La Delfts Blauw o cerámica azul de Delft es típica de la ciudad y conocida en todo el mundo. En la parte inferior de todas las piezas que salen de la fábrica se puede leer Delfts Blauw o azul de Delft y de ahí le viene el nombre. El color azul de la cerámica se consigue con el uso de estaño como colorante y como podéis ver en la imagen aparece en una de las fases de fabricación al hornear la pieza. Una visita a la ciudad de Delft no está completa si no os pasáis por la fábrica Koninklijke Porceleyne Fles, la única que sigue en activo. El Koninklijke del nombre significa «Real» y este «título» lo otorga el rey o la reina a las empresas que cumplen una serie de condiciones, como tener más de cien años de existencia, ser puntera en su campo y de importancia nacional.
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De unas y otras cosas
Después de haber pasado una semana rodeado de extraños en Polonia, una de las reflexiones que me vino a mi retorcida mente fue sobre algo que no me había preguntado nunca. Mientras compartíamos momentos fotografiando águilas y paseando por un lugar en el que les sobra naturaleza, los compañeros me preguntaban por el tipo de fotógrafo que soy. Todos ellos han elegido especializarse en un campo determinado, limitan el espectro de las cosas que fotografían a grupos muy concretos como las aves, los paisajes, los retratos, la fotografía macro y similares. Muchos de ellos se centran aún más y los hay que solo fotografían pájaros pescadores, otros únicamente búhos y uno solo le gusta fotografiar tulipanes.
Nunca me había parado a pensar el tipo de fotografía que me gusta porque a mí lo que me satisface es hacer fotos y me da igual que sean de una cosa o de otra, me lo paso igual de bien yendo a Polonia y pasándome una semana haciendo fotos de águilas que fotografiando platos de comida o visitando el Keukenhof o recorriendo una ciudad nueva y encontrando rincones que me quiero llevar con mi cámara. No tengo una especialidad determinada, hoy pueden ser bicis, mañana magdalenas y el jueves hojas caídas en el bosque. Tampoco me considero un fotógrafo sino alguien a quien le gusta la fotografía y es capaz de extraer de la misma muchas sensaciones positivas. El equipo que tengo ha ido creciendo caóticamente empujado por esta indefinición. Mientras unos se centran en comprar objetivos enormes para satisfacer su reducido espectro fotográfico, yo intento abarcar lo más posible porque las circunstancias de las fotos que hago hoy son muy distintas de las que haré mañana.
Mi incursión en este tipo de fotografía me ha dejado con sensaciones muy positivas. Aunque nunca me lo había planteado, parece que valgo para atrapar las imágenes de un pájaro en vuelo y mi dominio del equipo que tengo me permite determinar los ajustes adecuados para conseguir una imagen decente. Esto que puede parecer simple y directo es lo más complicado. Muchos se estrellaron contra el muro de su propia incapacidad para determinar los parámetros que hay que cambiar si las circunstancias varían. No es lo mismo hacer fotos de águilas con el cielo despejado que nublado, no se puede seguir un ave en vuelo de la misma forma si el agua está como un plato o si el bote se menea como la compresa de una coja. Para mí resulta obvio que las condiciones del momento en el que quieres capturar algo son determinantes para conseguir una buena imagen y me sorprendió ver la cabezonería de algunas personas y lo poco flexibles que son a la hora de adaptarse a los cambios.
Tuve momentos de gran frustración cuando después de hacer una serie de imágenes las revisas y te das cuenta que no están enfocadas y que has de desecharlas. En esos instantes maldices la tecnología aunque sabes muy bien que si ha habido un fallo, es de la persona que manejaba la cámara y no de la misma, que es una máquina de gran precisión preparada para responder a nuestras órdenes. En esta semana he aprendido un montón, sobre mi cámara, sobre mis objetivos, sobre fotografía y sobre un montón de cosas más. He visto un mundo distinto, un país pobre y subdesarrollado, con una gente amable y cariñosa cuando te conocen pero algo hosca cuando te tratan las primeras veces.
Me pregunto qué era lo que buscaban las otras personas que fueron conmigo a Polonia. Yo solo quería pasarlo bien y disfrutar con la experiencia y lo conseguí, he vuelto a casa cargado de anécdotas y con más de dos mil imágenes de las que algunas seguro que merecen la pena.
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La semana pasada en Distorsiones
La semana pasada la pasé en Polonia, en una pequeña villa llamada Stepniczka, haciendo fotos de águilas marinas de cola blanca o eso que los holandeses llaman zeearend. Para llegar allí pasé por algunos momentos de gran tensión y por suerte siempre fui Salvado por mi Ángel de la Guarda. Durante mi ausencia la maquinaria no se detuvo y cada día fueron apareciendo las cosillas que dejé programadas. Tuvimos una nueva vuelta de tuerca en mi relación con el idioma neerlandés en Todo gira en torno a la manzana y después de una ausencia de meses volvieron los Desvaríos con una nueva entrada en el Hembrario, esa colección de palabras que aprendí durante mis años en la Isleta y que siempre se refieren a las mujeres. La nueva anotación habla de las Pibas.
