A veces algunos de mis amigos me preguntan por la razón que me lleva al cine a ver películas que según ellos, son para niños. No tengo ninguna obligación de hacerlo y sin embargo voy a verlas y en muchas ocasiones, no una sino varias veces y en diferentes idiomas. La razón es tan obvia que no debería ni tener que decirla, me gusta el cine, todo y salvo por las películas del Señor de los Julandrillos dirigidas por el patético Peter Jackson, procuero no hacerle ascos ni al cine de autor ni al cine de acción ni a la comedia romántica ni al drama o al cine infantil. Todos los géneros siguen formando parte de la experiencia del cine y cuando está bien hecho, lo disfrutas igual. Con esa idea en la cabeza fui a ver el otro día The Lego Movie, película que se estrenó en España hace un par de semanas con el triste y patético título de La Lego película que me provoca unas ganas terribles de coger un puñado de bloques de duplo que son más grandes y jincárselos por el ojete al cabrón que se lo puso.
En el mundo de los bloques, el Pozero es el rey
Un chamo absolutamente normal y corriente se despierta como cada mañana para tener un día más mediocre y vulgar. Al final de la jornada laboral ve algo raro en la obra en la que estaba y acaba en un lugar desconocido, como una pava que está como pa’ jalársela y con un bloque raro pegado a la espalda que lo señala como el Elegido o algo así. A partir de ese momento, vivirá una gran aventura en la que tiene que salvar todos los universos Lego de un malo acarajotado que quiere pegar a todo el mundo al lugar en el que están para que todo sea perfecto.
Lo primero que te llama la atención de esta película es el detalle. Es una auténtica pasada como todo lo tuvieron en cuenta y hasta el agua o el humo lo hacen con lego. Después, lo que me noqueó y me dejó fuera de juego fue el guión, una pequeña joya con una historia perfecta e impecable que los adultos disfrutamos como bellacos mientras los niños se centran en las figuritas de Lego. La historia está además plagada de alusiones a todo el cine que llevamos viendo desde la Guerra de las Galaxias hasta ahora y hay que ser retardado o truscolán para no reconocerlas y reírte con ellas. En momentos en los que los niños ni se imaginan que hay algo extremadamente cómico en pantalla nos ven a los adultos partirnos las pollas de risa y no una ni dos veces, decenas y decenas más. La historia es amena desde el principio hasta el final, tiene ritmo, tiene substancia y tiene un universo impecablemente hecho que resulta enternecedor. Fui a una sesión en Tres-Dé y tengo que decir que me gustó mucho y en esta ocasión, la tercera y malévola dimensión no me molestó. Esta es una película que se acerca peligrosamente al concepto de arte, que revienta la idea de lo que puede ser cine de filmoteca y cine de palomitas y las abraza a ambas con éxito. Es sencillamente una gozada.
Si eres un orco y no vas al cine con el Clan o con tu hembra y los gorgojos que le has hecho, no tienes nombre y deberían extraditarte a truscoluña. si eres un borde sub-intelectual de GafaPasta, deberían romperte las gafas si no vas a un cine a verla. Para los demas, cine obligatorio.
