Nocturna en Tufia, segunda parte


La inmersión comenzó en Nocturna en Tufia, primera parte

Qué emoción tan grande llegar al segundo vídeo de esta inmersión y de nuevo, con cosas absolutamente nuevas e inéditas en este el mejor blog sin premios en castellano. Para esta maravilla he elegido la canción Too Many Colors de Twin Shadow, que suena muy adecuada al tema en cuestión ya que por la noche, no vemos tantos colores en las nocturnas.

Este segundo vídeo comienza yendo directamente al grano, o en este caso, al caballito de mar, que es la primera vez que veo uno en una nocturna. Al parecer en el lugar hay actualmente tres, pero solo encontramos uno y fue más que suficiente. Desde allí seguimos viendo erizos, vacas marinas, estrellas de mar y en el segundo minuto comienza la exhibición de dos calamares enormes que no eran para nada tímidos y que se nos acercaban continuamente. Un espectáculo fastuoso y que te da un jilorio que no veas, que yo estas cosas las soluciono yendo a Ca’Ñoño a comprarme un bocadillo de calamares fritos con alioli y cualquiera que me vea comiendo ese bocadillo sabe que aquello es una experiencia mística total.

La tercera y última parte está en Nocturna en Tufia, tercera parte

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7 respuestas a “Nocturna en Tufia, segunda parte”

  1. Se ve poquita fauna, estarían durmiendo, y a los que deslumbrabais con esas luces, estarían acordándose de vuestras familias con saña… 🙂
    Salud

  2. Las nocturnas son igual que en Venezuela, lo mejor es esconderse para sobrevivir. Todo el que está activo, está CAZANDO.

  3. Bocata de calamares… mmm… hace siglos que no me zampo uno, habrá que resarcirse ahora que me lo has recordado!

  4. Ahora me habéis dado ganas de comer un bocata de calamares… 🙂
    Que digo yo, que si en las nocturnas hay solo cuatro bichos, para Que las hacéis, ¿Para joder a los que duermen? o para jugar con las lucecitas… 🙂
    Salud

  5. Las hacemos porque se ven cosas que no es posible ver durante el día, como los calamares, que es casi imposible verlos de días, o ver a un Angelote cazando, o los pulpos también fuera de su escondrijo. Además y aunque sea complicado de entender, la oscuridad te permite centrarte mucho más, reduce el ruido visual a tu alrededor y observas muchas cosillas que de otra forma te pasarían desapercibidas. Y claro, también está que al fnal, hay un montón de bichos que capturan la luz y después la emiten y es super-chulo, cuando ya hemos acabado, juntarnos todos, apagar las linternas y ver como todo a nuestro alrededor se vuelve verde fluorescente.