Distorsiones

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  • Cambiando el escenario

    23 de diciembre de 2008

    Una sombra en el cielo

    Cuando era pequeño estaba convencido de ser el único ser vivo en el mundo e imaginaba que cuando mis padres me llevaban de vacaciones en realidad lo que sucedía es que me encerraban en el avión y en el tiempo que duraba el viaje un montón de robots extremadamente trabajadores se dedicaban a cambiar el escenario. Era una especie de Show de Truman conmigo como protagonista.

    Hoy en día ya no le presto tanta atención a esos cambios de escenario y posiblemente es más sencillo para los mismos robots que realizan la tarea porque yo no intento descubrirlos. Para cuando leáis esto yo estaré en el cilindro metálico, cabalgando sobre Europa y bajando hacia Gran Canaria. Por primera vez en un montón de años he depositado mi confianza en cierta compañía de la que solo guardo malos recuerdos. Espero que estén a la altura de las circunstancias.

    A los que habitáis la isla redonda, igual nos vemos. Está en vuestra mano.

  • Puerta de Brandenburgo de noche en el club de las 500

    23 de diciembre de 2008
    Puerta de Brandenburgo de noche

    Puerta de Brandenburgo de noche, originally uploaded by sulaco_rm.

    La Puerta de Brandenburgo de noche es tan bonita como cuando está iluminada por la luz del sol. Tiene algo majestuoso y pese al enorme tamaño, no te hace sentir como una pequeña pulga junto a ella, algo que sí que sucede con otros monumentos repartidos por toda Europa. A esta imagen que vimos hace dos años le damos hoy la bienvenida al Club de las 500

  • Momentos mágicos

    22 de diciembre de 2008

    La gente que trata conmigo a veces siente curiosidad por la razón o razones que me han traído hasta los Países Bajos y me mantiene(n) anclado aquí. Les parece difícil de creer que pudiendo vivir en las Islas Canarias o en cualquier otro lugar de España yo prefiera un país pequeño, con mucha lluvia, medio sumergido y lleno de gente que al parecer son bordes y antipáticos. Muy pocos me creen cuando les digo que en realidad yo encontré el lugar al que quiero llamar hogar aquí, amo esta tierra, sus gentes, sus costumbres y cada mañana cuando salgo a la calle con mi bicicleta no dejo de sorprenderme por lo afortunado que soy al poder vivir en este lugar. Pese a los años que llevo aquí, cada día sigue siendo una aventura única e irrepetible y sé que algo está esperando a la vuelta de la esquina para sorprenderme, para iluminar mi cara con una sonrisa, para elevar una ceja y cuestionar mis propias convicciones. Aquí encontré a un puñado de amigos increíble que me han adoptado como a un nuevo miembro de sus familias y que en ocasiones me agobian con tanto instinto protector. Sin embargo, no es de esto de lo que me gustaría hablar hoy.

    La semana pasada me tomé un día libre. Me quedaban demasiados días de vacaciones y en mi empresa nos obligan a tomarlos para evitar el tener que pagarlos si nos echan. Aprovechando que el viernes iba a estar medianamente soleado, el Moreno y Yo decidimos irnos a hacer fotos a un par de sitios. Siempre que vamos a algún lado terminamos saliendo a las siete de la mañana porque por alguna extraña razón, el objeto de nuestro deseo madruga demasiado. En esta ocasión quedamos a las nueve de la mañana y pese al esfuerzo de tener que salir de mi casa media hora antes de lo habitual, no fue tan malo. Por la noche me dediqué a cargar baterías, limpiar objetivos, vaciar memorias, preparar la mochila y procurar que nada se me pase por alto por la mañana. Salí de mi casa cargado como una mula con la cámara, el 70-200mm, el fisheye, el monopod y mi nuevo objetivo 24-70mm que había comprado el día anterior. Estaba un poco acarajotado porque la noche anterior salí con el Rubio y quizás bebimos más cerveza Ouwe Daen de la debida. En el tren mandaba mensajes a los colegas, respondiendo a sus diferentes conversaciones y escuchaba algo de música. Cuando nos encontramos en Hilversum, enfilamos hacia Almere Buiten ya que queríamos caminar por los límites de Oostvaardersplassen, un parque que ya os debería sonar ya que ha sido objeto de multitud de fotos y comentarios. Buscábamos pájaros. La mañana habría sido perfecta de no ser por los tres grados de temperatura y del viento. El aire te hacía sentir mucho más frío y estábamos totalmente solos en la zona. Comenzamos a caminar cargándolo todo y prestando atención para ver si escuchábamos algún ave. Teníamos la conversación casual de siempre, esa que solo puedes tener con los amigos de verdad. Vimos varios animales pero o estaban muy lejos o n resultaban interesantes. El frío seguía calándonos y cuando ya estábamos a punto de darnos por vencidos decidimos salirnos del camino y entrar en el bosque. Los colores del invierno son tan increíbles como los del otoño y más cuando caminas en un bosque creado por el hombre, en un lugar en el que hace unas décadas solo estaba el mar y el tesón de los holandeses ha convertido en Almere. El bosque tiene una simetría fascinante, con los árboles perfectamente ubicados y seleccionados para que creen efectos específicos. El suelo estaba muy mojado y las botas se me hundían en el barro pero seguíamos avanzando expectantes.