Tuvimos también una nueva bicicleta que añado a mi colección. Es la Johnny Loco ? Dutch Delight y como sucede con anteriores, está pensada para gente que quiere llevar los niños con ellos en la bici.
La serie fotográfica en curso es de la ciudad de Delft. Pudimos ver Las casas del mercado, el Detalle de la fachada del ayuntamiento, la Maria van Jessekerk y a un hombre Trabajando en la cerámica de Delft. Esta semana creo que acabaremos esta corta serie y seguiremos con imágenes de las águilas que tomé en Polonia y así habrá algo de sincronización entre el relato del viaje y las imágenes que veremos.
Gracias a mi previsión y a mi alocada frecuencia de visitas al Cine tenía unas cuantas películas en la recámara y hablamos de la maravillosa Julie & Julia, el excelente drama holandés De storm y un nuevo clásico de animación llamado 9 que llegará a España en Enero.
Desde hace un tiempo llevaba pensando en alguna forma de poner por aquí las cosas que cocino durante la semana y después de ver la película Julie & Julia he recuperado la idea y a partir de esta semana pondré imágenes de los platos que han salido de mi cocina durante los últimos siete días. Haciendo clic en la imagen os llevará a la receta correspondiente. No haré fotos de todos los platos ya que algunos los repito bastante pero procuraré tener al menos una nueva foto por plato y algunas sustituirán a las antiguas en las anotaciones correspondientes. Es el caso por ejemplo de la receta de Magdalenas cuya nueva imagen podéis ver más abajo. He reescrito la receta adaptándola a las cantidades que uso en la actualidad y que son algo distintas de las que usaba en el año 2004 que fue cuando escribí la receta originalmente. Desde el sábado que comencé con esta pequeña actividad, he preparado Pechugas de pollo con parmesano y jamón serrano para cenar el sábado, Huevos revueltos Masala para desayunar el domingo y una Cazuela de bechamel con atún y huevo para cenar el domingo. Además preparé Magdalenas para llevar conmigo a la oficina y regalar a los compañeros. Las imágenes de todos estos platos las tenéis a continuación:
Y así transcurrió la semana.
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9 – Número 9
El cine de animación continúa sorprendiéndonos una y otra vez con historias geniales y una realización cuasi mágica. Son películas a las que les cuesta llegar a los noventa minutos pero que tampoco lo necesitan porque aquello que tienen que decirnos lo pueden hacer en hora y media o incluso en menos tiempo y seamos claros, para conseguir una obra maestra el director no tiene por qué castigarnos con tres horas de película. Aunque en España no se estrenará hasta el primero de enero, en los Países Bajos ya ha pasado por la cartelera la película 9.
Un julay robótico se despierta en un mundo destruido y junto con otros como él luchará contra una máquina malvada para salvar el mundo y el universo conocido y hasta el desconocido
La película comienza con 9 despertando en el mundo y descubriendo que a su alrededor todo es destrucción y los hombres han desaparecido. Encontrará un pequeño grupo de seres como él y se tendrán que esconder de máquinas que trabajan en la extinción de toda forma de vida. 9 convencerá a sus compañeros para luchar contra esas máquinas y destruirlas.
Desde el primer instante de esta película se te pone el vello de punta y te agarras a la butaca porque sabes que estás viendo algo muy especial. La atmósfera, la forma en la que la historia se desarrolla, la música, la manera de ser de 9 y de sus compañeros están bañados en algún tipo de magia que engancha y nos encandila. No es una película para niños y dudo mucho que estos la puedan seguir fácilmente ya que es animación para adultos, con una historia simple aunque densa que trata sobre nosotros, nuestra capacidad para destruirnos ya sea directamente o mediante máquinas que programamos para esa tarea. Hay una cierta sensación de fatalismo, de constatación que como especie estamos condenados y es cuestión de tiempo que algo como lo que nos cuentan en la película llegue a suceder.
Esa visión está espléndidamente mostrada en la película y nos toca el corazón. Es una obra de arte, una pequeña joya que en realidad resulta enorme y en la que nos ahorraron los minutos innecesarios para contarnos lo que sucedió para llegar a ese punto o lo que pasará en el futuro. Van al grano de forma concisa y con una gran imaginación nos llevan por ese mundo fascinante y terrible. No os puedo contar mucho de la historia porque os la estropearía pero os aseguro que es un viaje visual sin precedentes. Si hay algo que la podría haber hecho más inmensa sería el que la hiciesen en 3D pero incluso esa falta de tercera dimensión le da encanto.
Un viaje hacia un universo fantástico plagado de detalles que recordarás durante mucho tiempo. Esta es una película que no te puedes perder.