Distorsiones

  • Inicio
    • Contactar
    • Acerca de
  • Lo imprescindible
    • Visitar Holanda
    • Índice de álbumes de fotos
    • Índice de viajes
    • Recetas de cocina
    • Hembrario
    • El club de las 500
    • Álbum de fotos de bicicletas
    • Álbum de fotos de cervezas
  • Destacados
    • La Arbonaida
    • Comida en fotos
    • Mi herencia
    • uno+cero
    • Visitar Holanda
    • Mis ratos en la cocina
  • Déjà Vu

    10 de febrero de 2007

    Estuve meses viendo el trailer de Déjà Vu sin sentir la necesidad imperiosa de verla. La selección que hicieron para atraer nuestra atención fue pésima y el hecho de gozarme seis veces el trailer en dos días jugó en su contra. En Navidades me había comprado un bono para ver cinco películas en unos multicines y como caducaba en ocho semanas, no me quedó más remedio que elegir algo de lo que tenían para terminar de gastarlo y de entre lo poco que quedaba, opté por esta película.

    Un julay negro e hijo perra se quiere follar a una beba come-cirios y no se le ocurre otra cosa que ponerle una webcam para poder verla mientras se toca la zambomba y de paso sacar un dinerillo en publicidad en su propia bitácora. La cosa se tuerce cuando una mañana una banda de soldados asesinos de inocentes se van de putas a Nueva Orleans en barco y un buen samaritano les da candela. La putilla está en el lugar y el julay se coge un berrinche y acaba explotando cosas y cantando canciones de las Supreme ayudado por un friki que tiene una máquina enorme para hacer magdalenas.

    Mi problema con este tipo de películas es siempre el mismo. No sé por qué se empeñan en mezclar tantos géneros. Elige un par de ellos y tira pa?lante con un buen guión pero no trates de rizar el rizo. Aquí intentaron hacer una película de Ciencia Ficción, Romance, Acción, Suspense, Thriller, Aventura y con tanta cosa no se acaba de definir bien. Le falta ese toque que nos suelda a nuestra butaca y nos genera un ansia que debemos aplacar sin apartar nuestros ojos de la pantalla. Como película de Ciencia Ficción apesta, tanto con la máquina para viajar en el tiempo como con las cámaras de control de los ciudadanos. Es todo una caca increíble que apesta horrores. Como Romance le falta chispa. No hay frotamientos, no hay tensión sexual entre ellos, es como si él fuera metrosexual o mariquita y ella una jodida lesbiana. Como película de Acción y Aventura aburre con tanta vuelta sobre el tema una y otra vez. Llegas a saber por donde te van a salir y eso es lo peor que le puede pasar a una historia como esta. Sin embargo, cuando juntas todas estas decepciones y las mezclas te sale una película decente, no gran cosa pero tampoco un pestiño. Se puede ver sin más problemas y la habrás olvidado antes de abandonar el aparcamiento del centro comercial.

    El hombre detrás de todo esto es Tony Scott, un director del que siempre recordaré Top Gun, una película que nunca me cansaré de ver. El protagonista no es otro que el versátil Denzel Washington que en esta ocasión hace de sí mismo pero a lo creído y chulo. Le falta un hervor para que nos identifiquemos con su papel. Lo mejor es que la historia está rodada en Nueva Orleans un tiempo después del huracán Katrina y pude comprobar que algunas de las zonas de la ciudad que me encantaron siguen en pie, incluyendo el barrio en donde estaba el hostal en el que nos quedamos.

    Así que si es domingo por la tarde y quieres despejar tu cabeza y olvidar ese algoritmo tan importante para ti y que no nos importa una mierda al resto de los mortales, llama a tus colegas los Orcos, gruñios un rato por teléfono y quedad para ver una de esas historias con temática de Ciencia Ficción, ordenadores muy muy grandes y teorías sofisticadas. Seguro que después de verla discutiréis durante horas. Para los demás, seguro que la dan en un par de años por la tele así que ni os molestéis.
    gallifantegallifantegallifante

