, donde la comprarstes? Muchas gracias!
Un saludo desde el norte de las Holandas,
Reina
Harina normal, que no sea de repostería. En holandés la llaman Tarwebloem y la levadura, la seca, que viene en sobres (y no la levadura química o baking powder).
Muchas gracias. Voy a probar a ver que tal sale 🙂 Ya te contare.