En los Países Bajos, todo lo relacionado con las bicicletas es como un culto. Con las bicicletas vamos desde el punto A hasta el B, viajamos con ellas en autobuses, trenes, se celebran bodas y entierros usando la bicicleta como medio de transporte, paseas con tu amor verdadero en bici y también con tu rollete de una noche. En la bici te montas sobre el volante de la de algún amigo o vas de paquete detrás o en el medio. Llevas a tus hijos, o a un numeroso grupo de niños, haces una mudanza o transportas a tus animales. Puedes ir en bicicleta y al mismo tiempo en una silla de ruedas y hasta puedes usarla como cualquier hijo de vecino, sin nada especial. Con tanta variedad y sabiendo que una parte importante de nuestras vidas la hacemos en bici, se asume que mientras pedaleamos es también probable que comas y bebas y por eso, en lugares estratégicos te encuentras los blikvanger, unas papeleras diseñadas especialmente para que sin reducir la velocidad te puedas deshacer de la basura. Como podéis ver en la foto funciona perfectamente y mientras el césped alrededor de la papelera está limpio, en su interior hay varias latas de refresco. Esta la suelo pasar cuando salgo de Woerden en bicicleta.
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Poniendo otra cruz en el mapa de viajes
En la empresa para la que trabajo permiten que los empleados recompren hasta quince días laborables para así poder extender sus vacaciones en tres semanas. Supongo que es un concepto extraterrestre para la gente que llega con lo justo a fin de mes y que hace ingeniería de bolillos para cuadrar las cuentas pero para nosotros es una excusa tonta para aprovechar y disfrutar de la salud y los amigos y andar saltando de aquí para allá, gracias a las compañías aéreas que han acercado el volar a los mortales y que no abusan de nosotros como aquellas tan tradicionales que te daban un plato de cutre-comida y te cobraban el billete a precio de mamada de zorra famosa y toxicómana.
Para cuando leáis esto yo andaré en los cielos de Europa camino de Málaga en donde nuestra partida se completará y saldremos a vivir grandes aventuras en Granada durante un par de días. Siempre digo lo mismo pero por si acaso hay alguien despistado, todo está escrito y en esta ocasión hay una avalancha de anotaciones durante el fin de semana, tantas como seis que alterarán el ritmo que suele ser más habitual durante los fines de semana. No me sean malos.
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Manneken Pis en el club de las 500
A nadie que lea esta bitácora se le escapa que de todas las ciudades cerca de los Países Bajos, Bruselas es la que menos me gusta. En realidad me repele y salvo que me vea obligado, no paso nunca por la misma. La última vez fue en el año 2005 y de aquellas fotos salió la anotación Manneken Pis que se publicó en febrero del año 2006 y a la que hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Ajax 2 – Anderlecht 0
Cada día es una gran aventura y cada semana es una colección increíble de las mismas. Esta semana pensaba que me la tomaría con calma y tranquilidad y al final no he parado la pata y entre medias, he preparado todo el contenido que iréis viendo los próximos días y he dado unos cursos intensivos a mis vecinos sobre Gran Canaria.
Ayer por ejemplo venía la Chinita a mi casa a cenar e íbamos a comer pulpo a la plancha. Saqué los susodichos del congelador, me fui a trabajar y la Chinita canceló la cita con esa maldad tan inusitada que tiene y la excusa fue que se escoñó y no se podía ni mover. Ya le dije que como sí que soy rencoroso y no me importa que se sepa, voy a coger la muñeca de vudú y darle unos meneos. Al final aquello de lo que quería hablar se fue a la porra y tuve que improvisar. Si esto lo hubierais leído en el universo paralelo en el que sucedió la acción, habríais visto la foto de los dos iPhone anterior, la cual me sirve para dar pie al tema de hoy y de paso dejar algo escrito porque llegaré muy tarde a mi casa.
En enero el amigote con el que voy al fútbol me informó que tal día como hoy iríamos nuevamente al estadio Amsterdam ArenA para ver el partido del Ajax contra el Anderlecht, uno de esos que se puede considerar un derby ya que son los vecinos y a estos se les tiene una tirria enorme, que aquí en Holanda se dice que los belgas son tontos y están acarajotados, más o menos lo mismo que piensan los canariones de los chicharreros, los de Madrid de los de Barcelona y así podríamos seguir …
Así que aquí estamos, después de un 0-3 en el partido de ida, dispuestos a realizar la narración pachanguera, surreal y absolutamente subjetiva de lo que sucedió en el partido de hoy.
Mi amigo me recogió como siempre alrededor de las cinco de la tarde y como suele ser habitual, la gente se sorprendió de verlo por nuestro complejo de edificios ya que él cambió de empresa hace tres años. El día que algunos capten el concepto de la amistad se les abrirá un nuevo universo. Cenamos en el restaurante La Place que hay a la salida de Hilversum y como estamos en semana de vacaciones de invierno, no había tráfico alguno, lo cual provocó que llegáramos al estadio Amsterdam ArenA mucho antes de lo habitual y que aparcáramos muy cerca. No voy a descubrir nuestros secretos pero puedo confirmar que es posible aparcar cerca del estadio sin pagar si conoces la zona.
En esta ocasión y sabiendo que el partido de ida fue tan favorable la gente no se animó a venir al estadio y no llenaron, algo que no nos desanima y nos lo seguimos pasando igual de bien. Como en todas las ocasiones anteriores, en nuestras butacas teníamos la banderita conmemorativa del encuentro, esa que le regalo en cada ocasión a un muerto de hambre de mi oficina que no se gasta un duro en nada que pueda resultar lúdico y divertido y que prefiere amasar la pella de oro para que sus hijos la hereden y se la gasten.
El partido estuvo todo el tiempo bajo control y después de diez minutos el Ajax marcó el primer tanto y se vino el estadio abajo. Al placer de marcar se une el hacerlo contra los belgas, seres obviamente inferiores y que todo el mundo sabe que son incapaces hasta de formar gobierno. El autor del tanto fue Miralem Sulejmani, un jugador del que hasta ahora siempre habíamos pensado que era un paquete de cojones pero el hijoputa marcó los dos goles del partido.
El resto de la primera parte transcurrió casi sin sobresaltos y una de las pocas veces que vimos a los jugadores de cerca fue en esta jugada en nuestra portería. Como ganábamos por dos goles, el ambiente era totalmente festivos y gritamos y cantamos y nos reímos de los acarajotados belgas tanto como pudimos. Todo el mundo en los Países Bajos sabe que lo único peor que ser belga en este mundo, es tener dos hijas góticas como cierto comemielda metido a salva-civilizaciones.
Durante la segunda parte, la acción transcurrió mayormente delante de nuestras narices con el Ajax presionando una y otra vez a los acarajotados belgas hasta que se aburrieron y se dedicaron a entrenarse para el partido del sábado mientras los belgas hacían cola para apuntarse y así recibir la paga de Forrest Gump. Lo malo de ganar es que la gente es muy desagradecida y quince minutos antes de terminar el partido medio estadio salía por patas para no llegar tarde a casa. Nosotros nos quedamos para los aplausos y agradecimientos de rigor y después volvimos al coche y regresamos a casa.
En la próxima ronda el rival a batir es el Spartak de Moscú y ya os podréis imaginar quien estará allí para verlo. Será el 10 de marzo y lo retransmitiremos por aquí mismo.