Cuarto día de buceo en Guraidhoo, tiburones grises de arrecife y águilas marinas


El relato comenzó en Desde Utrecht a Fuvamulah

Después de la última inmersión del día anterior, el nivel estaba muy alto. En mi pensión o B&B o como lo queráis llamar, me habían dicho que el desayuno de este día era maldiviano, que a mí me gusta. Me levanté más ilusionado que la Veneno con unas bragas nuevas y tras el trusco, que sigue sin ser jiñote, fui a desayunar. En realidad el chamo combinó el desayuno maldiviano con el desayuno normal y aquello era un encochinamiento y yo no puedo bajar al fondo marino del agua del mar con dos kilos de lastre en el trípote, que recordemos que yo soy bulímico-del-coño y no mórbido como los que antes comentaban y ya no lo hacen. Me comí lo que pude y le dije al hombre que procure que le crezcan los cataplines y que sea capaz de tomar una decisión, que o me hace uno o el otro, pero no los dos desayunos. Me fui al club de buceo y me dijeron que íbamos a Guraidhoo Corner, que a mí los nombres me confunden porque ya estuve en Cocoa Corner, que es básicamente en el mismo lugar, pero del otro lado. Empezábamos con algo de corriente y aguas inestables hasta llegar a la esquina y una vez girábamos la corriente tiraba de nosotros y sería más agradable. Iba yo con dos Dive Masters, saltamos al agua y ellos bajaron mucho más rápido que yo, pero es que yo llevo tres kilos de plomo y con todo lo que llevaba en el estómago es que floto y fui bajando poco a poco, como una hoja que cae de un árbol tras la destrucción podemita y truscolana. Al llegar a la esquina, vimos un espectáculo con tiburones de arrecife grises, que son bellísimos, águilas marinas volando frente a nosotros (creo que el término científico en español es Obispo o ratón, ya lo miraré y borraré el incorrecto) y hasta algún tiburón de punta de aleta blanca además de un banco de peces gigantesco. Estuvimos allí un rato hasta que seguimos y ya nos enganchamos a la corriente y por el camino vimos dos tortugas, algún tiburón, unos corales espectaculares y labios dulces, que son unos peces preciosos que te dan ganas de llevártelos y sacarlos a pasear con correa para ser la envidia del barrio. Una inmersión muy productiva y espectacular.

Volvimos al club y para la segunda decidimos ir de nuevo al punto de la decepción, que es como llamo yo al lugar de las mantas porque siempre que vamos no las vemos. Era el mismo del día anterior, Back Aquarium. Como esperaba, las mantas estaban en la superficie pero no vimos ni una en el fondo, ni una, que ya me da igual, las voy a borrar de mis animales favoritos y no pienso firmar una sola petición para salvarlas si entran en peligro de extinción, que aquí la maldad tiene dos filos y el mío seguro que es más afilado. Recorrimos la zona de nuevo, que es espectacular, con construcciones preciosas de coral, con millones de pececillos pequeños que crecen escondiéndose en el coral para que no se los coman y con unos colores apabullantes porque no es una inmersión muy profunda.

