Pakjesavond


El año pasado ya hablé de La noche de los regalos y de como suciolistas, truscolanes y podemitas, la izquierda del país, compinchados con los joputas-terroristas-islámicos, están arrinconando y masacrando todas las fiestas cristianas y convirtiéndolas en mamarrachadas, pero eso sí, las fiestas musulmanes no se tocan y además, las tenemos que celebrar y loar los que comemos manteca de chancho y carne de cochino, que al parecer la igual es por definición, no igual para todos y esa chusma y gentuza de la peor sí pueden imponer sus creencias alienígenas y no europeas sobre nosotros, algo que explica por qué cada vez más gente vota a la derecha de la derecha, porque esto hay que pararlo y ya que vamos a una guerra, lo mejor es pararlo con los nuestros y de manera que no vuelva a pasar en diez siglos, que si hay una cosa que todos tenemos claro en este momento es que lo de los machos que se declaran mujeres son mujeres de pleno derecho y hasta pueden competir en juegos olímpicos, eso es una mamarrachada y hay que prohibirlo pero que ya. Curiosamente el otro día alguien me hablaba de una persona que le había pedido que usara unos ciertos pronombres al tratar con ese elemento y yo le contaba que yo jamás he tenido ese problema porque desde que alguien me dice que utilice éste o aquel pronombre, yo ya no trato a esa persona, le hago un clásico cruz y raya y en el hipotético y altamente improbable escenario en el que tuviera o tuviese que hablar con el deleznable usaría nombre, segundo nombre, primer y segundo apellido, todo el tiempo y exigiría que sea algo recíproco y que use mis dos nombres, mis dos apellidos, que pronuncie el guion que hay entre mis nombre y que pronuncie la y-griega que hay entre mis dos apellidos, pero este escenario nunca se ha dado, que la única vez que me he topado con un pollardón así, o una pollardona, fue en España y se quedó con la palabra en la boca, que yo me di la vuelta y me marché.

Volviendo al tema de hoy, llegamos al día de Sinterklaas y como la izquierda quiere que olvidemos que es una fiesta religiosa, ahora en las teles de la izquierda y en la prensa solo se habla del Pakjesavond, la noche de los regalos, que es genérico y no ofende ni a la gentuza de la izquierda ni a los joputas-terroristas-islámicos, aunque en el caso de mi empresa, la letra chocolate con San Nicolás les tiene que haber sentado muy pero que muy mal, sobre todo a cierta rata asquerosa y zarrapastrosa turca que se sienta a mi lado y que al parecer pretende que compren letras sin ningún motivo religioso, discusión que comenzó hoy con algunos colegas que todavía lo toleran pero que acabó muy malamente para él porque la gente lo que le dijo es que se vuelva a la mierda de Turquía en la que asesinas y exterminan kurdos y si tanto le disgusta vivir en un país con raíces cristianas, está tardando en llegar a la puerta y dejarlo. Se quedó calentito después de la tunda que le dieron y ni siquiera me puede culpar a mí, que yo no abrí la boca y todo el mundo sabe en la empresa que antes prefiero que me amputen las uñas negras de los pies a hablarle a esa basura, que yo desde hace un año y pico, concretamente desde que dijo que tenía las manos manchadas de sangre de niños, he hecho voto de silencio y para mí, no existe.

Esta semana también le cayó un marrón que no veas y trató de encauzarlo hacia mí y el efecto bumerán se lo devolvió con bofetón incluido. Resultó que los amarillos quieren que haga algo para lo que él está adecuadamente titulado, pero ese lo de trabajar no es su punto fuerte, así que sugirió a un francés que yo era la persona adecuada, porque aún no tiene cojones para decírmelo a mí y el francés hizo de intermediario, solo que él no sabía que yo hice el curso e inmediatamente después, echaron al que me dio el curso en el país del sol caguiente y jamás me apuntaron en la lista de los que están titulados y por consiguiente, yo no estoy cualificado para esa basura y jamás lo estaré, que no vuelvo a pasar por esas nueve horas de tedio si no hay un incremento de al menos dos dígitos en mi sueldo. Resultó que el francés tampoco está titulado y ahora el turco tendrá que hacer lo suyo y lo del francés y yo riéndome por detrás de él y regalando magdalenas, galletas y comida a todo el mundo a su alrededor, que es algo que sé que le jode y que yo hago con gran gusto.

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Una respuesta a “Pakjesavond”

  1. Que bueno, hacia tiempo que no escribías sobre el turco y tus maniobras para joderle en todo lo posible, he pasado un buen rato… 🙂
    Salud

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