Cosas y otras cosas


Ayer fui a pasar el día laburando en Alemania, cerca de los Países Bajos en una reunión que junta a la gente de mi grupo dentro de la empresa cada tres meses. Cuando vamos en época laboral, toma dos horas desde Bolduque llegar hasta la oficina alemana, que está al sur de Dusseldorf, en un villorrio de por allí. Ahora que estamos en verano, yo suponía, erróneamente, que tomaría menos de dos horas porque no hay tráfico pero resultó que nos tomó dos horas y cuarto. Efectivamente, había menos tráfico, pero en Alemania cerraron una autopista crítica para trabajar en ella durante el verano y el atasco fue épico y legendario y nos terminó obligando a buscar una ruta alternativa por calles y carreteras pequeñas, algo que hizo mi jefe que es el culocochista, que yo voy en su carro navegando en mi telefonino y pasando el rato. Desde un poco antes de cruzar la frontera entre los dos países comenzó a llover y ya no paró nunca, allí estaban teniendo un épico día veraniego, con lluvia, más lluvia y muchísima más lluvia y por lo que me contó la gente, llevan así una semana, no hace frío, pero no para de llover.

Estuvimos todo el día laburando y al terminar nos fuimos a cenar a un lago con actividades acuáticas como esquí acuático y con la mielda de día que había, el restaurante estaba relativamente vacío, aunque en el esquí acuático, que se hace con un sistema de líneas aéreas que tiran de los deportistas en un circuito muy predeterminado, ese estaba petado de gente a los que les dará igual que llueva si ya se están mojando. Aluciné con las diferencias de precios entre los bares y restaurantes alemanes y los neerlandeses, por los Países Bajos los precios están infinitamente más caros y que la gente no puede ni salir porque hasta la leche entera (que no la lefa entera), les sale a un leuro por litro y yo alucinando, así que le dije que por ese precio, mi vecina con setenta y cinco años se quita la dentadura y le come el cipote y se traga hasta el lefote, que en Holanda, justo desde esta semana, lo más barato que se consigue es un leuro y diez céntimos, pero la hemos estado pagando a un leuro y ochenta céntimos durante un montón de meses y mira que tenemos vacas en el país y que no importamos ni leche ni lefa y eso no evitó que los precios subieran una pasada con vagas excusas cuando hasta la hierba la tienen los productores gratis total. Mirando los precios en el restaurante, aluciné y no me querían ni creer hasta que les enseñé el precio de una hamburguesa en restaurante conocidísimo de comida rápida en Holanda y la que vendían en el restaurante, que además traía una rodaja de queso de cabra y una rodaja gigantesca de sandía y pese a esos lujos, era más barata que la del restaurante de comida rápida y tenían hasta cafelito por menos de tres leuros, algo que si sucede en los Países Bajos, la cola en la puerta del negocio daría dos vueltas completas al país. Con lo que pagó nuestro jefe por la cena de los tres no me daba para pagar la cena con bebidas de hace un par de semanas con mi amigo el moreno, en la que entre tres, con cena modosita y algunas bebidas (cerveza con y sin alcohol), nos gastamos doscientos leuros.

Regresando a los Países Bajos, durante todo el camino hasta llegar cerca de Eindhoven, diluviaba y después de pasar la ciudad, era como si hubiésemos cruzado a otro multiverso y no parecía haber llovido en todo el día. Hoy le preguntaba a mis vecinos y me decían que ayer el día estuvo muy agradable y yo sigo sin entender, con viento hacia el este, como es que todas estas nubes que tuvieron que pasar por aquí, decidían no descargar hasta estar más cerca de Alemania y una vez allí, se ensañaban con el agua.

Creo que este año regresaremos a Alemania, al menos una vez, técnicamente, debería volver también en diciembre, pero ya le expliqué a mi jefe que la empresa me permite laburar veinte días al año desde otro país y que aprovecharé para irme a Gran Canaria y en lugar de chambear desde mi keli neerlandesa, chambearé desde África, que solo hay una hora de diferencia y un clima supuestamente mejor.


Una respuesta a “Cosas y otras cosas”

  1. Yo tengo muy claro que hay que despedirse del mundo tal y como lo conocíamos hasta ahora, aquel, entre todos, lo hemos mandado a la puta mierda, y veremos a ver que es lo que va a pasar a muy corto plazo… 🙁
    Salud

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