Otro de los lugares famosos de Roma es la Plaza de España, lugar en donde está la embajada española ante la Santa Sede y allí nos encontramos con las escalinatas que nos llevan hasta la iglesia de Trinità dei Monti. Esas escalinatas tienen cerca de tres siglos de antigüedad y siempre están llenas de turistas que descansan y disfrutan con la algarabía del lugar. Hay una parada de metro al lado con lo que resulta muy fácil llegar con transporte público y en esa zona están las tiendas más pijas de la ciudad.
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Mi pequeño Keukenhof
A finales de octubre planté unos ciento cincuenta bulbos de tulipanes en mi jardín para tener mi propio Keukenhof en casa. Me sirve también para saber cuando ha llegado la hora de visitar el parque puesto que mis tulipanes no engañan, si ellos están abiertos, sus hermanos también. Este fin de semana gracias al buen tiempo ha habido una gran actividad en mi jardín y los resultados están a la vista.
Ha llegado la hora de ir al Keukenhof en este 2008 y seguir incrementando mi colección de miles de fotos de tulipanes con unos cientos más. Nunca se tienen bastantes. Los tulipanes son las flores más hermosas, crecen en el frío invierno y despliegan sus vivos colores y hacen alarde de su hermosura en el mismo momento en el que la temperatura comienza a subir. Son los heraldos de la primavera y como tales han de ser respetados.
No están solos. Me gusta acompañarlos con otras flores para que entre todas le den algo de color al jardín y lo pinten como si de un cuadro se tratara.
Y por supuesto, uso y abuso de los objetivos de mi cámara para ir tan cerca como puedo y abrir una ventana hacia esos universos diminutos de tan corta duración ya que cuando el tulipán se marchita y se le caen las hojas, ellos desaparecen.
A veces la belleza puede parecer pero no os preocupéis que no lo es, los tulipanes que pronto se marcharán volverán el año que viene, anunciando de nuevo la primavera y acompañados por cien o doscientos más que plantaré para que les hagan compañía.
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La semana pasada en Distorsiones
Esta semana que acaba de concluir ha sido bastante atípica y con una temática un tanto radical en la que lo de Reality sucks se ha hecho más real que nunca. Todo comenzó cuando un gilipollas hijo de mala penca comenzó a acosar y fastidiar a una amiga mía porque el puto maricón de mierda se encoñó conmigo. Como su cabeza está llena de la lefa que se traga a diario y no parece ser capaz de procesar mensajes como un ser humano cualquiera nos hemos visto abocados a mandarle la información de una forma más básica para que capte el concepto. Podéis empezar leyendo Alea jacta est, el resumen de todo lo acontecido y desde ahí completar la historia con todas las anotaciones que la complementan, que son Mariconas viejas, Chinclases de conducir, Siempre, todo lo peor y La guerra de las Falacias. Episodio decimonono. Siempre lo mejor. Esperemos que lo haya captado y podamos pasar página. Por lo demás, mis vacaciones en Nueva York ya están organizadas y antes de eso iré a Zaragoza para un fin de semana largo con un par de amigos.
Seguimos visitando Roma Ciudad Eterna y las paradas fueron en Roma desde la cúpula de la Basílica de San Pedro, Basílica de San Pedro, Atardecer mágico sobre el río Tíber, el fabuloso Panteón de Agripa y Guardia Suiza en el Vaticano.
Estuvimos en el Cine y vimos el documental Artic Tale – Los reyes del Ártico, la película Die Fälscher – Los falsificadores, ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa y lo último de Woody Allen, Cassandra’s Dream.
Y pese a la temática tan peculiar, he procurado insertarla en mi rutina de historias habitual y por eso mi amigo El chino continuó con sus Chinclases de conducir, el cual ya sabéis que cae dentro de la categoría de Desvaríos, al igual que Siempre, todo lo peor y La guerra de las Falacias. Episodio decimonono. Siempre lo mejor, siendo estas dos últimas también Relatos.
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Cassandra’s Dream
Desde siempre yo he sido fans de Woody Allen. Espero con ansia cada una de sus películas y las veo todas. Por lo general salgo muy contento del cine porque me gusta su estilo y su humor y solo de cuando en cuando tropiezo con una de esas obras que te dejan indiferente o incluso cabreado. Su última película ha sido Cassandra’s Dream y para aquellos que prefieran el resumen ejecutivo, es mala.
Dos hermanos julays no tienen lo que hay que tener
Uno sabe que la película está haciendo agua cuando después de media hora se han marchado seis personas de la sala. Y cuando después de una hora la cifra ha subido a más de quince, definitivamente algo va muy mal. Al principio nos presentan a dos hermanos que compran un viejo velero, lo arreglan y lo llaman Cassandra’s Dream. Todo parece normal y los chavales tienen sueños y problemas distintos. No hay mucha química entre ellos pero eso no significa nada. Después que uno de ellos se endeuda por un problema de adicción al juego es cuando la cosa se va al garete. La solución que nos ofrecen es estúpida, la resolución para lograrla es aún más estúpida e irritante y la gracia y la chispa de los guiones de Woody Allen aquí brilla por su ausencia. No hay una línea argumental entretenida y pese a algún momento puntual en el que la cosa se anima, la sensación de aburrimiento te puede. Particularmente nefasta es la interpretación de Colin Farrell, que consigue irritar a todo el público con una actuación de puta pena. Todo va de mal en peor hasta que la escena final lo termina de cagar todo con uno de los peores finales que recuerdo.
No se la recomiendo a nadie, a menos que quieras sufrir y aburrirte.