AVISO: Si no has visto la peli, puede que diga cosas que no quieres saber, así que ojito con lo que lees
Y finalmente llegó la gran película que llevaban meses anunciando. La esperada nueva adaptación de War of the Worlds o La guerra de los mundos, obra escrita por H.G. Wells, un escritor cuya obra ha sido llevada al cine en multitud de ocasiones, como se puede ver si miráis su ficha en imdB.
Llevan meses bombardeándonos con un tráiler espectacular y esta es una de esas películas que tenemos que ver a cualquier precio. Así que reservamos entradas y nos metimos en una sala llena hasta la bandera. Lo primero que notas es la voz en off de Morgan Freeman contándote la historia. Este hombre impone hasta con la voz. Supongo que en español eso se ha perdido y habrán puesto a alguno de los de siempre. Una vez entras en la historia, notas enseguida que Steven Spielberg no se anda con chiquitas y que va a lo espectacular y a lo sangriento. Hay violencia del tipo que sólo se encuentra en las películas gores. Las escenas de gente muriendo de formas horrorosas se repiten continuamente. La gente muere una vez tras otra y Spielberg mantiene la cámara para que podamos disfrutar de esos momentos. En efectos, violencia y espectacularidad, esta película es soberbia. Todo lo que tiene de asombrosa en esos campos se pierde en el guión. Adaptaron la historia y trataron de darle un toque humano con el personaje de Tom Cruise y en cierta forma han fallado. Tom podrá ser un super-novio, un padrazo y todo lo que queráis, pero aquí está un poco sobrado de vueltas. Al menos comienza a asumir que no es un quinceañero y ya tiene hasta hijos adolescentes en las películas. Durante las dos horas que dura la cinta tendrá que luchar contra sus hijos, los aliens y el resto del mundo y todo eso sin que se le estropee el peinado, que ya tiene mérito y bajo la eficiente música de John Williams.
Acompañando a Tom Cruise están una niña y un chaval (en la realidad un pureta de veintitantos) llamados Dakota Fanning y Justin Chatwin. A ninguno de los dos los recuerdo de películas anteriores. La chiquilla, en mi modesto entender lo hace mejor, gritando como una loca todo el tiempo y sacando a todo el mundo de sus casillas. La puta niña nació con un equipo de alta fidelidad en la garganta y lo usa a conciencia. Hay momentos en los que te dan ganas de que la pille uno de esos alienígenas y la mande a freir espárragos, aunque no tantas ganas como con su hermano, al que si que le hubiera dado un par de hostias en más de una ocasión. Junto a este trío, en la parte central de la película aparece Tim Robbins haciendo de un friki paranoico con el que eventualmente tratan de sobrevivir a la invasión.
A pesar del dinero, a pesar de la super-estrella, de los mega-efectos especiales, del director, la película te deja un poco vacío y puedes preveer las cosas sin mucha dificultad, incluso si nunca antes has leido la novela, escuchado el programa de radio o visto alguna de las múltiples versiones para cine que se han hecho. Y cuando has visto el final y sabes que estás a punto de irte a casa, Steven Spielberg decide que es hora de cagarla hasta el fondo y joderte el final con uno de los segundos finales más chorra que recuerdo. Espero que eliminen esos tres o cuatro minutos en el montaje para DVD. A pesar de todo, es cine de espectáculo, de palomitas, de refresco grande y de ir con todos los amigotes a pasar un rato en una sala con un buen aire acondicionado. Si solo buscáis entretenimiento y no os paráis a pensar demasiado en lo que sucede en la película, entonces os gustará.