Si no es por el reloj biológico que llevo dentro, el lunes ni me despierto porque se me olvidó revisar la hora del despertador y estaba programado para las nueve y media. Por desgracia, el dichoso reloj que llevo dentro funciona contra viento y madera y abrí los ojos a las siete y treinta y nueve minutos de la mañana, sesenta segundos antes de la hora prevista. Debo ser un Cylon y todavía no me he dado cuenta porque esto no es normal. Da igual que esté en Holanda, España, Sudáfrica o los Estados Unidos, tú me dices la hora a la que me tengo que levantar y yo la clavo con un error de menos sesenta segundos.
Aún bostezando, me di una ducha y desayuné antes de subirme a lomos de la Dolorsi para ir a trabajar. Ella me esperaba radiante, sabedora del gran éxito de la noche anterior. Llegamos a la estación en donde el Chino me esperaba a pie de andén para darme un abrazo y felicitarme por el gran éxito de nuestra selección. El Chino, usando su elocuencia habitual me dijo:
– Chino contento parecer y ser por de España selección de la éxito. Ustedes ser y parecer que mejores y Alemanes perder.
Ya sabéis que a este hombre no hay que tomarlo muy en serio. Ya había recibido un montón de correos y mensajes de amigos y conocidos que se alegraban de nuestra buena suerte. En el tren nos dedicamos a hojear los periódicos y ver las fotos y los textos hablando de la epopeya vivida unas horas antes. Lo dejé en la estación porque él camina y corrí hacia la oficina. Al entrar al complejo de edificios, me volví a poner la bandera como capa y así llegamos al trabajo la Dolorsi y un servidor.
Entré en mi edificio y en la segunda planta la gente me hizo el pasillo, aplaudiendo y vitoreando. En mi puerta esperaba colgada del techo la camiseta de Fernando Torres y supe inmediatamente quién la había puesto allí. Uno de mis compañeros tiene una hija que está coladita por el chaval y se compró la camiseta para sentirse más cerca del jugador cuando ella mismamente juega con sus deditos y los introduce en salva sea la parte. El hombre, que la sigue viendo como una niña y no como la mujer que ya folla que realmente es, no soporta este concepto y ha aprovechado estos días para deshacerse de la camisa y así poner en dique seco a esos dedos, aunque con tanta presencia televisiva del chaval no sé si lo habrá conseguido.
Encendí mi ordenador aunque en las siguientes tres horas no tuve tiempo a tocarlo. Todos querían abrazar y felicitar al Elegido. Deshacernos de Alemania en una final es lo más bonito que le puede pasar a Holanda tras caer frente a Rusia. Aquí todo el mundo les tiene cierta manía a los vecinos del Este y si no tocaron las campanas en las iglesias para festejar la victoria, es porque los curas protestantes follan y en domingo por la noche están en el catre dale que te pego para insuflar la Palabra por vía vaginal y no van a hacer horas extras.
El lunes era el último día de mi Becario, alguien de quien hablaré durante la época de vacas flacas veraniegas y que está en el círculo de confianza después de pasar seis meses conmigo. ?l iba a invitar a los compañeros a tarta y si hay algo que todo el mundo sabe es que cuando hay dos invitaciones de tarta en el mismo día, la segunda fracasa estrepitosamente. Aprovechando los veinticuatro grados, elegí comprar helados y me pasé el resto de la mañana y la hora del almuerzo escribiendo el correo con el que invitaría a los colegas y confeccionando la lista, con más de cien nombres de los que al menos sesenta y cinco estaban presentes en la oficina, algo muy fácil de averiguar si sabes manejar las herramientas que están a nuestro alcance. Basándome en experiencias anteriores y el conocimiento del personal, calculé que vendrían unos cuarenta y cinco y me dediqué a soplar a todo el mundo la hora a la que pensaba invitarlos para que estuvieran al loro, porque lo de los helados ha de ser muy rápido para que no se derritan. Por toda la empresa soplaban rumores de ¡Bravo España con helados!
Sobre las dos y cuarto me fui con el Becario a comprar los helados a un supermercado. Hicimos una selección variada y por culpa de las cantidades que ponen en las cajas, compré cuarenta y seis. Me sorprendió lo barato que salieron, pese a la calidad de los mismos, ya que puse los que a mí me gustan, con Magnum, cornetos, Sandwiches y un par de cajas de polos.
A las dos y media pasadas entrábamos en el edificio y en la segunda planta había una muchedumbre que hacía como que casualmente pasaba por allí. Hablaban entre ellos y lolaileaban sin rumbo fijo. Desplegué los helados en mi despacho, pulsé el botón de enviar para mandar el aviso y en menos de cuatro minutos, cuarenta y una personas estaban allí pillando helados, abrazándome, felicitándome y gritando ¡Que viva España!, ¡Olé!, ¡Bravo!, ¡Dos cervezas por favor!, ¡Macarena!, ¡Gracias! y otras boberías. Además en mi buzón de correo cayó un chaparrón de felicitaciones y aún hoy, la gente pasa por el pasillo cantando ¡Que viva España ??!
El resto de la tarde la pasé de tertulia, disfrutando de la ausencia de mi jefa, que se ha ido de vacaciones y me ha dejado a cargo del barco y yo, como buen capitán que ha visto la película cinco veces, estoy ya buscando el iceberg para asegurarme que nos estampamos en el centro y la peli no dura tres horas.
