Shot Caller


La película sorpresa de la semana está ultimamente dedicada a cine raro, a películas obscuras de las que nunca antes oí nada y que son como los bombones del tonto aquel de esa película tan conocida, un pre-estreno resulta un hallazgo increíble y el siguiente es un bodrio y el otro te deja totalmente indiferente, que es más o menos lo que provoca la película que voy a comentar hoy, titulada Shot Caller y que parece destinada a pasar desapercibida en todo el universo pese a que en España ya han impreso los carteles con el bellísimo título de truscoluña no es nación.

Un julay enchironao se junta con la peña del Güaca para que no le hagan pupita en su chocho de hombre

Un pavo acaba en la cárcel tras un accidente de coche en el que muere un chamo por culpa de conducir bebido. Allí sabe que su única opción para mantener su chocho de hombre sin pollote es juntarse con una banda y eso hace. Resulta que el chamo es muy eficiente y hasta conoce todos los números del tres al siete o algo así con lo que se convierte en alguien importante en la bandilla. Cuando una purriada de años más tarde lo sueltan, tiene que hacer un trabajo para la banda, lidiar y torear a la familia que no quiere ver y evitar que la pasma lo capture. El colega es un chamo muy ocupado.

Yo nunca he sido de thriller y este no será el que me atraiga al género. Comenzamos con una película de parejas, después pasamos a drama carcelario y a partir de ahí está eso mezclado con los criminales preparando su crimen y ejecutándolo. Demasiada cosa en una misma historia y pasa lo que siempre, que se difuminan las ideas y acabamos con el cabezote metido en un batiburrillo de muchas movidas en el que no todas funcionan. Particularmente creo que la parte carcelaria fue la más interesante y el resto sobraba. No reconocí a ningún protagonista, aunque creo que el principal es un actor de la serie esa de Juego de Julandros que tanto os gusta. La historia acaba aburriendo y más porque es que llega a las dos horas y le sobran tranquilamente treinta minutos, quizás alguno más. La película no gana intensidad según transcurre y eso es brutalmente negativo. Para cuando llega el final, como que nos la trae al fresco, fresco que fue lo único que retenía a muchos en el cine, ya que hay aire acondicionado. Esto es más bien un telefilm y seguro que tendrá su momento de gloria cuando pase por la pequeña pantalla y muchos se emocionen hasta las lágrimas pensando que es un clásico incunable.

Por más que muchos de los protagonistas tengan el cuerpo petado de tatuajes, no creo que atraiga a los miembros del Clan de los Orcos y tampoco a los sub-intelectuales con GafaPasta. Lo dicho, para ver en la tele.


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