Locke & Key


Según por donde lo mires, en las páginas de series y cine te dicen que la de hoy es un drama, un thriller, una de fantasía y en algunas de ellas añaden que es de terror, aunque lo del terror es como que muy superficial y en dosis mínimas para que las pavas como Virtuditas puedan tolerarlo sin tener que pedirle a algún Ancestral que le mande otro paquetes con pañales para adultos. Se trata de Locke & Key y está en vuestra plataforma digital y tal y tal favorita y en España, la podéis encontrar también buscando por truscoluña no es nación.

Tres julays hermanos se mudan a la keli familiar, una mansión un pelín más pequeña que el casoplón de la marquesa de Garrapatagar, conocida también como la ex-coleta y reconocida comunista sucia y rastrera a la que le gusta más un leuro que chingarse a alguna de las hembras de su harén. Volviendo al tema, los chiquillos van a vivir a la keli familiar y allí empiezan unas movidas super-raras con unas llaves que aparecen por todos lados y que parecen ser mágicas. Al mismo tiempo, como que cada llave hace una cosa diferente y las hay buenas y las hay malísimas y hasta peores. Los tres hermanos, que van desde edad de instituto a edad perfecta para los presuntos tocadores-de-niños, tendrán que afrontar la que les está cayendo juntos o aquello terminará como el rosario de la Aurora.

La serie comenzó de fábula y es super-hiper-mega interesante, una de esas series como pensadas para los adolescentes como yo. La cosa es que en el tramo final, a falta de cuatro episodios, como que al guionista se le secó la inspiración o lo pilló una diarrea tremendamente dañina que le hizo mucho, pero que mucho, daño y la historia flojea demasiado. Esto podría haber sido un clásico si no la cagan en esos episodios finales y honestamente, tengo curiosidad por ver como salvan la serie en la segunda temporada, que yo diría que para empezar, o le pagan un buen médico privado al guionista, o le señalan el caminito a la puta-calle y ponen a uno nuevo. Como siempre, al más pequeño de los hermanos es al que le cogemos más cariño y se convierte instantáneamente en el protagonista, en el más espabilado y en el que lo ve venir todo desde lejísimos, pero hay que darle también mérito a su hermana y al otro hermano, al talludito que más que las llaves, lo que quiere es chingarse a alguna de las pencas del instituto hasta que eructe de tanta lefa que le han jincao por los bajos. Pese a lo desigual que fue el guión y a la obvia decadencia que hubo entre el comienzo y el final, la serie resultó bastante interesante y definitivamente, al menos veré el primer episodio de la segunda temporada.

Yo diría que está muy lejos de los gustos de los miembros del Clan de los Orcos y definitivamente, no interesará a los sub-intelectuales con GafaPasta. Aún así, a todos los que están entre ambos grupos sí que les puede gustar.


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