Wakefield


Una cantidad considerable de las películas que llegan a los cines y que ya huelen a pallufo que no veas lo hacen porque en el elenco hay algún pollaboba que es famosillo por alguna serie televisiva que a mí me la suda y que por supuesto no conozco y la película de hoy es un buen ejemplo. Al parecer, el actor principal es adorado por una multitud de acarajotados por algo que hizo hace la tira de años y por eso supuestamente todos queremos ir al cine a ver Wakefield, bueno, todos en los Países Bajos ya que en España no se han planteado el estreno y se limitaron a traducir el título, que sería truscoluña no es nación.

Un julay chupapollas se enguirra en el cuarto sobre el garaje cuando le da un ataque de Diógenes de esos

Un tipo mediocre y aburrido llega a su casa después de trabajar, se tropieza un mapache en su jardín que sube por unas escaleras al cuarto trastero sobre el garaje y ahí le entra una movida chunga y decide desaparecer del mundo y quedarse allí escondido, observándolo todo desde una ventana. Después es más de lo mismo mientras lo escuchamos a él poner voces a lo que sucede en la casa o en la calle y salir a mendigar y hacerse amigos de dos niños mongólicos que viven en la casa de al lado y que estoy segurito que fornicaban entre ellos.

Esto es un corto estirado tanto que hasta tiene mérito. Es una historia de cinco minutos que alargaron hasta ciento cinco pero no consiguieron hacerla interesante más allá de esos cinco minutos. Seguramente gran parte de la culpa la tiene Bryan Cranston, el protagonista, que es deleznable como actor. Resuma mediocridad por todos lados y agradecía las escenas en las que no salía y se me ponía mal cuerpo cuando era él quien estaba en pantalla. Hay un momento en el que otros recolectores de basura lo están persiguiendo para pegarle una paliza y yo habría puesto dos leuros, quizás incluso tres, para que le pegaran hasta matarlo. El colega es incapaz de dar el tipo y en ningún momento consigue encauzar la historia. El director tampoco tenía mucha idea de como hacer interesante la historia y se limita a fijar la cámara aquí y allí y esperar que suceda algo bueno, lo cual no pasa. Hubo un montón de gente que se piró del cine sin esperar a que acabara, algo que nunca es una buena señal. Culminaron la cagada con el peor final posible, de los miles y miles que podían escoger, eligieron el más mierdoso, supongo que tratando de calentar más al respetable, algo que consiguieron porque la sala se quedó vacía antes que las letras FIN desaparecieran de la pantalla. Básicamente, esto es un TELEFILM.

Si lo que quieres es remodelar una sala de cine y te quieres ahorrar el retirar las butacas, le pones la película a los miembros del Clan de los Orcos y ellos te hacen el trabajo de gratis. Esto agobia y aburre hasta a los sub-intelectuales con GafaPasta. Perfecta para provocar el sueño a los insomnes.


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