La bandera española seguirá ondeando toda la semana en la puerta de mi despacho.
10 respuestas a “El día después lo celebramos”
La verdad es que tienes un don para tratar con las masas :)Felicidades, espero que te hayas quedado afónico como yo insultando frente al televisor (no lo puedo reprimir).
SI no te conociera dejaría de leer el blog por el comentario hacia la hija de tu colega, pero sé muy bien que en este blog NADA ES LO QUE PARECE jejejeje. El triunfo de España nos durará días en el corazoncito. MI papá no estaba tan feliz desde que ganó el NO en Venezuela. Besos.
«en mi buzón de correo caYó un chaparrón de felicitaciones» y no era para menos! no se montó una ni parecida cuando la selección nacional de baloncesto ganó un MUNDIAL…… ay el deporte patrio! er fúrbol!
Hola Sulaco, es estupendo que lo hayáis pasado tan bien, ha sido un hecho inolvidable y que merecía una atención rotunda en la blogosfera. A mí me ha han felicitado personas que se podrían contar con los dedos. Aquellas personas con las que mantengo una relación habitual se han olvidado de llamar, pienso que les invade un sentimiento de verguenza, aun así no me explico porque cuesta tanto felicitar, tampoco espero que me alaben por un partido que yo no he jugado pero no deja de ser sorprendente ese mutismo, ese misterio alrededor de una victoria cantada a los cuatro vientos. Durante el torneo mantuve correspondencia con mi contacto en Alemania, nos hemos animado mutuamente, comentado los partidos y nos deseamos mucha suerte antes de la final. Hasta la fecha de hoy y desde la victoria de España no he vuelto a saber de esta persona, con la que tengo una relación de trabajo excelente. Tampoco ninguno de mis compañeros ha llamado o enviado una felicitación, no puedo invitarles a tomar algo o a comer un pedazo de pastel porque trabajo en casa y la oficina está a 120 km, no me importaría invitarles. Tras las victorias de Holanda, sí los he felicitado educadamente. Me parece hilarante que desde el lunes no haya recibido ni un email, incluso por motivos de trabajo. Nuestra relación laboral es estupenda, jamás he tenido conflictos con ellos, es más, me tienen bien mimada y siempre están ahí para ayudar, pero ojo, parece que tienen el alma desgarrada porque España ha ganado y no lo ha hecho Holanda. Incomprensible, ¿no decían que odian a los alemanes? Es que no los entiendo, no. Y ya te digo, no solo ha sido en el trabajo, también ha ocurrido por la calle, en el colegio. Sí recibí un ramo de flores, de la empresa que puso el suelo de mi casa durante la reforma que realicé, un ramito de flores en rojo y amarillo, todo un detalle.
Tambien he de recalcar que mi jefe llamó el lunes por la mañana riéndose, me felicitó por la victoria y alabó el juego de España. Me preguntó qué tal había pasado el domingo y se lo expliqué, añadí que tenía una resaca del quince y que no esperase demasiado de mí ese día, algo que por norma general no explicaría a un jefe y menos si no lo tengo delante. Estamos organizando un evento en Madrid y el lunes era el día clave para contactar a los clientes de esa ciudad, le dije a mi jefe que no lograba encontrar a nadie en la oficina a lo que respondió: no me extraña y que lo disfruten todo el día porque seguro que también van a ir a recibir a los campeones esta tarde, no importa, mañana será otro día. Con estas palabras me concedió el día libre.
Virtuditas, gracias por avisar, ya está corregido. Odio los verbos caer y callar, siempre me confunden.
Waiting, estoy a punto de entrar en el ciclo veraniego y ese siempre levanta ampollas. En las próximas semanas, la ordinariez y la vulgaridad se asentarán en estas tierras y llegaremos hasta niveles tan bajos como las tierras holandesas de los alrededores de Rotterdam.
emo, acuérdate que tu eres un desarrollador de esos o algo parecido y yo soy un lolailo.
psikke, tu empresa debe estar cerca de la frontera porque por Hilversum la gente venía a darme abrazos y agradecer el haber liquidado a los rusos y a los alemanes.
Psikke: yo que no soy española pero que la lié desde un principio a favor de España (y sabes muy bien que le iba a Holanda también) tenía muchos mensajes de mis colegas felicitandome porque siempre me relacionan con España (el hecho de que mi pareja sea española ayuda mucho) Es triste que los que te rodean no sean así, de pana, que mal por ellos.
Besitos.
Sulaco y Waiting: la gente de mi pueblo es conocida por su arrogancia y son bastante rarillos. Conozco a holandeses que han venido a vivir aquí y me lo han confirmado: vaya panda de mequetrefes. Y ciertamente, mi empresa se encuentra muy cerquita de la frontera con Alemania, además, uno de los grandes de la Selección Holandesa viene de esos andurriales y supongo que la tristeza los ha dejado mudos.
jajajja Me encanta el chino…Ya era hora que pudieras invitar a helados por ese motivo.Nos acaba de poner la FIFA en el Nº1 del ranking MUNDIAL, coño, y aún no lo hemos ganado.Salud
Esto debe ser genético. Me ha pasado exactamente igual, todo el mundo felicitándome, pero, pero,… estaban esperando por la tarta que se convirtió gracias al calor en helados. Y es que con tanta celebración, la operación biquini se va ATPC.