Hilando más y más


Esta semana tuve una reunión con un grupo de amarillos del país del sol caguiente, que querían rogar y pedir algo de nosotros. La pusimos el miércoles por la mañana y en la invitación para la vídeo conferencia, teníamos un montón de amarillos y yo frente a ellos, aunque mi jefe también me dijo que se uniría durante un rato. En la pantalla, cinco cámaras con cinco amarillos y al parecer, solo uno de ellos hablaba inglés, los otros estaban ahí de palmeros o algo parecido. Empieza y el único que puede comunicarse dice que yo soy super-hiper-mega famoso en la empresa en Japón, algo que alucinó a mi jefe y a mí no me asombra porque llevo meses repartiendo candela de la peor y pillándolos en sus trolas y no hay nada que me guste más que meter el dedo pringao de mielda en la herida de un amarillo y retorcerlo ahí para que le duela y se infecte y ya son varios los que cuando alguien menta mi nombre, salen por patas porque se imaginan que lo que les viene no puede ser nada bueno. Eso es lo que me hace famoso por allí. Bueno, eso y que por más que lo han intentado, no he perdido una sola batalla contra ellos y ya he pisoteado muchos cadáveres, por supuesto en mi especialidad y como hay un montón de nuevas leyes europeas y yo no paro ni descanso y me las leo, las estudio y después busco los efectos de las susodichas en la chamba, cada vez que lanzo una andanada y el equipo legal se pone de mi lado, hay colas en los baños amarillos por culpa de la diarrea.

Después de que todos me ven y me admiran, comienza la reunión y como era de esperar, no nos enteramos de nada. Es decir, quieren que los ayudemos con algo que nos encargaron en julio y que ya hicimos, así que estamos todos perdidos. En esa conversación de sordos, después de unos minutos, el que habla inglés nos dice que necesita un rato para explicarles a los otros el tema del que estamos hablando, así que yo aprovecho y activo la transcripción del programa de conferencia y puedo leer lo que están diciendo, emocionadísimo hasta las lágrimas por esa maravilla tecnológica, hasta que empiezo a leer:

– Perro. Afuera.

– No. Auuuuuuuuuuh. Lobo hombre en Pekín.

– Maldad y cordura, todo es hermosura. ¡Chupa del frasco, Carrasco!

– Perro. Afuera.

– Viva la madre que nos parió por la gloria de Kunta Kinte. Semillas y condones hacemos rosetones. Perro. Afuera. Auuuuuuuuuuuuh. No me cago en todos mis muertos porque estoy estreñido. No. Afuera. Perro.

Que puta mielda que es la traducción esa del programa. No les pilla nada o estos capullos han desarrollado su propio código secreto para hablar. Vuelve a comenzar la transferencia de información en inglés y nos queda claro que quieren que les ayudemos a crear unos archivos y que supuestamente, nos van a enseñar como hacerlo. El problema es que el sub-intelectual que da la lección no habla inglés, el que traduce no se entera de nada y el Elegido, sabe leer y sabe como hacer eso sin que estos pavos se lo expliquen, que yo, como parte de mi formación militar para ganar las guerras y las batallas, ya soy un experto en lo que me quieren enseñar, aprendí por mi propia cuenta y les puedo dar no uno, ni dos, sino cuarenta y tres cursos sobre el tema. Después de una hora y de estos dando más rodeos que unos tontos y yo riéndome de ellos, los paro en seco y les explico que esa misma tarde, en los quince minutos que había reservado para quitarme las ladillas de las arriolas, les hago los cinco ficheros esos tan especiales y se los mando.

El chamo le explica a los otros el concepto y tenemos más de lo mismo:

– Perro. Afuera.

– Zumo de naranja y matemáticas. Limpiar el alma y el arma. Arma a tu prójimo como al chapapote. Auuuuuuuuuuuh. Parrulos y azafrán son buenos para el dolor de cabeza.

– Mielda y maravilla limpian la ropa blanca mejor que quesadillas. Perro. Afuera. No.

