El martes al salir del trabajo fui un momento al ayuntamiento. Tenía que recoger un par de documentos. Ese día me entregaron el pasaporte y el carné de identidad holandeses. Ese día pasé a tener, por un corto periodo de tiempo, doble nacionalidad. Después me fui a casa del Rubio a celebrarlo, con barbacoa y mucha cerveza. En estos días he estado liado juntando todo lo que tengo que enviar al consulado español para la renuncia a la nacionalidad española. Muchos de mis amigos parecen incapaces de asimilar que una de las condiciones que acepté para adquirir la nacionalidad holandesa es la renuncia a la española. Holanda es donde vivo, donde trabajo y donde construyo mi futuro así que no le veo ninguna ventaja a ser un ciudadano de segunda y no poder votar en las elecciones nacionales por no tener la nacionalidad. De nada me sirve votar en España y de hecho, dejé de hacerlo hace un montón de años. Salí del país el 1 de julio del año 2000 y si hay algo que lamento es no haberlo hecho antes.
Entre los documentos que necesito para renunciar se encuentra una certificado literal del acta de nacimiento y hoy al recibirlo me llevé una sorpresa. Desde que me inscribí en Holanda, ellos se han empeñado en unir mi primer y segundo apellido con una y (i griega). Yo lo he rebatido y peleado y ellos siempre me dicen que si la pusieron es porque así figuraba en la primera partida de nacimiento que yo traje a Holanda. Yo siempre lo he negado y he culpado a quien quiera que puso mis datos en el sistema. Al abrir el sobre con el certificado y mirarlo, he descubierto que siempre he estado equivocado, que al inscribirme, alguien puso la y después del primer apellido.
Aligerando el tono y dejándonos de tanto dramatismo, ahora que tengo dos pasaportes y dos carné de identidad, mi primera duda surgió a la mañana siguiente. Estaba lavándome los dientes cuando me tiré un peo de escándalo. Para aquellos que no lo sepan, en las Canarias se denomina peo a las ventosidades ruidosas del vientre que se expelen por el ano, sin «d», que sería la forma usada en otros lugares. En las Canarias distinguimos y usamos bufo para las ventosidades silenciosas del vientre que se expelen por el ano, es decir, para los ataques con armamento químico y alevosía en los que todo el mundo salta para acusar a los demás. Esta otra palabra es única en el idioma español y resulta que fue importada del catalán, transformándola en masculina. Ellos según tengo entendido dicen bufa.
Yo me tiré un peo, bien sonoro y al momento me pregunté a mí mismo si ese sería español o holandés, si vienen con nacionalidad de fábrica. Menudo dilema.