Scream


Hoy tenemos una rareza y algo difícil de explicar para un ser modesto y sencillo como yo. Resulta que hace la tira de años, allá por 1996, se estrenó la maravillosa Scream: Vigila quién llama – Scream, de la que he hablado por aquí gracias a la magia del cine digital y tal y tal y casualmente, en el mejor blog sin premios en castellano también tenemos Scream 4, que fue bastante mediocre. Le han dado al botón de reset pero sin resetear y han hecho una nueva película reinventando el concepto. Se trata de Scream, que para complicarlo es como la han llamado tanto en gringolandia como en España.

Una julay regresa a Jinamar para acompañar a la penca de su hermana o algo así.

Con o sin reseteo, que en la película a esto lo llaman una re-quel, esta es la quinta película de la serie y las hembras originales y el macho original vuelven a aparecer, ya que aunque los asesinatos siguen a un grupo de gente joven y guapa que no tiene operaciones a porrillo en sus jetas, siempre acaban involucrando al clan original y siempre tenemos escena brutal con los originales y los nuevos luchando codo con codo para matar a los nuevos asesinos, que por más que lo intentan, en esta serie de películas los asesinos siempre mueren y son sustituidos por otros igual de asesinos.

Esta serie es fantástica y tiene sus propias reglas, establecidas en la primera película y tuneadas en las continuaciones y seguramente por eso gusta tanto, porque todos los que estamos en el cine nos hemos visto las películas anteriores, hemos disfrutado enormemente con ellas y nos sentimos cómplices de lo que sucede en la pantalla. Tenemos a un montón de gente nueva entre los que destaca Jack Quaid, que es clavadito, clavadito a su padre y a su madre. Creo que ya lo he dicho pero lo repito, no sé dónde encontró el cirujano plástico Courteney Cox, pero le ha hecho un trabajo chunguísimo, parece una muñeca inflable pero mal de aire. Por suerte y pese a su aspecto tan cutre, la historia es entretenida y divertida y por supuesto, los asesinatos son delirantes y cachondos y fastuosos y absurdos y todo lo que esperamos de una saga sin lógica alguna, que aquí entra un asesino a un hospital, corta la luz y no aparece nadie por la planta y en estas películas esto parece hasta normal. Te ríes y te sientes culpable por reirte porque es, sin lugar a dudas, un placer culpable.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, organiza una visita al cine con la manada al completo, incluyendo las hembras, que estas oportunidades de magreo no se te presentan a menudo. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, tú sigue revolcándote en tus mierdas.


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