El traductor y todos los demás están confundidos y me pregunta como es que yo puedo prometer y prometo que les hago los cinco archivos si aún no sé como hacerlo porque la transferencia de la información es secretísima y solo para los iluminados. Le digo que yo soy the Chosen One y que hace ya meses que uso esa herramienta secreta y especial y que a estas alturas, en todo el continente Europedo, en África, en Oriente del Medio y en las Américas, no hay nadie que me supere en el uso y en el abuso de la coña esa, que ya he mandado varias al país del sol caguiente cuando me he enterado que las han pedido y que si no se habían enterado, es porque yo no quiero que lo sepan y por eso, los archivos están firmados no por una, por dos personas diferentes, una aprobando a la otra y esas dos personas no tienen ni puta idea de como usar el programa, pero me han dado permiso para que lo use en su nombre, que es lo que hago para confundirlos.

Siguen hablando y hablando y discutiendo y yo, con la magia de las dos pantallas, estoy en lo mío y para cuando el chamo dice que vamos a acabar la reunión, empiezan a sonar en todas las pantallas el sonido de recibir un correo y ven mi nombre en las notificaciones y cuando lo abren, se encuentran conque yo ya he hecho los cinco putos archivos y en eso, desde la izquierda y desde la derecha de cada uno de los cinco pavos amarillos, aparecen las cabezas de los comparsas, esos que siempre tienen escondidos pero que yo sé que están allí, que con los del país del sol naciente, cuando tienes una reunión con uno, en la habitación en la que está el susodicho puede haber hasta quince más. En este caso, pillé a diez, al menos los que estaban a tiro de pantalla y entonces empiezan a mirar las pantallas y comienza un cántico muy especial:

– ¡Etooooooooo! ¡Etooooooooo! ¡Etooooooooooooo! ¡Oh! ¡Etooooooooo! ¡Ooooohoooooh! ¡Etooooooooo! ¡Etooooooooo! ¡Etooooooooo!

Y yo, sonrío, saludo a los nuevos y les informo que mejor acabamos la reunión que ya tienen lo que querían y yo he quedado con un amiguito para tomarme un cafelito en la cantina.

Hasta mi jefe, que se había marchado de la reunión un montón de tiempo antes, vino a preguntarme qué coño pasó después de irse, que en todos los canales de comunicación abiertos con el país del sol caguiente no dejan de flipar con el alarde de poderío demostrado por el Uitverkorene. Le tuve que explicar que me estaban intentando enseñar a manejar la cagada esa de programa del que yo ya he escrito dos libros, que escribí ya en su día, hace dos meses, un informe desmontando los resultados del programa por no ser precisos y lo tengo guardado para el día que se me ponga el cuerpo de regalar suicidios amarillos, que primero tenemos que mandarles los cuchillos para que los tengan a mano y puedan salir de este mundo sin el honor que nunca tuvieron. También le dije que él les ofreció a ellos una caja de cervezas en agradecimiento por su bondad y su ayuda y que yo cuando acabé con los susodichos les dije que yo no tomo alcohol, que si me lo quieren agradecer, que se vengan para acá, se ponen todos en fila india de rodillas y de mi bondad tan finita, les doy la auténtica comunión y les dejo que me coman la tranca.

Hoy por la mañana, entre los cincuenta correos amarillos, en uno me rogaban que si tenía a bien de hacer tres ficheros más de esos. Yo les respondía que de que sín. A los cinco minutos me llega otro correo pidiendo que si porfavol los podía mandar antes del fin de semana. Yo respondí a ese correo en los siguientes cinco segundos adjuntando los tres ficheros, que a este juego no me gana nadie y ya los había preparado desde el día anterior porque sabía que me los acabarían pidiendo.

Preparar esa información no es mi trabajo, lo tienen que hacer en otro equipo en el que hay como ocho empleados y entre esos están los dos que yo uso para cubrir mis pasos y se han pasado meses toreando a los amarillos y negándose a hacerlo. Ahora les ha caído un paquetón a esa panda de inútiles porque han pasado, de ser imprescindibles a prescindibles. El jefillo de ese grupo llamó al mío, después de estar ninguneándolo durante meses y ahora le ha pedido clemencia y que yo pare porque las están pasando muy putas. Mi jefe seguro que le respondió:

– Perro. Afuera.


Una respuesta a “Hilando más y más”

  1. Lo que me he podido reír con la traducción, supongo que usarán una clave, de lo contrario no me lo explico…
    Una de las cosa que mas me gustan de tus posts, es la absoluta falta de falsa modestia que hay en el texto, sin que jamás se le caigan los anillos al elegido para auto agasajarse, de verdad que me encanta eso de ti mas que otras cosas, que las hay, africano… 🙂
    Salud

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