Distorsiones

Llegué a las Canarias, miré la cartelera y marco las películas que tienen pinta de ser de terror para verlas y entre ellas hay una que en España llaman The Host y que pensé era americana o algo así puesto que su título original es Gwoemul y viene de Corea. Supongo que la forma más fácil y sencilla de timar y estafar al público es tratando de camuflarla como cine occidental pero no os engañéis, es una película mala.

Un gandul coreano cabezudo, retardado e hijoputa se pasa dos horas corriendo para matar un lagarto.

A la hora de estafar y timar esta película debería ser un caso de estudio en las escuelas de maleantes. Es supuestamente de terror pero si hay algo que no sentirás cuando la ves es miedo. En realidad se puede decir que de los ciento diecinueve minutos que dura le sobran ciento dieciocho. Aún me asombra más saber que en el país de los cabezudos hay una versión para DVD de cuatrocientos cuarenta y seis minutos o la friolera cantidad de siete horas y media. Digamos que los efectos especiales son de puta pena, que los actores no es que lo hagan mal, es que son patéticos, todos y cada uno de ellos aunque vistos los cabezones que tienen sería milagroso que pudieran actuar ya que parecen enanos cabezudos. Los diálogos son de juzgado de guardia y el puto bicho da lástima de lo mal que lo hicieron.

En realidad el guión eran dos páginas que repitieron cambiando la ropa de los actores y la localización. Tienen la escena de múltiples coreanos gritando y agitando los cabezones peligrosamente y la escena con cutre bicho atrapando una presa y llevándola a la guarida.

En definitiva, una mierda del copón. No vayas a verla.

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Hay historias que es mejor no revolver, que las podemos dejar en paz y nuestros recuerdos vivirán felices y comerán manices hasta el fin de los tiempos. También hay dinero y este no suele ser amigo de nadie y nos vuelve codiciosos. El dinero lo mueve todo y no respetamos ni los clásicos. Ya en el año 2001 se ultrajó la memoria de la película el silencio de los corderos con una patética continuación que producía arcadas y al parecer no fue suficiente con llenarse los bolsillos de infamia, quisieron más y ahora han hecho una precuela llamada Hannibal Rising que se convirtió por obra y gracia del traductor en Hannibal, el origen del mal.

Un julay de clase alta se folla a su tía y come carne cruda.

No hacía falta contarnos nada de esta historia y de querer hacerlo, al menos currarse un poquito más el guión porque lo que han conseguido es una película de tensión barata, aburrida como pocas, con un protagonista que me enerva de lo malo que es, con unos actores que parecen tan aburridos como el público y unos momentos cumbres con gente comiendo carne humana que dan lástima. Digámoslo claro: Es una puta mierda de película. No hay absolutamente nada que merezca la pena. La cagan con la explicación de cómo empezó todo, la cagan con los flashbacks, la cagan con el puto muchacho de los cojones y la cagan con la tía ninja que le acoplan para que lo haga un asesino nato. Particularmente esta última rama de la trama hizo que casi me marchara del cine. Me recordaba a las películas gore pero esas suelen ser divertidas y esta es que provocaba unos bostezos de muerte.

No hay terror, no hay tensión narrativa, no hay momentos expectantes sino una sucesión de bazofia de la mala dirigida por un tipo sin creatividad y escrita por un pesetero que quiere ordeñar la vaca al máximo para poder pagarse las putas tailandesas y que es el principal culpable de esta atrocidad porque de él viene también la novela que jamás leeré. Thomas Harris está en plena caída y si esto es lo mejor que puede escribir, mejor se dedica a la agricultura, a la horticultura o a contarse las ladillas que tiene entre los pelos de los huevos. Le ha tomado ocho años jiñar esta mierda.

Nada más que decir. Si tienes un día malo y necesitas motivación para cagarte en todos los muertos de alguien entonces esta es tu película. No se la deseo ni a mi peor enemigo.

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Una de las pocas cosas buenas que tienen los Oscars es que llaman la atención sobre un puñado de películas extranjeras que suelen sobresalir de la media y que gracias a ese foco consiguen ser distribuidas internacionalmente. La ganadora del Oscar a la mejor película extranjera no fue Volver como todos esperábamos sino Das Leben der Anderen conocida en España como La vida de los otros y pese a mi preferencia por la película de Almodóvar, no puedo dejar de admitir que esta es también excelente.

Nos cuenta la historia de un julay comunista de mierda que gusta de comer coños traidores y educar apajarados para que se dediquen al sacro arte de la extorsión y el asesinato selectivo. Le encargan investigar a un metrosexual venido a menos y con novia multiorgásmica y sin que venga a cuento se le sale la vena mariquita y se encoña con el artista, lo cual tendrá nefastas consecuencias para la paz mundial, la capa de ozono y la madre que lo parió. Después de unas diligencias en cierta cárcel la multiorgásmica se escoña y los otros tendrán que hacer un par de números musicales para llegar al final de la película.

Lo único que sabía de esta película cuando entré a verla es que había ganado el Oscar, que es alemana y que es un drama de más de dos horas. Después de presentarnos al protagonista, ese comisario político que además entrena a otros para que busquen y neutralicen a aquellos que osan pensar de una manera distinta, nos vemos en una carrera hacia el desastre en la que este hombre aprenderá a respetar las ideas y pensamientos de su enemigo y terminará por protegerlo para que pueda hacer su tarea. El comunismo comenzaba a hacer agua y la Alemania Democrática estaba a punto de irse al garete en los tiempos en los que sucede la película. Es muy interesante ver la paranoia que rodea a todos los miembros del Partido y la saña que ponen en acabar con sus oponentes. Siempre me ha dado la impresión que el Comunismo tiene fundamentalmente un problema y son los comunistas, la gente que lo debe llevar acabo porque practican un fundamentalismo tan peligroso como el de algunas religiones.

Con cada minuto de la historia te vas identificando más y más con el escritor rebelde que pese a ser comunista y creer en ello, es considerado un traidor por no seguir la política oficial y el hombre tendrá que rebelarse escribiendo un artículo para el enemigo. Sus vicisitudes son escuchadas por el policía político, que lo escucha todo y sin decir nada a nadie comienza a proteger al tipo para que pueda terminar su trabajo. En un cierto momento las cosas se tuercen por culpa de los celos y todos verán como su futuro cambia radicalmente.

Tenemos un bello epílogo que nos devuelve a la realidad del mundo en el que vivimos y que nos demuestra que estamos todos mucho más unidos de lo que pensamos.

Es un drama, duro, largo y muy entretenido. Definitivamente no es el tipo de películas al que vas con esos amigos descerebrados ni con esa piba a la que le pica el chichi y quiere que se lo comas tres veces al día. Es cine para ver solo o muy bien acompañado.

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