El vuelo comenzó en Despegando en Malé
Esto es algo que hago muy raramente y en esta ocasión, vamos a tener no uno sino dos vídeos, que ya puestos a estirar el chicle, lo voy a dejar de dos metros y medio como hacía con los chicles Bazooka. Como iba desde Malé a Fuvamulah en un turbohélice, esos aviones tienden a volar mucho más bajos que los jets convencionales, van más despacio y aunque el ruido es estruendoso, se pueden hacer vídeos si la ventana está medianamente decente, que fue lo que hice. En esta primera tanda, la música que acompaña es la canción Penny Returns, que es la pava que le pone los mondongos azules a Maverick en el clásico cinematográfico eterno de Top Gun: Maverick.
En nuestra ruta hacia el sur, pasamos junto a un gigantesco atolón que vemos desde el aire y en donde se notan las islas y el mar y si no lo notas, date cinco cogotazos pero con rabia. Estos sitios están a un metro o poco más sobre el nivel del mar. Pasado el primer minuto hago zoom sobre una de esas islas en las que viven los locales, pequeña y totalmente construida. Después llegando al segundo minuto, entre las nubes, encontramos otro atolón, este larguísimo y con varias zonas en las que está construido y ya hasta el final del vídeo, vamos viendo diferentes partes del susodicho.
Y la odisea continúa en Atolones desde el aire, segunda parte
3 respuestas a “Atolones desde el aire, primera parte”
Supongo que los locales vivirán del turismo y de la pesca, porque de otra cosa…
Salud
sí, definitivamente no hay ni agricultura ni ganadería ni fábricas de nada
Que cielos y que mar más azules, que bonito!