Bride Flight


Cuando le comenté a mis amigos holandeses que quería ir a ver Bride Flight, ellos me miraban, sonreían cortésmente y me recordaban que esa película es en parte en holandés. Técnicamente yo no lo entiendo todo y dependiendo del tópico de conversación me puedo perder bastante pero el cine tiene una gran ayuda visual y estaba seguro que podría disfrutar de la historia incluso con los agujeros que quedarían en ella por culpa de mis lagunas idiomáticas. Al final la experiencia no solo no resultó dolorosa sino que me ha dejado con un gran sabor de boca. No tengo ni idea de si se llegará a estrenar en España pero si tenéis algo de curiosidad os sugiero que veáis el trailer de la película.

Un atajo de julays en edad de airear la almeja se bajan a Nueva Zelanda para echar unos cascorros

En el año 1953 se celebró la Great Air Race London – Christchurch y un avión de KLM participaba llevando como pasaje a veintiséis jóvenes que se casarían al llegar a Nueva Zelanda. Por eso al vuelo se le apodó Bride Flight o Vuelo de novia. Tres de esas mujeres, Marjorie, Ada y Esther se conocerán en ese avión y sus vidas quedarán enlazadas para siempre por culpa de Frank, un hombre que viaja al país para convertirse en granjero y que se relacionará con las tres. Cincuenta años más tarde todas ellas se vuelven a encontrar en el funeral de Frank y pese a sus recelos, su amistad voloverá a aflorar más fuerte que nunca.

Aquí no se engaña a nadie. Estamos hablando de un drama grandioso, rodado en un escenario que te deja sin palabras por lo bello que es y con unas interpretaciones muy solventes a cargo de las tres actrices protagonistas y del hombre al que amaron. Los veremos en dos etapas de su vida, al llegar a Nueva Zelanda y en esos primeros años y cinco décadas más tarde. Entre las actrices y el actor que llevan el peso de la historia en el pasado hay una química escandalosa, hay momentos en los que las chispas saltan de la pantalla. Cada una de ellas tejió su propia red en la que envolvió a Frank y éste se dejó querer, aceptó el presente tal cual venía y disfrutó del momento con todas. En sus épicas vidas veremos lo mala que puede ser la religión, lo tenebrosos y malvados que son algunos curas y las dolorosas decisiones que algunos tienen que tomar sacrificando el amor y la felicidad para ser aceptados por el resto de la sociedad.

Todo un peliculón que te arrancará alguna lágrima y te hará pasar unos momentos fantásticos. Una lástima que no se sepa si se llegará a estrenar fuera de Holanda. Si por alguna casualidad de la vida podéis verla, no os la perdáis.

9-10 Excelente