The Boy Behind the Door


Y pensar que me molesté en ir a Amsterdam a ver esto porque no lo daban en mi ciudad, o rectifico, porque no lo daban en mi ciudad a una hora decente y yo no me veía volviendo a mi casa en pleno diluvio con cinco grados de temperatura y casi a la una de la mañana, así que fui a la capital del Reino para llevarme tremendo disgusto con una película que te la venden como de terror, pero vamos, esto debe ser terror de tienda de descuentos y saldos, porque más bien da lástima. Se trata de The Boy Behind the Door y que yo sepa España se salvará de su estreno en los cines y no tengo ni puta idea ni me interesa saber en qué plataforma acaba. Lo único claro es que el título en español debería ser truscoluña no es nación.

Un par de julays menores las pasan putas

A dos chiquillos los secuestran cuando estaban escaqueados del colegio o algo así y los llevan a una keli en el medio de la nada. A uno lo encierran y el otro se escapa, pero no se va porque le da pena, penita, pena de su amiguito y decide quedarse para ayudarlo y rescatarlo o algo así y aquello se complica y se complica cada vez más.

No me queda muy claro en qué universo se puede considerar a esto una peli de terror, pero no en el que a mí me ha tocado. Tremenda cagada, con un guion escrito en la parte más sucia de una tira usada de papel higiénico y claro, con los lamparones de mierda no podían leer bien lo que estaba escrito allí. Añade que tenían presupuesto para aspirantes a actores pero no para profesionales y entonces salieron al mercado en busca de lo malo y lo peor y en eso sí acertaron, que cada uno de los que sale en esta película deberían ser vetados por los sindicatos de actores y actrices y en particular los dos chiquillos, tanto el blanco por ser un gilipollas deficiente y amariconado como el negro por ser escoria blanca de la ultra-derecha que se merece todo lo peor, siempre, igualito que el Marico Hechicero de Ginebra. Para cuando le vemos la cara a la persona que los secuestró, ya tienes ganas de marcharte del cine hastiado ante tanta falta de mediocridad, que si al menos hubiesen sido mediocres tendríamos un producto más del montón, pero es que este se queda muy lejos del susodicho. El final es patético rozando el peripatetismo, con ramalazos de desidia.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos al que por equivocación obligan a ver esto, que sepas que yo testificaré a tu favor en el juicio por el incendio que provocaste. Si eres un sub-intelectual, no puedo imaginar un escenario en el que vayas a ver algo así.


2 respuestas a “The Boy Behind the Door”

  1. Aún me estoy partiendo con lo de los lamparones que no dejaban ver el guión, la verdad que a veces estás inspirado!