    Nos paramos y entonces los vi. A unos cien metros de nosotros, dos ciervos luchaban mientras otro miraba. El frío hacía que el vaho de su respiración crease un aura mágica alrededor de ellos. Se alejaban y se lanzaban uno contra otro y solo dos personas estaban allí para ver aquella maravilla, fuera del Parque Nacional, en una zona en la que supuestamente no se encuentran los ciervos. Nos acercamos con cuidado, haciendo fotos cada cierto tiempo. La magia del momento se prolongó durante unos minutos y nosotros no podíamos ni hablar. En un momento determinado nos vieron y se alejaron. Unos cuantos machos surgieron del bosque detrás de ese trío y los siguieron. En total deberían ser unos veinte.

    Los seguimos durante un rato dentro del bosque, casi corriendo. Dos personas corriendo detrás de un montón de ciervos con unas cornamentas increíbles cuando deberían ser ellos los que nos acecharan con esas armas que llevan en sus cabezas. En un momento determinado asumimos que ya no los volveríamos a ver y retomamos la ruta que nos llevaría hasta el coche de mi amigo. Después de unos minutos caminando por un lodazal que nos cubrió de barro casi hasta los tobillos encontramos un claro en el bosque y casi nos caemos muertos cuando aparecieron frente a nosotros una manada de ciervos hembra que se quedaron quietas mirándonos durante unos instante antes de salir corriendo. El segundo momento mágico de la mañana, aún más trascendente que el primero. En ese instante yo ya era la persona más feliz del país y debía deslumbrar como una supernova por la felicidad tan grande que sentía. Volvíamos hacia el coche y ya estábamos prácticamente en el aparcamiento cuando frente a nosotros comenzaron a cruzar de nuevo los machos y uno de ellos se paró, giró su cabeza y se quedó mirándonos, dejando a los demás pasar a su lado. Casi ni tuve tiempo de hacer alguna foto y eché de menos el tener un objetivo más potente. Este tercer momento mágico nos llevó junto al coche, en donde encontramos señales del paso de los ciervos, que habían cruzado por allí. Creo que volveremos a ese lugar para hacerles fotos en primavera, en verano y en otoño. Mis botas daban asco, cubiertas de lodo y mis pantalones vaqueros eran un completo desastre.

    Desde allí nos fuimos a Huizen, cerca de Hilversum. En el coche hablábamos sin parar sobre lo que acabábamos de vivir. En Huizen fuimos al muelle y comenzamos a buscar un ave llamada Panurus biarmicus o bigotudo. En holandés se llaman Baardmannetje. Nos topamos con otras dos personas que también estaban buscándolos. Hablamos un poco con ellos y después seguimos. Los encontramos y tratamos de hacer tantas fotos como nos fue posible pero hacía demasiado viento y no era fácil. El lugar en el que estaban es un humedal y teníamos que andar entre enormes juncos. Estuvimos una hora y media haciendo fotos, buscando los pájaros y disfrutando con la aventura. Nos acercamos a almorzar a un restaurante en la zona que yo conozco y después volvimos para seguir haciendo fotos una hora más, antes de que se hiciera de noche.

