Esta semana hice risotto el martes y he aprovechado para experimentar con una receta a la que le tenía el ojo echado desde hace tiempo. Ya sabéis (si habéis visto las otras dos recetas de risotto que hay en mi bitácora) que la preparación se divide en dos partes y la primera es común a todas ellas y permite guardar una parte del risotto para acabarlo otro día sin que pierda sabor o textura. También conviene recordar que este risotto lo tomé del libro Cook with Jamie de Jamie Oliver. Preparar la base toma algo más de media hora y la segunda parte se puede hacer en unos diez minutos. Como en las dos ocasiones anteriores, comenzamos con la receta básica para risotto la cual vuelvo a repetir.
Los ingredientes para unas cuatro personas son: medio litro de caldo de pollo, 1 cucharada de aceite de oliva, una cucharada de mantequilla, una cebolla mediana, un par de ramitas de apio, 300 gramos de risotto y 125 ml de martini o vino blanco seco.
La implementacion: Como ya dije, cocinar risotto toma su tiempo y hay que estar continuamente removiendo, así que a tomárselo con calma. Pela la cebolla y pícala finamente. Pica también el apio y prepara el caldo de pollo. Si quieres guardarlo para terminar la receta más tarde entonces ten preparada una bandeja grande que tendrás que untar con un poco de aceite. Te puede valer la bandeja del horno. Pon en un sartén grande el aceite de oliva y la mantequilla y cocina la cebolla y el apio a fuego no muy fuerte durante unos quince minutos. Pasado ese tiempo la cebolla está borrachita y puedes añadir el risotto (no vale un arroz normal, búscalo en el supermercado o en tu tienda favorita) y pon el fuego al máximo mientras remueves continuamente. Tras un par de minutos removiendo la mezcla y con el arroz silbando añade el martini o el vino blanco y notarás como el alcohol se evapora al momento. Sigue removiendo sin parar hasta que se evapore el martini y quede el arroz. A partir de este momento tendrás que ir añadiendo cada vez un cucharón de caldo de pollo y remover hasta que lo absorba el arroz y cuando esto sucede, añade más caldo. Con el primer cucharón baja el fuego para que el arroz no se cocine muy rápido pero tampoco lo pongas al mínimo o acabarás con un pudding. Sigue añadiendo un cucharón de caldo y removiendo hasta que lo absorba durante quince minutos. Pasado ese tiempo prueba el arroz, debería estar al dente.
En este punto es donde podemos parar la cocción si lo que quieres es hacer la receta más tarde o al día siguiente. Para ello extiende el arroz en la bandeja que untaste con un poco de aceite al principio para que se enfríe. Cuando el arroz esté frío, ráspalo con una espátula (o una cuchara) y guárdalo en un tupperware en la nevera en donde lo podrás conservar durante un par de días.
Ahora viene la segunda parte. Queríamos hacer risotto con espárragos trigueros, menta y limón.
Los ingredientes: Un puñado de espárragos trigueros a los que les quitáis el tramo final, 700 ml de caldo de pollo, 100 gramos de mantequilla, 1 poco de queso parmesano rallado, un poco de menta fresca de la que se usarán las hojas las cuales picaréis finamente, la ralladura de la cáscara y el zumo de dos limones, sal y pimienta y aceite de oliva.
La implementación: Se pican los espárragos en cilindros no muy grandes. Ponemos en una sartén grande a fuego medio alto la mitad del caldo de pollo y añadimos la base de risotto que tenemos preparada, los espárragos cortados y lo vamos moviendo continuamente mientras lo llevamos al punto de ebullición, momento en el cual bajaremos el fuego y seguiremos removiendo hasta que el arroz absorba el caldo. A partir de aquí se va añadiendo poco a poco el caldo restante hasta que los espárragos estén cocinados y teniendo cuidado para que el arroz no se pase. Una alternativa es usar espárragos de bote en cuyo caso estarán ya cocinados desde el principio y solo tendremos que tener en cuenta el punto del arroz.
Cuando ya esté, se apaga el fuego y se añade la mantequilla, el queso parmesano, la menta picada, el zumo de limón y la ralladura de limón y se ajusta el punto de sal y pimienta mezclando bien. Se cubre con una tapa y se deja que sude durante un minuto. Al servir se le puede echar un chorro de aceite de oliva por encima y si reserváis algo de la cáscara de limón se la podéis poner por encima junto con algo de queso parmesano.
La mezcla del limón con la menta le dará un sabor fuerte e increíble. Posiblemente la mejor de las recetas de risotto que he comido. Si queréis también le podéis añadir unas gambas peladas (en el momento en el que pusisteis los espárragos) y seguro que queda igual de bueno.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa
4 respuestas a “Risotto con espárragos trigueros, menta y limón”
gracias por la comida, estaba riquísimo pero tambien muy pesado
Me esta dando celos de la chinita, no envidia porque eso no siento nunca, pero si celos porque le cocinas cosas ricas todas las semanas 🙂
des-emígrate de España y vuelve al país que te espera con los brazos abiertos.
Que lindo ha sonado lo de los brazos abiertos. Besos