Kwestie van geduld


Los Países Bajos podrá ser un país minúsculo, pero entre los diecisiete millones de julays que lo petan, hay varios dialectos y algunos son más putos que otros. Oficialmente, el neerlandés más conocido es el de Holanda del norte, de la zona de Amsterdam y también es muy popular la variante pija del ‘t Gooi, alrededor de Hilversum y después cuando bajamos al sur, la zona de Tilburg tiene un dialecto que es flipante porque es tan distinto que cuando hablan, ponen subtítulos porque aparte de mí, hay un montón de gente en el cine que no se entera de lo que dicen. La comedia romántica de hoy es una película que usa ese dialecto para su historia. Se titula Kwestie van geduld y jamás se estrenará fuera de las fronteras del país, ni con el título de truscoluña no es nación, ni con el de cuestión de paciencia.

Una julay cocinera vuelve al poblacho en el que nació a pelearse con el macho que se la jincaba y al que dejó sin chimpún.

Tenemos que una pava es chef en un restaurante en Ámsterdam, en el que trabaja con su novio guaperas y le va muy bien. Quieren abrir un restaurante más grande y les hace falta pasta y ella vuelve al poblacho en el que se crió para reclamar la mitad de su herencia, ya que por razones desconocidas, cuando sus padres la palmaron, le dejaron a su hija única la mitad y la otra mitad a su novio de entonces y quiere que el chamo venda las propiedades para pagarle su parte o algo así. En el poblacho, se reencuentra con viejos colegas, amigos, conocidos y demás familia y se empieza a preguntar si hizo bien en marcharse de allí a la capital del reino, si igual se debía haber quedado con el novio y que se la empetara hasta los pelillos de los güevos. A todas estas, el novio se baja de Ámsterdam para ver qué coño está pasando por allí.

Esto es como fritanga de comedias románticas y particularmente, fritanga de comedias románticas holandesas, que lo de una hembra chef, lo tenemos en las películas de Soof, como por ejemplo Soof 3 que comenté hace un mes, y las otras dos están comentadísimas en el mejor blog sin premios en castellano y lo de volver al pueblo y descubrir que le molaba la vida allí lo vimos hace dos meses en Hart op de Juiste Plek y bueno, después han copiado y pegado de todo tipo de comedias románticas americanas con lo que estás viendo los ochenta y dos minutos que dura y en todo instante es que sabes lo que va a pasar. No es que sea mala, es mediocre, se pasaron copiando y todo te suena demasiado y por más que los actores lo puedan hacer bien, no es suficiente. Tiene un par de movidas raras, que nadie entiende, como la escena en la que la pava y una antigua amiga van a almorzar, les sirven la comida y primero se va una sin tocarla, después la otra y allí nadie pagó, es rarísimo y cosas así suceden continuamente, como si faltaran escenas que se cortaron en el montaje.

Esto queda terminantemente prohibido tanto para miembros del Clan de los Orcos como para los sub-intelectuales con GafaPasta.


2 respuestas a “Kwestie van geduld”