Distorsiones

Con Wes Anderson, el director de la película que voy a comentar, yo he tenido desde que vi su primera película una relación complicada, algunas me parecen fabulosas y otras son unos truscos del copón. Lo que sí que tienen todas en común es que sus pelis están más próximas a la filmoteca que al cine comercial y que le gustan las historias llenas de gente, con un montón de protagonistas. Su última historia se titula The French Dispatch y se estrenó en España hace más de mes, más o menos cuando yo la vi, con el título de La Crónica Francesa.

Un julay jefillo la palma y deja escrito como finiquitar su negocio y darles por el orto a sus empleados.

Un tiparraco estando en Francia de vacaciones, decidió quedarse allí, compró un periódico, contrató a otros expatriados y llevan tod la vida publicándolo. Cuando la diña, en su testamento está escrito que se hará un número final con una republicación de tres historias y su obituario. En la peli veremos esas historias y alguna más, además del obituario.

Tengo que reconocer que la película no tiene un sentido lineal, ya que en realidad es como si fuera el contenedor de cuatro cortos, además de la historia principal en la que están los periodistas, que también aparecen en sus cortos. Mi principal problema y algo que le costó a la nota final dos puntos es que la primera historia, con Owen Wilson, me pareció una cagada del copón y estaba amodorrándome y comenzando a dormirme. Por suerte esa no dura mucho y según se acabó y seguimos con las otras historias, esas son maravillosas. Hay interpretaciones espectaculares de Benicio Del Toro, Tilda Swinton, Frances McDormand y Timothée Chalamet y la película, una vez te acostumbras al caótico formato, es una gozada y como lo malo estuvo al inicio, casi que te olvidas que una vez existió.

Esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos, que podrán sufrir daños cerebrales aún más permanentes si son expuestos al producto. Sí que está diseñada para los sub-intelectuales con GafaPasta.

En el 2018 ya estábamos saturadísimos de super-hiper-mega héroes, que hay más que julays humanos y por su abundancia, dejan de ser interesantes. Me acuerdo que en su día hablé de Venom y lo poco que me impresionó. Han pasado tres años y una pandemia y se empeñaron en hacer una segunda parte que no necesitábamos ni queríamos para nada y que por desgracia, no será la última película de esta calaña que me queda por comentar este año. Esta se titula Venom: Let There Be Carnage y en España se estrenó hace mes y medio como Venom: Habrá matanza.

El julay de la primera peli se junta con uno en chirona y acaba bien jodido y mal pagado cuando le pasa al criminal una enfermedad venerea, pero sin chimpún.

Al parecer después de la primera película el pollaboba aquel acabó muy mal y como es periodista o más bien novelero, busca limpiar su imagen haciendo entrevistas a un criminal en chirona y que creo que también salía en la primera peli. El criminal lo muerde, porque eso es lo normal cuando estás en la intimidad en la cárcel y al hacerlo, se le pega lo de la ladilla gigantesca, solo que la de él es de otro color y aún más carroñera que la otra, así que se escapa de la cárcel, busca a la novia a la que se la empetaba para jincársela hasta los pelos de los güevos y se dedica a destruirlo todo y buscar venganza hasta que el otro tipo con ladilla y sus amigos lo perseguirán y lo neutralizarán o algo así, todo eso con una cantidad dantesca e ingente de escenas de efectos especiales, que son los auténticos protagonistas de la película.

Si vas a ver esto asumiendo que no hay guion y que es una sucesión de escenas de acción y combates hechas con efectos especiales al tutiplén y no tienes ni que escuchar lo que dicen y simplemente reírte, entonces igual lo disfrutas pero si pretendes ver una historia seria y un guion bien hecho, esto no lo tiene pero que para nada. Hay un montón de momentos en los que yo juraría que ni siquiera hay actores en la pantalla, que es todo efectos especiales creados por ordenador y haciendo una batalla de pseudo dibujos animados. Ese exceso de drama y de peleas también es un pelín dañino, cansa no tener una trama y aunque intentaron meter algo de humor, se quedaron bastante cortos. Ni Tom Hardy, ni Woody Harrelson ni Michelle Williams salen bien de la película, para los tres fue solo un buen cheque con el que engordar sus cuentas corrientes y avanzar hacia el futuro y olvidar que alguna vez hicieron esto.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esto lo han hecho pensando en ti, no tiene pies con bola, solo efectos especiales, tiros, piñas y patadas, junto con coches estampándose. Es lo que te mola y seguro que lo disfrutarás. Cualquier sub-intelectual con GafaPasta hará bien en mantener la distancia con los cines en los que la están dando.

En el año 2018 se estrenó La Noche de Halloween – Halloween, una película con el mismo título que la original hecha décadas antes pero que parecía ningunear todas las que se hicieron después y nos llevaba de nuevo a la batalla original entre el truscolán ese repelente y la pelleja, que ahora está super-hiper-mega envejecida. La película no acabó de convencerme pero han hecho una segunda parte y no me la quise perder. Se trata de Halloween Kills y en España se estrenó hace algo más de un mes, como en los Países Bajos, con el mismito título.

La julay vieja esa sigue sacándose los ojos con el friki del barrio y nuevamente, sin chimpún.

Comenzamos exáctamente en el punto en el que acabó la película anterior, no han pasado ni treinta y siete segundos y estamos de vuelta a la batalla entre el Michael Myers y la Laurie Strode y su familia, que la lucha con el chamo se ha convertido en un negocio familiar. Como la vieja se quedó muy pero que muy tocada después de la peli, la mandan para el hospital y los otros se dedican a buscar al friki para matarlo, asumiendo que la policía fue formada por los suciolistas y podemitas españoles y está allí para dar la bienvenida a inmigrantes ilegales y no para proteger a los ciudadanos, que se arman y se echan a la calle después de que el Michael Myers mate a un buen puñado de ellos por aquello de incentivarlos. Esto aún no acaba en este episodio.

Curiosamente, todo lo que no me gustó de la primera película de esta nueva serie ahora me encantó, quizás porque se ahorran el darnos explicaciones y esto es un festival de cine gore, con muertes brutales y de esas en las que los cuerpos fácilmente sueltan cincuenta y un litros de sangre al morir, las decapitaciones son fantásticas y hasta perfectas para las historias del istagrame y todo lo demás. Si no te tomas la peli en serio, te lo pasas bomba y te ríes todo lo que quieres y más. Del espíritu de la película original ya no queda nada, ahora esto es más bien una parodia del cine de terror hilarante con un montón de actores que se lo están pasando bomba. Obviamente, el guionista ni se molestó en currarse el guion y el director solo buscaba la forma de meter más crímenes y aún más sangrientos, que es lo que queríamos ver los espectadores. Ni por asomo hay miedo alguno en la película, se ve desde cuatro planetas más allá cada uno de los momentos en los que va a pasar algo y aun así lo disfrutarás.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esta es la oportunidad perfecta para ir a aullar al cine con todo el Clan y hasta las hembras, que te la arrumacas y la magreas mientras comes cotufas y gritas como un energúmeno. Esto es lo más. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, el mero hecho de saber que has leído hasta aquí es decepcionante. En el infierno seguro que me han reservado plaza por la puntuación que le voy a dar.