    Technorati Tags: cine, Déjà Vu

  • Haciendo planes

    9 de febrero de 2007

    Mientras escribo mis recuerdos sobre Washington y el viaje a Nueva York el tiempo pasa volando y me olvido que este es también mi diario, mi rinconcito para imprimir aquellos momentos que hay que archivar en algún lado. Estas semanas ando bastante ocupado en el trabajo. Cada año hacemos cuatro ciclos completos de productos y estamos enfrascados en el primero. Yo soy el maestro de ceremonia, el eje que une a todos y que asegura que la fuerza de unos y las debilidades de otros no entorpezcan la marcha. Todo eso está muy bien y me mantiene entretenido pero también hay otras cosas. Estoy organizando mis próximas tres vacaciones. Este año quiero ir a múltiples lugares. Para febrero está previsto Barcelona, en marzo Gran Canaria y a mediados de abril iré a Madrid y desde allí tiraremos hacia algún lado. Hablando con mi amigo Kike estamos mirando para ver si podemos encajar entre todo esto un fin de semana en algún lugar de Europa. La ciudad que tiene todos los boletos es Budapest. En Mayo aún no sé lo que haré pero echo de menos a mis amigos malagueños y puede que les haga una visita. En Junio quiero ir a las Canarias para la noche de San Juan y a partir de ahí no he hecho planes pero no me extrañaría volver a pasar por Nueva York o quizás alguna otra ciudad norteamericana.

    Dejemos las vacaciones y pensemos en otras cosas bonitas. Gracias a este invierno tan suave la temporada de tulipanes está al llegar y ya sabéis lo que significa: visita al Keukenhof y cientos de fotos de flores. Este año ya estamos buscando actividades alternativas. Creo que iremos a un safari fotográfico de pájaros y definitivamente quiero ir a ver las manadas de ciervos que me han dicho corren en libertad en algunas reservas naturales holandesas. También en primavera terminaré de arreglar mi jardín y habilitaré la nueva zona de césped, en la cual pienso poner una hamaca y disfrutar de unas siestas de escándalo este verano.

    Ayer tuvimos el DÍA DE INVIERNO. La nieve dejó de caer a las cuatro de la tarde, a las seis comenzó a llover y a las diez de la noche ya no quedaba nada. Menuda mierda. Yo preferiría un mes completo de frío invierno, nieve y todo eso. Se supone que vivo en el norte de Europa pero por el clima esto cada vez se parece más a Andalucía. Como habían anunciado una alerta por nieve me traje el portátil a casa y trabajé desde aquí, viendo la nieve caer y saliendo de cuando en cuando para disfrutar con la nieve y participar en las batallas que se sucedían en mi calle. Hoy me enteré que algunos compañeros me vieron ayer en la oficina. Hubo gente que no me creía cuando les dije que no estaba allí. Ellos veían mis correos volando como siempre y asumieron que estaba en algún lugar del edificio. El día anterior estuvimos en el Cartouche cenando costillas. Como siempre me encochiné, salí de allí cambado pero contento. Tenían una cerveza con diez grados de la que me tomé dos botellas y me situó directamente en el umbral de la borrachera. A la hora de marcharnos, el puto Chino se empeñó en que teníamos que coger el tren que llegaba en dos minutos y salimos a escape corriendo para no perderlo. Total para nada porque quince minutos más tarde hay otro.

    Y así estamos pasando los meses oscuros, con las tardes estirándose y ganando cada día cuatro minutos de luz. Es genial saber que ya pronto volveremos a vivir en el País de la Luz.

  • St. Paul’s Chapel

    9 de febrero de 2007
    St. Paul's Chapel

    St. Paul’s Chapel, originally uploaded by sulaco_rm.

    St. Paul?s Chapel está en la calle Broadway, en Lower Manhattan. Es la única iglesia anterior a la Revolución que ha sobrevivido en Nueva York. En el día de su inauguración, en 1789, el Presidente George Washington rezó en el lugar y solía acudir los domingos cuando estaba en Nueva York. Detrás de la Iglesia, tras el campanario que veis en la foto está la Zona Cero, el agujero en que se convirtieron las Torres Gemelas del WTC. La iglesia tiene un precioso cementerio que choca con la majestuosidad de las torres de edificios que la rodean. Durante los días que siguieron a la catástrofe la iglesia se convirtió en lugar de refugio para los trabajadores en las tareas de rescate y desescombro. Hay un montón de recuerdos de esos días dentro de la iglesia, incluyendo los escudos de todas las compañías de bomberos que acudieron al lugar. Es un lugar bastante emotivo. Pondré otra foto con el interior de la iglesia y un improvisado lugar de recuerdo. Comentar que después de desplomarse las torres la Iglesia sobrevivió sin que se rompiera un solo cristal y que después del desastre hubo un sacerdote católico en el lugar para dar servicios para los católicos. Definitivamente esta es una parada obligatoria en cualquier visita a la ciudad.

