Ya llevamos unas cuantas semanas viendo templo tras templo en la zona en la que se encuentra Angkor Wat. Todos increíbles y preciosos, fascinantes, hechos en piedra sin usar ningún tipo de cemento para fijarlas unas a otras pero lo que nunca vemos son las kelis de los que vivían por allí. Es como si esta gente solo pensara en templos y a la hora de vivir, se montaban uno. Como sucede siempre, ese tipo de construcción era cara y para las casas del populacho se optaba por la madera, la cual es muy práctica y todo lo que quieras pero no aguanta caña como las piedras y por eso no tenemos restos de casas de los antiguos habitantes del lugar. Hoy en día sucede más de lo mismo. En las zonas turísticas tenemos los hoteles hecho con ladrillo y cemento y por todos lados vemos las casas de los camboyanos, estructuras de madera muy simple, casi siempre con una única habitación que es dormitorio, salón, cocina y lo que se preste y elevadas del suelo por aquello de las inundaciones en la temporada de lluvia, que en este lugar podían llegar al metro y medio de altura. Por eso hasta para la motocicleta tienen hecho el garaje en alto con una rampa ya que si hay una certeza absoluta en el lugar es que en la temporada de lluvias, la posibilidad de inundaciones oscila entre altísima y con toda certeza. Cerca de la casa suele haber un pozo que es donde extraen el agua para el consumo. Multitud de ONGs trabajan en la zona dotando de pozos a las distintas familias ya que los que no tienen y toman el agua directamente de la superficie suelen pillar todo tipo de enfermedades chungas y mortales. Las aguas subterráneas incrementan su calidad de vida significativamente. Para nosotros los occidentales, un vasito de agua en una casa de esas es una aventura de varios días en los que cagarás hasta la fe que tengas en uno o varios dioses.
-
El Templo de Neak Pean
Al este de Preah Khan hay un templo circular en una isla artificial llamado Neak Pean. Aunque ahora el lugar está mayormente seco, en su momento esta isla estaba en una extensión de agua de tres kilómetros y medio de largo por novecientos metros de ancho y por aquí se llegaba a la entrada principal de Preah Khan, lo cual le debía dar cierto aire espectacular. Como casi todo por la zona de Angkor Wat se construyó en el siglo XII (equis-palito-palito) y el templo es budista. Supuestamente este lago se diseñó con propósitos médicos y era una especie de hospital con cuatro grandes piscinas que representaban la tierra, el agua, el fuego y el viento. En el agua había también una estatua de un caballo (que se puede ver en la imagen por el lado izquierdo del templo) que creo que era de Balaha y que en este caso supuestamente protegía contra los ahogos.
-
La semana pasada en Distorsiones
Durante la semana pasada regresamos a un tema conocido en Yendo de nuevo a Estambul ya que este es un trayecto que hago con cierta frecuencia. El pequeño relato de ese viaje acabó en Las islas Príncipe y regresando de Estambul. Coincidió que el Turco estuvo trabajando en Holanda durante la semana y así el martes se produjo una Conjunción máxima al estar en las mismas coordenadas geográficas el Elegido, el Rubio y el Turco.
Continuamos en los alrededores de Angkor Wat y la primera parada de la semana pasada fue para ver una Puesta de sol desde Phnom Bakheng, seguimos con La valla de entrada a Preah Khan y seguimos en la zona viendo una Estatua y ruinas en Preah Khan, después vimos un Árbol sobre edificio del templo de Preah Khan y acabamos la semana con Otro edificio en Preah Khan. Aún me quedan fotos para un par de semanas más y después es probable que sigamos en Camboya, aunque igual nos desviamos para pasar por Sintra o Munich durante unas semanas.
Acompañando a la imagen de la Puesta de sol desde Phnom Bakheng pudimos ver esta otra de la gente Observando la puesta de sol en Phnom Bakheng, aunque la discusión a degenerado al grado de follabilidad de la pava que aparece en primer plano.