    De vuelta a casa miraba las fotos en mi cámara con una sonrisa boba, contento porque me obligaron a tomar ese día de vacaciones, feliz por haberlo pasado con un buen amigo haciendo algo que a ambos nos gusta. Quedarse en casa leyendo la wikipedia quizás sea suficiente para otros pero yo no renuncio al mundo real por nada. No me interesa ser un intelectual de gafas de pasta, no tengo el menor interés en saber qué demos han ganado el último concurso de la demoscene o siquiera saber qué coño es una demo. Prefiero viajar y vivir las experiencias por mí mismo, respirar mil tipos de aire distinto, conocer gente y descubrir nuevas culturas. Un día de mi mediocre vida vale más que diez mil horas de subcultura de Internet.

    Para cuando llegué a mi casa estaba muerto de cansancio. Estuve hablando un rato con mis vecinos y me fui a dormir pronto. Fue otro día mágico.

    Actualizacion: Cuando me quité las botas Timberland que compré en Estados Unidos en el 2006 siguiendo las sugerencias de los comentaristas habituales y que supuestamente duraban toda una vida, una de ellas estaba agujereada y las tiré. Vida total de las mismas: 2 años. Causa de la muerte: Suela totalmente gastada de tanto caminar. Por suerte en Mayo me compré unas nuevas junto al Empire State y ya están en funcionamiento. Seguiré con Timberland si voy por Estados Unidos, son infinitamente más baratas que las Panama Jack y me duran incluso más.

    En cualquier caso, me quiero comprar unas botas de caminar por el monte (Trekking) ya que imagino que volveré por ese sitio más veces. Se aceptan sugerencias sobre marcas y modelos. Busco algo bueno, es decir, con un buen aislamiento contra el agua y que puedan recibir caña.

  • La semana pasada en Distorsiones

    22 de diciembre de 2008

    Ya pronto estaré en ruta hacia Gran Canaria y en estos últimos días de estancia en Holanda, cuando no estoy sentado en una mesa con los amigos encochinándome y bebiendo o estoy durmiendo y sudando el alcohol o preparando el contenido para que no se note mucho mi ausencia durante las vacaciones. He alterado un poquito el diseño para darle algo de espíritu festivo a la cabecera. Lo podéis ver en Distorsiones Naviden?as o sencillamente buscando la parte superior de la página.

    En mi empresa, como todos los años en otoño, han anunciado Una ronda más. Ya he perdido la cuenta de todas las que he superado pero siempre es bueno tenerlo en cuenta por si te toca. Los resultados se sabrán a finales de enero.

    Mi auto-regalo de Navidades, o uno de ellos, es un objetivo CANON 24-70mm f/2.8L para complementar a la nueva cámara. Es un tocho que no veas, pesado y aparatoso pero muy efectivo. He vuelto a tocar el tema del teléfono de apple que tanto le toca los mondongos a algunos que tenga y he puesto la lista de Mis programas favoritos para el iPhone. Honestamente, si tienes que comprarte un teléfono, ese es el adecuado.

    Hemos visto una nueva bicicleta y en esta ocasión fue La bicicleta que vivió dentro de un canal.

    Las fotos de la semana fueron nuevos miembros del Club de las 500. Vimos: Vista de Gante desde el río en el club de las 500, Hilversum bajo mis ojos en el club de las 500, Los escaparates de las putas en el Barrio Rojo en el club de las 500, La rana en la fachada de la Universidad en el club de las 500, Mascarón de proa en el club de las 500 y la Puerta de Brandenburgo en el club de las 500. Esta semana acabaremos con esta masiva actualización del club y continuaremos con una segunda tanda de fotos de Nueva York.

    Tuvimos una nueva receta en la sección de Cocinillas, algo tan sencillo y fácil de preparar como unos Crostinis con aceitunas y alcaparras. Este es un buen momento para recordaros que todas las recetas están agrupadas en Mi pequeño libro de recetas de cocina el cual ha ido creciendo y ya no es tan pequeño. Algún día tendré que ordenarlas de alguna manera.

    Finalmente, el Cine de la semana vino de la comedia navideña divertidísima Four Christmases – Anywhere but home – Como en casa en ningún sitio y un tostón insufrible llamado The Women.

    Esto ha sido todo. En caso de no tener conexión, el próximo resumen vendrá tras las fiestas.

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