Mentes Poderosas – The Darkest Minds


Los últimos años vivimos la fiebre vampírica y todos nos convertimos en expertos en el lingoteo de sangre, después pasamos a las historias escritas para jóvenes adultos con mundos distópicos y parece que ese ciclo está llegando a su fin y estamos en la última de esas películas, ya que el tema no atrae las multitudes que congregaban las anteriores y todo nos suena como a conocido. Este último intento por crear una trilogía que seguro que son quince películas se titula The Darkest Minds y en España se estrenó la semana pasada con el título de Mentes Poderosas.

Un puñado de julays las pasan putas y canutas

En gringolandia el Trompo ese ha cagado el país por completo y se les empiezan a morir los chiquillos así como de golpe y los que sobreviven a ese mes negro, desarrollan como super-poderes o algo así, unos más chulos que otros y algunos super-hiper-mega-peligrosos. Una pava que tiene uno de los peligrosos, como la manipulación por politiqueo o algo así oculta eso y se hace pasar por lista, que no lo es. Cuando la sacan del campamento en el que se encuentra, se tropieza con otros adolescentes como ella, con diferentes poderes y le llama muchísimo la atención el superpoder de un chamo que le pone los pezones como piedras de hielo y que además de mover objetos, tiene el superpoder del PAKETÓN y ella saliva imaginándose empalada por ese rabote o algo así. En su huída sin sentido, llegarán a un campamento que parece como esos de los boy-scouts pero sin curas tocando a los niños.

Como siempre, estamos en el mundillo distópico pero aquí hay muchísimas cosas que no funcionan desde el principio. De entrada vemos a los chiquillos en un campo de concentración y hasta vemos como los matan, esos mismos soldados y policías que son padres, quizás de alguno de ellos porque la enfermedad afecta a todos los niños. Después vemos como a los más inteligentes, en lugar de aprovechar que son genios, los ponen a limpiar zapatos, que es como lo normal. Ya una vez fuera de ese campo de concentración, las boberías no cesan, como cuando los niños, que están siendo perseguidos sistemáticamente por todo el mundo, pues pillan una habitación en un hotel sin problemas. La historia tiene estupideces de estas a porrillo, es como una fritanga a medio hacer, tiene de todas las sagas anteriores un poquito pero le faltó el ingrediente mágico. Para más escarnio, una de las protagonistas es Amandla Stenberg, que hacía el papel de Rue en los Juegos de la Hambruna, la niña negra que moría y que nos hacía llorar a todos y que ahora tiene poderes. Lo único bueno de la película es que la química con Harris Dickinson funciona, la relación entre ellos es creíble, aunque quizás sea lo único que está relativamente bien en una película que entretiene pero que no encandila.

Esto estaba super-bien hace cinco años pero ahora ya tenemos los pelitos del culo muy grandes y no nos mola tanto, ni a nosostros ni a los miembros del Clan de los Orcos. Tampoco creo que fascine a los sub-intelectuales con GafaPasta. No me extrañaría nada si la saga termina con esta única película, por más que no tenga final y que nos hayan dejado esperando el siguiente episodio.


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