
Yo no me asomo a esos bordes ni jarto de Nesquick pero había gente que como que les pone el peligro y se acercaban peligrosamente a esos bordes y supongo que no leyeron los avisos de peligro extremo que había por todos lados, que pueden haber corrientes traicioneras de viento y ni serás el primero ni el último en acabar como fantasma local. Súmale a eso que las rocas estaban mojadas y eran resbaladizas y ahí tienes todos los ingredientes de un cóctel para una buena desgracia.
Una respuesta a “Al borde del acantilado”
Yo tampoco me acerco al borde ni de coña…
Salud