Quinto día de buceo en Guraidhoo, tiburones y águilas marinas


El relato comenzó en Desde Utrecht a Fuvamulah

Este es el último día completo de buceo en estas vacaciones en las que hasta este párrafo, he hecho treinta inmersiones y estoy a punto de contar las siguientes tres. En el club de buceo ya se respira el drama, que nos lo hemos pasado bomba, nos hemos divertido y hemos visto cosas alucinantes juntos y como en muchas inmersiones he estado yo solo, el roce más intenso hace un cariño más intenso. Tras la rutina mañanera habitual, fui al club de buceo para comenzar. Se supone que hoy venían los rusos pero al final no se presentaron. En su lugar teníamos un pavo mórbido como algunos ex-comentaristas y cojo que me dijeron que es egipcio. El chamo movía cienes y cienes de kilos y a mí me preocupaba el tsunami cuando ese se tira al agua. Por suerte, a él le asignaron dos Dive Master por si acaso y yo me fui con mi favorito. Volvíamos a la esquina Guraidhoo, la misma inmersión que hice la mañana anterior aunque mi Dive Master me dijo que en este caso sería diferente porque iríamos más profundos y usaríamos los ganchos para anclarnos y así poder ver el espectáculo. Saltamos al agua, llegamos a la esquina y nos enganchamos con el gancho, que es una operación compleja y no al alcance de los seres inferiores. A partir de ese momento, con una corriente fortísima, festival de tiburones de arrecife grises, tiburones de punta de aleta blanca, águilas marinas, atunes y un montón de peces pasando por delante que a los peces, sobre todo a tiburones y águilas marinas les encanta la corriente y la disfrutan demostrando su virtuosidad nadando. Aquello fue fabuloso y fantástico. Cuando finalmente nos soltamos, llegamos a la esquina y seguimos la inmersión con la corriente, vimos una tortuga Carey, grande y preciosa y más tarde vimos dos más del mismo tipo y juntas, que al parecer estaban en pleno cortejo y a punto del chimpún. También vimos un banco de labios dulces, precioso con sus colores brillantes, corales y muchísimo más que ni me acuerdo. Fue una inmersión fabulosa.

Al ser viernes, la segunda se hacía antes por la coña esa de que es el día de los terroristas o algo así y tienen que ir a sus sesiones de entrenamiento con mochila. Para la segunda regresamos a Dhan’di Giri, el pináculo que ya visité. Volvía el mórbido y aparecían dos españolas y otro que no sé ni de donde era pero igual era local. Nos dividieron en tres grupos y como esta es una inmersión fácil, dando vueltas alrededor del pináculo, cada grupo iba en el sentido que quería y a la profundidad que deseaba. De nuevo, disfrutando con los corales, con las crías de peces que se esconden en los corales y algún pez león negro, que son muy bonitos y que además estaba durmiendo, un pez escorpión también durmiendo y un fascinante Long nose horse fish, que es pequeñito y precioso y que parece un híbrido entre caballito de mar y pescado, en plan Sirena, con la parte delantera de caballito de mar y la trasera de pescado. También volvimos a ver el pez hoja, que es fascinante. Fue una inmersión larga y entretenida.

Teníamos tres horas y todos los restaurantes de la isla cerrados así que me fui a la playa del bikini a tomar el sol y disfrutar de la playa y más tarde a mi habitación para una siestita de una hora, que bucear cansa.

La última inmersión del día fue en Kandooma Thila, aunque originalmente íbamos a cruzar un canal entre dos islas pero la corriente era muy fuerte. A esta solo fui yo y una de las españolas. La corriente era saliente, que es la que teníamos cuando buceé en ese lugar en el 2019, fuerte pero el agua tenía poca visibilidad. Fui con uno de los Dive Master, no con el que me mola. Estuvo fantástica, vimos tiburones grises de arrecife de todos los tamaños, vimos algún tiburón de punta de aleta blanca, vimos águilas marinas y hasta una morena y dos tortugas gigantescas, pero la poca visibilidad y un grupo enorme de un barco de vida a bordo con unos veinte buceadores espantó un poco a los tiburones y aquello no estuvo tan bien como el día anterior. También vimos atunes. Esta inmersión fue bastante rápida por la corriente, en treinta y tres minutos estábamos afuera.

Por la tarde tomamos helado, me quedé en el club de buceo casi hasta la puesta de sol y después ducha y a cenar, que toma una hora por las esperas eternas. Esta es mi última noche en Guraidhoo, mañana regresaré a Malé, pero primero habrá una inmersión final. Este viaje ya está acabando.

Continúa en Sexto día de buceo en Guraidhoo, la despedida de las Móbulas


4 respuestas a “Quinto día de buceo en Guraidhoo, tiburones y águilas marinas”

  1. ¿Y quienes son los EX-comentaristas mórbidos?
    Mas que nada la curiosidad es por lo de EX… 🙂
    Salud

  2. Semanas y semanas sin comentar. Hasta cierta intimísima, no se sabe si es que está enganchadísima al tiqui-toque o qué le sucedió.

  3. Enganchadísima a nada, es que las últimas semanas esto no cargaba los comentarios ni pa´trás.
    Lo del tiburón es muy muy impresionante!

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