La semana pasada estuve tan ocupado que no tuve tiempo ni de mirarme el ombligo, algo que suelo hacer habitualmente como ejercicio para aumentar el tamaño de mi ego e incrementar la escandalosa distancia que me separa del común de los mortales. Las próximas dos semanas se presentan igual de complicadas aunque la diferencia estará en que serán actividades lúdicas las que me robarán el tiempo. Una de esas actividades fue la que provocó El gatillazo que tuve esta semana y del que ya me he repuesto gracias al sistema tradicional de recuperar la autoestima a través de Compras aquí y allá. La semana pasada también presenté al Niño y ahora solo nos queda esperar que sus aventuras no tarden en llegar a este rincón.
Sigo sorprendiéndome porque puedo ir a toda velocidad con el iPhone, un cacharro que me sigue maravillando tanto como el primer día.
La serie de bicicletas se incrementó con En bicicleta con minusválidos, una foto que muestra una de las posibilidades que se ofrecen en algunos lugares en este país para que las personas con alguna minusvalía también puedan disfrutar de ellos.
Hemos seguido viendo fotos de Oostvaardersplassen y aún nos queda un tiempo viendo a los animales que viven en dicho parque. Esta semana el foco pasó de los caballos Konik a los ciervos. Las fotos fueron: Pavoneándose un poco, En manada, Así nos conocimos, Escondido en la hierba, Señoritas y señoritos y El macho de la manada.
Finalmente, el Cine estuvo representado por la pésima Wanted – Wanted (Se busca) y una divertida comedia romántica llamada The Accidental Husband – Marido por sorpresa.
Eso ha sido todo.