La primera cerveza que probé en mi vida y la cerveza con la que crecí y ahondé en el alcoholismo social fue la Tropical, la Cerveza sin rival que decían en los anuncios y que era una cerveza producida en Gran Canaria del tipo pilsen. La fábrica estaba en la carretera de subida a Tafira, entre dos curvas como de circuito de fórmula uno. De siempre hubo comentarios con los colegas sobre esta cerveza porque unos cientos de metros más abajo de donde se fabrica estaban los tanques en los que se depuran las aguas residuales de la ciudad de las Palmas de Gran Canaria y siempre sospechamos que la tentación es muy grande e igual hacían lo inconcebible. La cerveza Tropical es otra pilsen más que hay que tomar muy fría. No destaca por nada y al mismo tiempo esa es su principal virtud. Tiene un saborcillo ligeramente amargo. El porcentaje de alcohol es del 4,7%. Si pasas por las Islas Canarias, seguro que te la tropiezas en bares y cafeterías. Por descontado, hay que tomarla helada.
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Casa de Anne Rice en el club de las 500
Hoy regresamos atrás en el tiempo hasta prácticamente los inicios de esta bitácora. En abril del año 2004 estuve en Nueva Orleans, en donde fui testigo del famoso festival de jazz de esa ciudad, un año antes de que el huracán Katrina la arrasara. Después de que sucedió lo del huracán hice una serie con fotos de la ciudad aunque creo que nunca llegué a agruparlas en un álbum. Una de esas fotos es la de hoy, tomada en la puerta de una casa que perteneció a la escritora Anne Rice en tiempos pretéritos. La fot la vimos en la anotación Casa de Anne Rice en septiembre del 2005 y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500
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Santa Maria del Rosario
La única iglesia en Venecia en la que me quedé rascado por no poder entrar fue Santa Maria del Rosario o I Gesuati, una iglesia del siglo XVIII (equis-uve-palito-palito-palito) que está en el sestiere de Dorsoduro. Su fachada es preciosa y una de las cosas especiales que tiene es que tanto el edificio como todas las obras de arte que contiene se hicieron en un intervalo de treinta años. Pese al nombre, no está relacionada con los Jesuitas (I Gesuiti). Para que esa fachada se sostenga tuvieron que poner doscientos setenta pilares en el suelo. Con este templo acabamos el recorrido de día por Venecia y seguiremos con algunas fotos tomadas de noche antes de saltar a Murano, Burano y Torcello, que he elegido incluir en esta misma serie.
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Posibles cambios
Desde mediados de junio se han sucedido algunos cambios por esta bitácora. Después de un periodo azaroso y en el que Distorsiones estaba caída dos ratos de cada tres decidí emigrar a otro proveedor de alojamiento web. Dado lo peculiar del contenido de mi diario y mi reticencia a las bondades del Gratis Total de las multinacionales, desde el año 2004 he preferido pagar y al menos saber que en mi casa mando yo y no he de someterme a las políticas de otros. En estos dos meses y medio la bitácora ha funcionado como un tiro y la semana pasada comencé el traslado de Visitar Holanda, el rinconcito en el que tengo los consejos y sugerencias para aquellos que vienen a pasar unos días a Amsterdam y alrededores y que existe de manera independiente desde hace casi cinco años. Transferir el dominio desde la antigua compañía hasta el lugar en el que se encuentra ahora fue una tarea de siete días, ya que esas empresas que tanto quieren nuestro dinero y tanto nos prometen juegan con los plazos máximos cuando te quieres ir. Durante esa semana Visitar Holanda desapareció de la red y ayer por la mañana me informaban que la transferencia del dominio se había completado. Yo ya tenía preparado su nueva keli y durante el día estuve adecentándola. Después de un montón de años con el mismo aspecto, opté por migrar al mismo estilo de Distorsiones y darle un aspecto más fresco:
Me quedé con la imagen de cabecera porque es una que me gusta muchísimo y opté por una columna lateral a la derecha con el índice. En Visitar Holanda siempre ha habido publicidad y seguirá existiendo. Que nadie se crea que sirve para sacar una millonada pero ayuda a pagar el alojamiento y en ocasiones es posible que le haya servido a más de uno para encontrar aquello que buscaban. Este año le he dedicado poquísimo tiempo y una de las cosas que tengo pendientes para el otoño es revisar todas las anotaciones y actualizarlas un poco. También me gustaría añadir algunas nuevas pero como siempre, dependerá de esas horas que me faltan con frecuencia.
Mientras colocaba mis dos patios de recreo en su nuevo hogar, un proveedor llamado ASmallOrange y con el que por el momento estoy encantado, me acordaba que justo en estos días se cumplen dos años desde la última vez que los cuatro sospechosos habituales donaron dinero para ayudar a pagar el dominio. En esta ocasión no tendrán que hacerlo, está todo pago hasta junio del año 2015 y entre las cosas que es posible que vaya a probar está el volver a incluir publicidad en Distorsiones. Por suerte hoy en día hay herramientas que no tenía hace años y tendrá un impacto muy limitado, sobre todo para los que leen con frecuencia. Mi idea es limitar los anuncios a las anotaciones con fotos de lugares y quizás las de bicicletas y las recetas de cocina. Toda la parte personal o el cine quedarían excluidos. Además, la portada de Distorsiones también quedaría excluida con lo que aquellos que entran a diario no verían nada. Es solo una idea y desconozco si llegaré a llevarla a cabo. El objetivo final es hacer que el lugar se auto financie.