Para almorzar regresé al sitio que fui dos veces el día anterior, con la idea de tomarme un emparedado de atún pero acabé con una hamburguesa de atún. La tercera y última inmersión del día era con mi Dive Master favorito, el mismo con el que acabé el día anterior y regresamos a Kandooma Thila. De nuevo poca o ninguna corriente, así que bajamos directamente en la planicie y al poco vimos un tiburón y lo seguimos y nos encontramos con la estación de limpieza petada de tiburones de arrecife grises, tantísimos que se habían formado dos colas para limpiarse la boca, aquello era como cuando en el super abren otra caja, dos filas de tiburones en círculo y los pececillos trabajando. Se me olvida decir que al bajar nos molestaron unos peces pesadísimos que estaban en ese lugar cuando vine la vez anterior y que cuando descienden se te pegan a la cabeza para limpiarse con las burbujas y a veces te dan mordiscos en el pelo. Lo de los tiburones era fabuloso pero es que después vimos algún tiburón de punta de aleta blanca y primero vimos un águila marina fantástica y después otra y otra más y aquello era el despiporre. Además, nos pusimos justo al lado de la estación de limpieza, con lo que nosotros veíamos el espectáculo a nivel de campo y como veinte metros más atrás había un grupo de buceadores de isla resort de puro-lujo-Meri-Llein, que pagan un huevo y finalmente, los tratan con tanto mimo y cuidado que por miedo no los acercan y yo allí, como un campeón, bloqueándoles la vista. Después ess que hasta nos vieron haciendo un vídeo épico y legendario con un águila marina y resultó que el Dive Master fue uno con los que yo buceé la vez anterior y nos grabó y lo puso en las internetes. En la salida también estábamos viendo bancos de atunes y aparece un águila marina y la comenzamos a seguir y apareció viniendo hacia nosotros una raya de cola plumoza, que es magnífica y no la había visto nunca jamás antes y ya se nos jodió el plan y seguimos a la otra y todo eso mientras teníamos que subir porque estábamos a cinco minutos de deco y a sesenta bares de aire. En la subida, bancos de peces, otra águila marina es que aquello no acababa, era un puro espectáculo hasta que salimos del agua. Lo digo, lo repito, lo triplico y lo cuatripito, Kandooma Thila fue durante diez años el mejor punto de inmersión del universo conocido y por conocer excluyendo truscoluña, que no es nación y para mi sigue siéndolo, solo que ahora cuando votan por los sitios hay tantos bosmongolos y panolis votando por mierdas de sitios que no se merecen estar en ese ranking y este sitio, que es muy pero que muy pero que muy muy muy muy muy poco visitado, que en este día hemos ido siete buceadores en total más los Dive Masters y ni siquiera aparece en las listas de sitios espectaculares.

Al salir, helado celebratorio para todos. Después me di cuenta que con esta última inmersión ya he hecho treinta en estas vacaciones y me quedan cuatro y por lo que se ve, mañana me llevan a un sitio especial porque es mi último día de buceo para dos inmersiones nuevas y la tercera espero que sea en Kandooma Thila o alrededores. Después para cenar fui a un sitio en el que me dijeron que hacen las mejores hamburguesas y pizzas de la isla y me comí una hamburguesa de carne de vaca de las que hacen mú que estaba riquísima y tras eso, a mi cuarto para las obligatorias ocho horas de sueño profundo, que una máquina tan especializada como il Scelto necesita sus horas de recuperación como agua de junio.

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4 respuestas a “Cuarto día de buceo en Guraidhoo, tiburones grises de arrecife y águilas marinas”

  1. Yo creo que la falta en un buen jiñote, es porque tienes la barrigota llena de gases, por eso flotas… 🙂
    Salud

  2. No flotas por la comida de tu estómago, es que eres tan poquita cosa que tu densidad corporal es de risa, es el mismo efecto que el de las hojas que se lleva el viento.
    PD.- Como me echabas de menos, eh?

  3. Floto porque llevo poco plomo. Yo bajo con 3 kilos más lo que pesa el tanque de aire y eso limita mi velocidad de descenso, a menos que me ponga a nada hacia abajo. Lo mejor es bajar y subir lentamente. Había un tío con diez kilos de plomo que caía como una piedra al fondo y necesitaba un montón de aire en su BCD para compensar todo ese exceso de peso. En mi caso, al final de la inmersión, cuando el tanque de aire está más vacío, tiendo a flotar más. Si bajo con dos kilos de plomo, en la segunda parte de la inmersión me voy hacia la superficie y tengo que estar todo el tiempo nadando hacia abajo. Con cuatro kilos puedo aguantar en el fondo muy bien, que los he usado en algunas inmersiones en las que íbamos a quedarnos en el fondo y había corriente.

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