Con la llegada del frío, de la obscuridad y de los días cortos, modifico mis hábitos cotidianos y dedico mi tiempo libre a otras cosas. El jardín se relaja y me deja más tiempo, la lluvia y el frío me mantiene fuera de las calles y como no soy de ponerme a ver programas de gritos de TelaJinco o Antena Triste, me centro en las decenas de miles de fotos que aún no he procesado. Desde hace una semana he estado trabajando a piñón ya que es una tarea agradable y que combina perfectamente con un capuchino y escuchar un audiobook y he conseguido superar varios hitos. Por fin procesé las fotos de la visita a Holanda en abril del 2012 de Evelyne, comentarista casual en esta bitácora y que me lo había pedido en varias ocasiones. También por fin acabé de procesar todas las fotos del viaje a Birmania / Tailandia y aún más importante y bochornoso, he acabado de procesar todas las fotos del año 2009, del cual me faltaban los meses de septiembre a diciembre y que fue una maratón de varias horas. En este momento he saltado a octubre del 2011 y estoy revisando las fotos que hice en Oslo y espero trabajar también en las de Estocolmo y Riga que hice este año para poder dedicar el año que viene a las ciudades del norte del continente Europeo, el cual, como todos sabemos, excluye a truscoluña que ni fue, ni es, ni será nación y no pasa de ser un nido de criminales y delincuentes.

Si mis amigos no lo impiden, mi objetivo es llegar a las sesenta mil fotos en mi cuenta en flickr antes del fin de noviembre (a día de hoy tengo cincuenta y cinco mil seiscientas diecinueve ochocientas once). La cosa está complicada porque en el tiempo libre también quiero ir un montón al cine y hay una serie de fines de semana en los que andaré por ciertos lugares de Europa, gira que comenzará con Varsovia y seguirá por Pisa, Vilna, Hamburgo y Roma y entre medias se pasará el Turco por mi casa.

No sé como me las apaño pero siempre acabo liado y cuando creo que lo tengo todo super-hiper-mega atado, como era el caso de hoy, día en el que había planeado ir a un cine en el que nunca he estado a hacerme una sesión doble, viene el Rubio y me cambia los planes y me embarca en una cena con mucho alcohol de por medio que probablemente conlleve una resaca para mañana. Al menos podré comenzar a tomar cerveza bokbier ya que desde la semana pasada la han empezado a servir en bares y restaurantes. Y esta última línea también me ha recordado que ya me comprometí con el Moreno para ir al Bokbierfestival en Amsterdam y nunca he pasado por esa fiesta de glorificación de la mejor de las cervezas sin salir del recinto ferial con un porcentaje de alcohol rescandaloso.