La Cerveza de la semana fue una Hofbräu Münchner Weisse que también tomé en Munich con mi amigo el Rubio.
El fin de semana vimos una nueva imagen que entra al Club de las 500. Se trató de una del edificio de la Holland-Amerika Lijn en el club de las 500 en la ciudad de Rotterdam. La semana pasada se me olvidó comentar que también habíamos visto unos Chochos típicos en el club de las 500.
Hubo un momento de esta semana en el que pensé que no iría al Cine pero al final logré ver cuatro películas aunque solo comenté tres por estas tierras. Comenzamos con la patética El juego de Ender – Ender’s Game, un disgusto de-que-te-cagas con una penosa adaptación cinematográfica de un clásico de la ciencia ficción. Continuamos con la fantástica Los juegos del hambre: En llamas – The Hunger Games: Catching Fire, la cual veré varias veces. La semana acabó en la misma línea con Bienvenidos al fin del mundo – The World’s End, otro peliculón.
Por falta de tiempo no he podido poner nuevas imágenes en Comida en fotos y procuraré hacerlo esta semana. No hice fotos de comida pero si que hay un resumen visual:
Y así transcurrió la semana …
-
Bienvenidos al fin del mundo – The World’s End
Cuando esta mañana miraba la cartelera y elegía las películas que quería ver, el título de la película de la que quiero hablar hoy me traía a la mente otra completamente distinta y cuando comenzó me quedé desconcertado durante unos instantes, pensando que había metido la gamba de manera épica y que las dos siguientes horas iban a ser una tortura brutal. Por suerte hay veces en que las equivocaciones juegan a favor de uno y resultó que comenzaba un viaje increíble con una película buenísima. La película se titula The World’s End y en España se estrena la semana que viene con el título patético de Bienvenidos al fin del mundo que no termino de captar.
Un grupo de julays se van de copas por Vecindario y acaban siendo acosados por un montón de chusma y gentuza truscolana
Un perdedor de cuidado recuerda entrañablemente el final de su juventud y como intentó recorrer los doce pubs del poblacho en el que vivía con sus amigotes y tomarse doce pintas de cerveza. Una purriada de años más tarde, vuelve a juntar a los colegas para intentar acabar la hazaña pero las cosas se salen de madre cuando descubren que hay algo raro en el poblacho.
Si alguien me llega a decir que esto es una comedia con ciencia ficción y cine gore, yo me encadeno a la puerta del cine y entro el primero. No me puedo explicar como ha pasado por debajo de mi rádar pero por suerte la he podido ver y tengo que admitir que me he reído como un bellaco durante casi toda la película. La historia es simplona y absurda pero fascinante y brutalmente deshonesta. Seguimos a cinco chamos que ya no tienen nada en común y que se han juntado seguramente para poder ver lo mal que les va a los otros mientras recorren los pubs de la ciudad en la que crecieron y van notando que las cosas no son normales. Hay momentos descabellados e hilarantes en los que te tiras al suelo de risa. Simon Pegg consigue uno de los mejores papeles que le he visto hacer y aunque debería odiarlo y no sentirme identificado, lo cierto es que desde el principio es ese colega adorable que es un cafre de cuidado pero al que quieres como un hermano. A su alrededor los otros actores parecen estar pasándoselo tan bien como él y Pierce Brosnan nos recuerda que también puede hacer comedia.
Me lo pasé bomba, me reí hasta hartarme, me agarré a la butaca en las escenas de acción y hasta toleré el final chorra que le han puesto a la película y que es lo único que evita que la considere una obra maestra. Esto es una especie de ejercicio de cine de serie B que funciona con la precisión de un reloj suizo. Si eres un miembro del Clan de los Orcos, asómate a la ventana y grita convocando al clan y te aseguro que os lo pasaréis de escándalo. Si eres un sub-intelectual de GafaPasta es probable que sepas apreciar la infinidad de pequeños detalles y referencias a otras películas que ha dejado el director y si eres un cachondo mental al que le gusta el cine como entretenimiento para pasar un buen rato, esta no te la puedes perder.