Por suerte, en la cartelera de los cines con virus parece que los documentales sobreviven mucho mejor que en la de antes del virus y hay varios que pasan por las pantallas una o dos veces por semana y consiguen atraer a una cantidad considerable de público, que yo voy también a las otras películas y puedo afirmar y afirmo que en algunas, estoy solo, solito, solo y supuestamente son estrenos. Hoy tenemos un documental con al menos tres títulos, el original, el gringo, es 21 Years: Quentin Tarantino, yo lo vi como QT8: The First Eight y en España se estrenó en el estrimin ese y seguramente algún día en La2 como Tarantino total, que mira que le han puesto salero al título en español.

Todo sobre el julay ese que tiene una barbilla chunguísima

A través de entrevistas con algunos de los que han trabajado junto a Quentin Tarantino durante sus primeras ocho películas, vamos conociendo algunas cosas sobre lo que sucedió en esos rodajes, aunque nunca, nunca, nunca hablan con el susodicho.

Con Tarantino, parece que estoy rodeado de gente que lo adora y yo soy la única voz discordante porque algunas de sus películas me han parecido malísimas y concretamente, entre esas ocho, Los odiosos ocho – The Hateful Eight me pareció un masque pretensioso del copón e Inglourious Basterds – Malditos bastardos otro masque en el que se las pretendía dar de intelectual poniendo a gente hablando en otros idiomas. El documental toca estas y las otras seis películas y descubrimos algunas cosillas y vemos más o menos al equipo fijo de actores y profesionales que trabaja con el director, que suele regresar siempre a los mismos. Entretiene bastante y está más o menos organizado por películas y aunque no hay ninguna nueva información que desconocías y que te dejará alucinando, sigue siendo una buena manera de hacer un recorrido por la obra del director y como coincidió que unos días después fui a ver las únicas de sus películas que son dos partes para una historia, pues me vino de perlas.

Esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos porque el concepto de documental no tiene cabida en sus cabezones. Sí que puede interesar a los más jóvenes de los sub-intelectuales con GafaPasta.