Snowden


Este fin de semana ha sido bastante movidito en lo relativo al cine ya que he visto un montón de películas y la peli que voy a comentar la había programado para el jueves por la tarde pero estaba cayendo tal diluvio universal que desistí y la moví al domingo de la tarde, haciendo algo que no me gusta demasiado y que es comentar la película en super-caliente. Se trata de Snowden y al parecer estuvo en los cines españoles hace algo más de un mes con el mismo título y el subtítulo de truscoluña no es nación.

Un julay se chiva de las movidas del Obama

Todos conocemos el relato, el chamo del Snowden lanzó la bomba informativa desde Hong Kong y después acabó exiliado en Rusia con avión presidencial boliviano puesto en tierra porque los gringos se pensaban que el chamito tan amigo del destructor de Venezuela lo llevaba en su avión. La película nos lleva por Snowden entrando en la CIA, dejándola desencantado tras una movida en Ginebra y regresando como contratista para hacer movidas sucias en Japón y algunos lugares de los Estados Unidos. En paralelo a esto vemos como se gestó la bomba informativa y su relación con la chama a la que se la empeta.

Siendo una película del director Oliver Stone, siempre tengo sentimientos mixtos ya que en el pasado puede que fuera grandioso pero él también es el responsable de la puta mierda del copón de Alexander – Alejandro Magno, película que recuerdo y se me erizan hasta los pendejos del repeluz tan grande que me da y sin embargo consiguió hacer algo decente en World Trade Center aunque recayó en la mediocridad con Wall Street. El dinero nunca duerme – Wall Street: Money Never Sleeps y pareció recuperar su musa con la fantástia Salvajes – Savages que fue la última que fui a ver ya que su lameteo de culo de dictadores cubano y venezolano me la sudaban. Ahora vuelve a un tema más de historia americana y tengo que decir que en cuerta forma me ha decepcionado, la película es demasiado sosa, demasiado blanda, se empeña en mostrarnos minutos y más minutos de la novia del Snowden que a nadie le interesan, se fija en detalles estúpidos y lo realmente interesante, la traición a la patria y lo que vino después, lo maltrata y lo presenta de mala manera. Todo esto es culpa del director ya que Joseph Gordon-Levitt borda a Snowden pero con eso no basta, la película carece de un buen ritmo, los saltos temporales no ayudan y el llevar en paralelo la vida de Snowden y lo que lo hizo famoso e ir insertando piezas de lo uno dentro de lo otro no fue una buena idea. Hay muchos momentos de propaganda política que no cuajan y es una pena, porque lo que sí que está claro es que Obama, el primer presidente casi-negro de los Estados Unidos fue el que permitió, maceró y alimentó el mayor sistema de espionaje al estilo Orwell del universo conocido. Lo hizo tan bien que resultará difícil que el pollaboba cabeza-hueca del Trump lo logre superar. En fin, que ha sido una pequeña decepción.

No es cine para los miembros del Clan de los Orcos y pese al nombre del director, no creo que tenga el caché necesario para atraer a todos los sub-intelectuales con GafaPasta, aunque sé que muchos irán al cine a verla. Se puede esperar y verla por la tele.


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