Las suelas


Cuando uno de mis amigos me dijo que las zapatillas de correr o eso que en Canarias llamamos las PLAYERAS hay que cambiarlas cada novecientos kilómetros, yo me descojoné porque supuse que llegó a esa cifra tras consultar con su parasicólofo favorito de Raticulín o quizás leyendo los posos del café. En la foto vemos las suelas de las playeras que empecé a usar en marzo y que justo ahora están llegando a los novecientos kilómetros y el desgaste en la parte interior delantera y exterior trasera es super-evidente, así como mi pérdida de velocidad, que donde antes me ponía en veintiséis minutos como si nada, ahora tengo que esforzarme un montón para mantenerme por debajo de los veintiocho. No tengo ni idea y tampoco me interesa, del tipo de pie que tengo para correr pero como este modelo me gusta, hace un par de semanas me compré el mismo modelo pero en otro color, así que a estas las retiraré llevándolas a Gran Canaria para correr cuando estoy allí y las nuevas comenzarán a sumar kilómetros esta semana.

Un colega estuvo el otro día en la tienda de los corredores para que le miraran el tipo de zapato que necesita, con cita previa, una hora con el empleado de la tienda dorándole la píldora y comiéndosela enterita y al final le colocó unas playeras de casi trescientos leuros, especiales para su pie y todo lo demás. Cuando le pregunté cuánto corría y me dijo que suele ir una vez por semana a hacer cinco kilómetros, yo creo que se molestó conmigo cuando me vio revolcándome en el suelo a carcajadas, se lo tomó como una ofensa muy personal. A mi me cobran trescientos leuros por unas zapatillas que tengo que cambiar seguramente en ocho meses y lo mínimo que espero es un empleado de la empresa en mi puerta con una toballa seca cuando llego para quitarme el sudor y otro de rodillas dentro de mi casa y con la boca abierta para que me la mame antes de ir a ducharme y eso, cuatro veces por semana. Otro amigo también se ofendió cuando intercambiamos tiempos por kilómetro y más o menos le dije, quizás de manera poco sutil, que cuando corres a seis minutos por kilómetro, eso se llama caminar ligerito, no correr y que hasta las babosas seguro que lo adelantan. La gente es que es muy sensible con ciertos temas. Después fardan de los cochazos que se compran y que alcanzan hasta cienes y cienes de miles de kilómetros por hora y la velocidad máxima en autopistas es de ciento veinte, con lo que no le veo sentido alguno a esas velocidad dobles y triples.

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8 respuestas a “Las suelas”

  1. Yo no corro, ando, suelo comprarme las zapatillas Joma, porque dentro de ser una marca española acreditada y compitiendo con las multinacionales, tiene precios decentes, lo que suelo hacer es esperar a las rebajas que hacen de modelos y colores pasados de moda, y entonces me compro dos pares que no me tengo que probar porque siempre uso la misma marca.
    Esas de la foto, están para tirar a la basura hace rato, con ese desgaste te estás jodiendo vivo los pies, y como reza el dicho, «ni tanto ni tan calvo», mi conciencia me obliga a decírtelo, ya se que no harás ni puto caso, y si me libro de tus insultos, si acaso, será por lo de ancestral, y así y todo, veremos, que ya nos conocemos… 🙂
    Pero yo me quedo con la conciencia tranquila… 🙂
    Salud

  2. Se me olvidaba decirte que cuanto antes te hagas unas plantillas, mejor, de lo contrario vas a terminar con el tipito del jorobado de Notre Dame… 🙂
    Salud

  3. Totalmente de acuerdo con Genín, esas suelas dan mucho asquete y seguro que tu pisada y por tanto tus articulaciones, columna y demás deben estar sufriendo de lo lindo. No las uses ni para ocasiones en tu tierra natal, so rata, cómprate otras para allí o te llevas las que acabas de comprar.

  4. Menudas reinonas del drama. Si ves la suela nueva, la diferencia es mínima y al contrario que todos mis amigotes que corren, yo no tengo lesiones, soy compacto y eficiente como un virus podemita y truscolán

  5. Las lesiones llegan lentamente, pero llegan seguro, a mi me llegaron casi a los 70, porque yo tenia una forma de pensar sobre ese tema tan gilipollas, como la tuya, hasta que me informaron correctamente, consulta a profesionales, o gente experta de años, te lo agradecerás o te cagarás en ti mismo con los años, cuando las soluciones no existan o sean muy cruentas… 🙂
    Salud

  6. Yo estoy totalmente a favor de que transplanten mi cerebro a una Kitchen Aid y desechen el cuerpo cuando ya no sea útil