En verano siempre tengo la sensación de perder horas porque me falta tiempo para hacer todas las cosas que quiero. Esta semana pasada no he parado la pata y esto termina pasando factura. El domingo fue el único día en que pude relajarme y tirarme a la bartola y aproveché para cambiar el aspecto de la bitácora y dar la bienvenida a las Distorsiones de Verano. Unos días antes fui a ver el musical Tarzán, el cual me encantó.
En verano siempre acabo escribiendo Historias veraniegas, Relatos absurdos y que por supuesto no tienen nada que ver con la realidad. Tengo pensados algunos que seguro que levantarán ampollas porque al fin y al cabo se trata de escandalizar y provocar alguna reacción en la soñolienta audiencia que visita la bitácora durante estos meses. Por ahora, podéis comenzar con El precio de la belleza.
Por fin terminé de relatar el Viaje a New York 2008 con El Museo de Historia Natural, el edificio Dakota y la vuelta a los Países Bajos. Ahora solo me falta voluntad para revisar las casi mil fotos que hice aunque creo que tendrá que esperar un tiempo porque sigo atascado con las del año pasado. Tanta tecnología y sin embargo el procesamiento de las imágenes toma muchísimo tiempo.
Y hablando de fotos, terminamos con la visita a Volendam y Marken. Vimos esos Callejones vacíos, el Maxima Brug y Marken. Todas las fotos están agrupadas en el Álbum de fotos de Volendam y Marken y mientras llega la siguiente serie, visitamos El Club de las 500 al que ha llegado el Zoco de Mutrah de día en el Club de las 500.
En la sección de Cine hablamos de Mamma Mia!, todo un peliculón para pasárselo bien y también tuve tiempo de aburrirme con 21 – 21: Black Jack.
Acabamos con Nada es imposible, una imagen de la perseverancia y el empeño en sacar algo adelante a cualquier precio.
Y os dejo con las estadísticas de estos dos primeros trimestres del 2008. Sigo sin entender por qué entra tanta gente por aquí: