Cuando cruzas en Pulau Perhentian Kecil desde Long Beach a Coral Bay lo haces a través de una jungla bastante espesa. En el camino, además de los ruidos de animales y los eventuales ataques de mosquitos lo más que me llamó la atención fueron los carteles que de cuando en cuando me tropezaba grapados en los árboles. No es solo por el cartel, es por la forma en la que transmiten el mensaje que algo en mi cabeza lo asoció inmediatamente con la legendaria saga de juegos de Monkey Island, aquellas aventuras increíbles con las que destrozábamos neuronas tratando de terminarlas allá por el comienzo de los noventa, una época en la que jugar con tu ordenador no tenía la sofisticación actual y era algo más íntimo y básico pero tan divertido o más que lo que se puede ver hoy en día en los juegos de este nuevo milenio. En el juego habían pistas que te dejaban en ocasiones en posters como el de la foto de hoy, mensajes subliminales que si pulsaban la tecla adecuada en tu línea de pensamiento te llevaban hasta el siguiente acertijo y te permitían continuar adelante.
Igual yo soy la excepción a la regla pero casi todos los días me cruzo con alguien o con algún objeto que en seguida reactiva algún recuerdo pasado y me provoca el escalofrío de un Déjà vu o paramnesia, de estar haciendo o viendo algo que ya he hecho o visto anteriormente. Es totalmente imposible que yo haya estado en ese camino que iba de una playa de la isla a la otra porque mi primera experiencia fue en un juego de ordenador y sin embargo la tuve. Estando allí sentí que no era la primera vez que andaba por ese lugar, que formaba parte de los itinerarios por los que he pasado a lo largo de mi vida. Me pregunto si a alguien más le ha pasado …