Una de las cosas que te rompen los moldes cuando visitas Pompeya es el descubrir que hace dos mil años ya había locales para comprar comida, una especie de restaurantes. Yo tenía ese mundo idealizado y pensaba que todos comen en casita pero resulta que no, que si te apetecía tenías un montón de sitios en la ciudad en los que preparaban comida, la cual estaba en unas especie de ánforas de las que se pueden ver los huecos en el mostrador. Por supuesto, el menú era fijo pero aún así, algo alucinante. Había varios locales y dado que no quiero que la serie sea infinita, me quedo con esta foto en donde también se puede ver una bonita pintura en la pared.
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Tiempo para gandulear y probar cosillas
Sucede muy de cuando en cuando y para mí son la excepción. Este fin de semana me lo pude dedicar a mí mismo y mis intríngulis. Logré lo increíble, dos días completos sin hablar con nadie ni preocuparme por la vida o milagros de otros. Solo yo. Mi ego se lo merecía que me paso el día por ahí haciendo galas y al final no me queda tiempo para rascarme la barriga, sacar la morralla que se ha ido macerando del ombligo o simplemente tirarme a ver una serie y quedarme dormido sin que me importe un pito. El sábado gasté parte de la mañana en el cine en Amsterdam, recorriendo sus calles a primera hora, antes de que suelten a los turistas de sus jaulas. Después, al llegar a mi casa, continué con el plan que parece no acabar nunca de vaciar el congelador. No se pero por más que como nunca parece ser suficiente y siempre queda algo más. Llevo ya cinco semanas y aún veo una cantidad apreciable de bolsas con comida. El domingo además de no hacer absolutamente nada tenía una pequeña competición con un colega del trabajo. Ambos íbamos a preparar Chiacchiere y el lunes compararíamos el resultado. Él optó por la receta clásica con la grappa italiana y yo la sustituí por Ron miel de Gran Canaria. Ambos coincidimos en que es un postre raro, mayormente seco pero a la gente de la oficina le pareció fabuloso y las veinte que llevé volaron en menos de tres minutos. Tan espectacular como el resultado fue mi recipiente al vacío, un cacharro al que le conecto un tubito desde mi CASO VC100 y el cacharro absorbe el aire del interior dejándolos tan frescos como dos o tres instantes antes de prepararlos. Todo el mundo alucinó cuando el recipiente recuperó la presión y lo pude abrir.
Esta semana estoy buscando alguna receta interesante para hacer filetes de atún, que llevo con antojo desde tiempos inmemoriales. Miraré en los libros del Jamie para ver si tiene algo interesante. También hay un colega de la oficina que me ha pedido la receta de las tortitas de carnaval de Gran Canaria, reconocidas mundialmente como las mejores y si mi madre me la pasa, igual las hago también un día, aunque son terrible porque no puedes parar de comerlas con lo que tendré que calcular muy bien las cantidades o voy a acabar como un boliche, sobre todo ahora que me he recuperado del más de kilo y medio que gané en el fin de semana en Málaga y que he estado jiñando a base de bien durante toda la semana. En fin, que es verdad que el universo se mueve alrededor de la comida, sobre todo de la comida riquísima. Al menos eso sucede en mi universo.
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Pinturas en la pared de una casa en Pompeya
Una cosa que es increíble de Pompeya es lo de las pinturas en las kelis de los pompeyanos. Esas pinturas tienen en el mejor de los casos, contando que el pintor hubiese acabado el trabajo ese año, mil novecientos treinta y siete años o sea, más o menos la edad de Marujita Díaz y siguen igual de fantásticas. Esto no lo hace el PoZero ni de coña, sus casa con suerte llegan al año y medio antes de que todo se desmorone. Impone un montón de respeto el entrar en esas estancias y ver las paredes pintadas con tanto detalle. En la audioguía que te daban te lo contaban todo pero claro, como yo soy un cacho de carne con ojos ya se me olvidó así que nos quedamos con la imagen.
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La semana pasada en Distorsiones
Como comenté en el resumen anterior, aquel fin de semana estuve en Málaga y aunque no es uno de esos viajes super-hiper-mega detallados, sí que nos preguntamos ¿Quién es esa chica …? y en Fin de semana en Málaga tenemos el relato de los viajes de ida y de vuelta con multitud de fotos únicas e irrepetibles y un fascinante vídeo en el que despegamos aterrizando reculando el avión, algo que jamás se verá en alguno de los blogs de copiar+pegar que tanto abundan por ahí.
En Ingeniería del futuro en el pasado tenemos como uno puede ser muy previsor, comprarse su billete para navidades en febrero y ahorrarse una pasta gansa. Como siempre, alimento mi ego con cosas como Desbarrando o algo parecido.
Con el cambio de mes llegó la hora de ver Las fotos más populares en mi flickr el mes de enero con más de lo mismo y muchas conocidas.
Seguimos por Nápoles y durante la semana vimos el Castel dell’Ovo y después desde la casa en la que me quedé miramos hacia el Castel Sant’Elmo desde la parte baja de la ciudad por la mañana y desde el otro balcón de mi habitación vimos la cúpula de la Basilica dello Spirito Santo. La visita a Nápoles la hice porque quería ir a Pompeya y tras esta pequeña introducción a la ciudad nos lanzamos a ese lugar y comenzamos por el Teatro Grande y cerramos las fotos de la semana con un Impluvium con mosaico.
Cuando alguno se intenta comparar conmigo en lo del Cine tiene que saber que con frecuencia hay semanas muy productivas como la pasada en la que en siete días fui a ver SIETE películas y por la bitácora comenté cuatro comenzando con la flipante El renacido – The Revenant, seguimos con la sorpresa que me llevé con la extremadamente buena 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi – 13 Hours: The Secret Soldiers Of Benghazi y a partir de aquí la cosa se chafó con la bazofia de The Boy y la mierda de Brasserie Valentijn.
Aunque hubo varios días que no estuve en mi casa, sí que salieron algunas cosillas de mi cocina:
Y así transcurrió la semana pasada.