Frío y calor y yo qué sé qué más


Hace escasamente cinco días, patinaba en un pequeño lago cerca de mi casa y por la mañana la temperatura era de un montón de grados bajo cero y durante el día nunca llegaba al mismo. Parece increíble que en cinco días hemos ido desde ese mundo a otro en el que hoy la temperatura subió hasta los dieciséis grados y durante el fin de semana anuncian que estaremos en diecisiete o dieciocho, en FEBRERO, que es un mes que cae por completo dentro de la estación de invierno. Hay plantas y árboles que una semana se piensan que ha llegado la primavera y comienzan a echar nuevos brotes y a la siguiente han regresado al invierno y esos nuevos brotes mueren. Los tulipanes comenzaron a asomar con unas ganas bárbaras durante las últimas semanas de enero y ahora parece que han perdido el fuelle y se niegan a seguir creciendo después del palo de la semana pasada e incluso entre las aves, los ornitólogos se congratulaban y se sorbían las pollas unos a otros hace dos semanas porque este era el año en el que menos martín pescador habían muerto y todo su gozo acabó en el pozo helado de la semana pasada que terminó con la vida de muchos de esos pájaros que con charcas, canales y lagos congelados, se quedaron sin la posibilidad de pescar y murieron y todo, por negarse a emigrar al sur para mantener el lugar en el que tienen los nidos. Como el mundo está tan loco, hoy ya he podado mi catalpa y la he preparado para la primavera, el verano, la caló o lo que esté por venir, que mirando dos semanas hacia el futuro, pinta más de primavera que de invierno. Mi vecino parece que ya ha salido también de la hibernación y estamos organizando actividades en el jardín, como podar las parras, aunque esperaremos al final de marzo para asegurarnos que no llega una helada y nos jode el trabajo. Con la podada de la catalpa, se inaugura la temporada y ya tengo el contenedor de basura orgánica totalmente lleno, el primero de muchos para este año.

Y esta semana, el martes un juez suspendió el toque de queda por usar ilegalmente una ley que no fue hecha para ser usada así, el mismo día el gobierno impugnó en otro juzgado, otro juez suspendió la suspensión del toque de queda y emplazó al tribunal supremo a dar su opinión hoy, el gobierno mientras tanto creó una nueva ley de toque de queda que ya pasó por el congreso y fue aprobada gracias al milagro de las elecciones en tres semanas, que el partido que se niegue y vote que no aparece como culpable y cuando todos creíamos que el toque de queda acabaría hoy porque la ley debe ser ratificada en el senado la semana que viene, los jueces del supremo se dan una semana extra para pensar el asunto con calma, o más bien, no han querido ser acusados de matar gente al levantar el toque de queda y retrasando su decisión, le dan tiempo al senado para reunirse y aprobar la nueva ley. Para los Países Bajos, comenzar a escribir una ley el martes, llevarla al parlamento el miércoles, votarla el jueves y aprobarla es todo un récord, pensemos que la ley de la mascarilla se comenzó a discutir en mayo del año pasado y no se aprobó hasta final de noviembre y aún así, lo que se aprobó, fue un uso muy limitado de la mascarilla, que no es obligatoria ni en calles ni por ejemplo, en un cine o en un teatro cuando ya estás sentado, solo mientras accedes o dejas tu butaca, igual que en bares o restaurantes.

Mejor lo dejamos aquí, que el mundo está patas pa’rriba.


2 respuestas a “Frío y calor y yo qué sé qué más”

  1. El clima está patas arriba. Lo de las medidas holandesas para el bicho es una cagada directamente. No confundamos.