    Si quieres ver otras fotos del viaje a Nueva York las puedes encontrar en el álbum de fotos de Nueva York y si quieres leer el relato de dicho viaje, comienza en Desde Washington a Nueva York

  • Desde Washington a Nueva York

    8 de febrero de 2007

    Si quieres leer el relato del viaje al completo, retrocede hasta Es un mundo muy muy seguro – primera parte

    Los aeropuertos son todos distintos. Los hay bonitos, feos, grandes, pequeños, fáciles, difíciles y una cosa es segura, desde hace unos años son un trámite que todo el mundo prefiere evitar. Uno de los de Washington es el Dulles International. Llegar hasta allí es fácil, hay una autopista sin salidas que te garantiza la falta de atascos. Una vez llegas has de acceder a la única terminal para facturar. En los Estados Unidos suelen poner mostradores de facturación fuera del aeropuerto, justo al lado de donde te dejan los coches. Aún no sé muy bien por qué pero es así. Yo prefiero el método tradicional y entro para buscar un empleado normal. Por desgracia ya no se encuentran de esos. Ahora todo está computerizado, en todos lados hay pantallas táctiles y te tienes que hacer tu mismo el servicio. Me dirigí a la zona de United y facturé eligiendo mi asiento. Después vi como introducían mis maletas a través de máquinas para mirar su contenido y las abrían para verificarlas. Cuando pasé por allí en el 2004 las colas eran de escándalo para completar los controles de seguridad. Recuerdo que casi pierdo mi avión. Esta vez no fue una experiencia tan negativa. Han puesto unos veinte equipos a trabajar en paralelo y ahora la humillación dura muy poco. Te quitas los zapatos, el cinto, todo lo que lleves en los bolsillos, cadenas, relojes, abrigos y demás, lo pones todo en bandejas incluyendo los líquidos en una bolsa separada y en las cantidades autorizadas, plantas la mejor de tus sonrisas en tu rostro y ya está. O casi. Delante de mí había un señor que quería pasar un champú normal, crema de afeitar, gomina y colonia, todos en cantidades mayores que las permitidas. Los empleados del aeropuerto le explicaban una y otra vez que debía facturarlos o dejarlos allí y el tipo seguía dale que te pego. Era un hindú y hablaba con el acento ese tan fuerte que tienen y esa falta de musicalidad que hace que sea tan difícil entenderles. En un momento determinado se cansaron, vinieron dos que parecían policías y lo agarraron del brazo para llevárselo. Después miraron hacia mi, yo desplegué mi sonrisa y pasé por sus manos en menos de veinte segundos. La mochila con la cámara y los objetivos no tuvo tanta suerte y tuvo que volver a la cinta de rayos equis porque el tipo vio algo raro (o no vio lo que quería, vete a saber).

    Una vez en la zona segura y con tiempo de sobra me fui a uno de los restaurantes de comida rápida, un Wendy’s y me compré el almuerzo. Después esperé a que nos llamaran para el vuelo mientras escribía. A la hora en punto comenzó el embarque. Era un Boeing 737-300. Yo pensaba que esos ya no existían pero parece que aún quedan algunos en activo. El avión iba casi vacío y prácticamente todos teníamos una tira de asientos por persona. Yo estaba en la penúltima fila. Detrás de mí dos azafatas y al frente una maricona vieja encargándose de los de primera clase. El tío perdía más aceite que el Prestige. Cuando se movía por la cabina se agitaba como unas maracas poniendo a prueba los uniformes de la aerolínea. Cerraron las puertas y comenzó una bronca en la parte delantera entre la reinona y una pasajera. Estuvieron unos cinco minutos discutiendo hasta que la cosa se calmó. El piloto nos dio un discurso de bienvenida contándonos que el vuelo hasta Nueva York duraría media hora, que el día estaba despejado e íbamos a llegar a la ciudad por el sur y que tendríamos unas vistas increíbles de la estatua de la Libertad y Manhattan. Cuando terminó las azafatas procedieron a detallar las medidas de seguridad habituales, el rollo de los cinturones, las salidas de emergencia y demás. Al llegar a los chalecos salvavidas situados debajo de sus asientos no los había. Tampoco estaban sobre sus asientos. Los chalecos salvavidas eran el cojín sobre el que te sientas. La azafata agarró uno y lo quitó y nos dijo que en caso de accidente teníamos que hacer lo mismo y salir del avión arrastrándonos sin perder de vista la franja luminosa y llevando nuestro cojín para tirarnos al agua y usarlo como tabla de salvación. ¡Aluciné! Gracias a Dios que todos sabemos que de suceder un accidente no vives para contarlo porque si de verdad tengo que salir de un avión rodeado de gente histérica y todos cargando los cojines seguro que es un desastre. Ya íbamos hacia la pista de despegue cuando el piloto echa mano del freno de mano, aparca el avión en un lado y nos dice que han suspendido los aterrizajes temporalmente en el aeropuerto de la Guardia y que no se nos permite despegar. Procedió a apagar los motores para ahorrar combustible y las azafatas aprovecharon para repartir manices y refrescos a todo el mundo. Después se juntaron detrás de mí para criticar y el azafato les contó lo que había sucedido. Lo hizo en español para que nadie se enterara. Suerte que yo estaba allí. La última en entrar al avión fue una mujer que se sentó directamente en la primera fila, en clase Business. El azafato sabía que ella no tenía billete para esa clase y la invitó a enseñarle su tarjeta de embarque. Ella le dijo que se le había perdido, que posiblemente se le cayó antes de entrar al avión. ?l le pidió que se marchara a su asiento y ella dijo que ese era su asiento, que tenía billete de clase Business. Ahí fue cuando le tocó los huevos y el hombre optó por coger el listado de pasajeros, buscar el nombre y enseñarle cual era su asiento y su clase. Ella entonces le dijo que quería ir allí pero él se negó porque no había pagado un billete para ese asiento. Al final la amenazó con avisar para que la sacaran del avión y de esa forma pudo convencerla. ¡Será puta la tía! ? les dijo a sus compañeras. Yo me reía zorrudamente una fila más adelante. El piloto nos había permitido usar los teléfonos, portátiles y similares así que yo estaba aprovechando para continuar con cierto relato que ya está en la bitácora y que tiene que ver con la planta 33 de un edificio …

