Mira que ando despistado, desde enero de este año, concretamente desde el veinticinco de enero, Distorsiones, el mejor blog sin premios en castellano, es mayor de edad, lo que básicamente significa que he conseguido mantener durante más de dieciocho años este chiringuito, que nació en plena fiebre de las bitácoras, que eran el futuro de la humanidad y lo iban a cambiar todo y que después fueron relegadas, marginadas y sustituidas por las redes sociales, mucho más simples de crear, que no requieren mantenimiento y que además, son gratis y lo único que te piden es que les entregues tu intimidad y poder bombardearte con publicidad de todo tipo y vender tus datos a otras empresas que lo usan para lo mismo o para cosas aún más terribles. En el camino, desde aquel día del año 2004 tenemos más de doce mil ochocientas anotaciones, que estoy convencido que ya lo he dicho todo y tengo poco que añadir y el volumen de texto es tal que cubre varias veces el tamaño de una biblia. Durante todos esos años he procurado que todo el contenido sea original, con una ingente cantidad de anotaciones con fotos de múltiples lugares del mundo, aunque muchísimas de ellas desaparecieron tras La traición de flickr. Hay más de dos mil ochocientas anotaciones de Cine y casi trescientas cuarenta de Bicicletas, todas ellas en el Álbum de fotos de bicicletas, el álbum más grande que hay por aquí dentro.

También tenemos un montón de recuerdos e información sobre mi vida y obras, porque este sitio es al fin y al cabo mi diario, el sitio en el que escribo las tonterías que se me ocurren, cuando se me ocurren y en el que procuro no censurarme porque si llegas a eso, lo mejor es dejar de escribir. En el pasado me preguntaba de cuando en cuando si lo debería dejar, pero ahora esto es más bien como un músculo bien entrenado que realiza su trabajo de manera autónoma y que no requiere demasiada atención. Eso sí, no quiero que piense que porque ya es mayor de edad ha ganado alguna libertad. Fue, es y será mi diario y aquí el que tiene trincado y bien trincado el timón soy yo.

Así que ahí queda

Distorsiones cumple 18 años