La semana pasada salí una noche a cenar con mi amigo el Rubio. Vino a Utrecht y primero hicimos eso que no hacen las mujeres: nos fuimos a Media Markt para ver tecnología, para quedarnos con la boca abierta con la televisión de 109 pulgadas y 79.999 euros que tienen expuesta y que tiene por detrás quince ventiladores de ordenador para refrigerarla. Recorrimos las secciones de una en una, tocándolo todo, probando trastos y disfrutando como enanos. Hemos descubierto que los de Media Markt están tratando de atraer a las féminas al negocio. En lugar de poner zapatos o ropa que sería lo que yo haría, ellos han montado una sección de consoladores y vibradores. Choca un montón encontrar esos aparatos en esa tienda. Para más Inri los han colocado junto a la sección de cepillos de diente eléctricos, que es como mandar mensajes al subconsciente porque con uno te curras la boca y con el otro el coño y al fin y al cabo, ambos son orificios. No pude controlar mi ansia derrochadora y me compré la mini serie y primera temporada de Battlestar Galactica, una serie que adoro y en la cola de la caja me hice con Clerks de Kevin Smith. No suelo comprar casi nunca películas porque no las veo en la tele y solo muy de cuando en cuando caigo en la tentación. Me sorprendieron los precios tan bajos de los DVD, casi que salen más baratos que una entrada de cine, es algo increíble.
Desde allí nos fuimos de bares y acabamos cenando en un restaurante griego, el plato especial de carne, una brutalidad compuesta por tres tipos distintos de carne apilados en el plato y que te deja reventado. Es en esos momentos cuando me gustaría ser capaz de seguir la dieta leididí y darme un paseo por el baño, enchufarme los dos dedos en la garganta, vaciar el gaznate y volver a la mesa para seguir comiendo. Por desgracia no puede ser y salimos del restaurante como dinosaurios, moviéndonos lentamente y enfilamos directamente hacia el Oudaen para tomar unas cuantas cervezas. El bar estaba lleno y conseguimos mesa de chiripa. Estuvimos allí un par de horas y nos lo pasamos genial. Cerca de la medianoche volví a casa y aunque al día siguiente tuve algo de resaca, no fue tan mal como me temía.
El Rubio quiere organizar alguna salida de vacaciones conmigo y su esposa e hijos. Hace un año y medio estuvieron conmigo en Gran Canaria y se lo pasaron genial y quieren repetir. Aún no hemos decidido cual será el destino aunque imagino que será alguna ciudad europea. Me han invitado a ir a esquiar con ellos en febrero pero como siempre he declinado la invitación. Lo de esquiar no me atrae nada, el día que pongan montañas rusas en esas montañas y uno se pueda lanzar cómodamente sentado y bien amarrado a su silla hablamos.
Y ya que estamos en plan insubstancial y vulgar, comentar que el lunes supuestamente se sabe a quién echan en mi empresa y quién consigue pasar a la siguiente ronda. Yo siempre quiero que me expulsen de la academia pero me temo que no tendré suerte. Me tocará quedarme y seguir hacia la final. Igual debería apuntarme a algún concurso de esos que dan por la tele. Seguro que ganaba.