    Después de media hora nos contó que se había levantado el bloqueo al aeropuerto y que se nos permitía volar. Me gustaría comentar que en los Estados Unidos se puede usar los móviles dentro de los aviones tan pronto como estos aterrizan y salen de la pista de aterrizaje y a la hora de despegar y aterrizar hay diez minutos de prohibición de aparatos electrónicos, con lo que cuando dan el aviso sabes exactamente el tiempo que queda para llegar. Me parece un sistema más lógico que el de las líneas aéreas europeas, donde dependes de la voluntad del piloto. Recuerdo un vuelo de Martinair donde el hombre se olvidó de apagar la señal de los cinturones de seguridad, que es la que usan para avisar a la gente y estuvimos casi cuarenta y cinco minutos hasta que la gente comenzó a quejarse.

    Volviendo a este viaje, despegamos y en un suspiro estábamos sobre Nueva York. La vista de la Estatua de la Libertad desde el aire es mágica, lo mismo que Manhattan. Se ve todo tan pequeño que parece que los rascacielos son de juguete. El aterrizaje fue de esos con múltiples rebotes. Salimos del avión y fui a buscar mi equipaje. Había llegado a Nueva York.

    Continúa leyendo el relato del viaje en Primeras horas en la Gran Manzana

    Technorati Tags: turismo, viajes

←Página anterior
1 … 3.202 3.203 3.204 3.205 3.206 … 3.616
Página siguiente→
  • Genin en Primer día de buceo en RasdhooLeer estas entradas tuyas, confieso sin …
  • Genin en Buceo en el atolón de Malé y viaje a RasdhooFelicitaciones por el restaurant… 🙂 S…
  • Genin en Tratando de dormir en los avionesA ver si hay algún video… 🙂 Salud
  • Genin en Thunderbolts*Pasando de todas las de su clase… 🙂 S…
  • Genin en Liberen a Willy – Free WillyComo si no tuviera ya bastantes sardinas…
  • Genin en Until Dawn: Noche de terror – Until DawnPasando… Salud
  • Genin en El contador 2 – The Accountant 2La primera, aquí, la titularon «El Conta…
  • Genín en Día 7 – Lankan Finolhu – Manta Point 4No, yo nunca duermo siesta… 🙂 Salud

Únete a otros 15 suscriptores
Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
  • YO NUNCA – Fui ninguneado
    12/06/2023
  • YO NUNCA – Jiñé a oscuras
    22/05/2023
  • YO NUNCA – Hablé meando
    01/05/2023
  • YO NUNCA – Viví la transición
    10/04/2023
  • YO NUNCA – Conté un secreto de algún colega
    20/03/2023
This website uses cookies
Esta página web usa cookies para recordar tu nombre si comentas. Asumimos que no te importa pero si te molesta, puedes elegir quedar fuera.Aceptar Rechazar Leer más
Privacy & Cookies Policy

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR