Dame carnaza


Mira que casi han pasado dos años desde el Reaprovisionamiento carnívoro y la razón por la que no había vuelto a pedir en la carnicería ondeline es porque me resulta prácticamente imposible vaciar al menos un cajón del congelador, es que desde que veo un poquito de hueco empiezo a fantasear con esto o aquello que quiero cocinar y antes de darme cuenta, vuelvo a tener el congelador lleno, ya sea con cosas dulces para desayunar como con cosas para cenar o incluso chorizos gallegos empaquetados individualmente al vacío y congelados. Cuando regresé después de las navidades me juré y perjuré por las bragas más sucias de Mafalda que evitaría volver a caer en la tentación y aunque hubo tropezones, poco a poco logré que prácticamente un cajón completo del congelador estuviera vacío. Como sé a ciencia cierta que no me iba a durar mucho y ya mi cabezón soñaba con nuevas Garbanzada, Moros y cristianos en olla a presión o Cerdo en adobo en olla exprés, entre muchos otros, que también tengo una lista de espera épica en mi istagrame de cosas que me gustaría probar, hice corriendo y sin pensarlo un pedido a mi carnicería ondeline favorita, en un jueves por la tarde para que me lo trajeran el viernes por la tarde, que ese día suelo estar en mi keli. Como siempre, el proceso de pedido es absolutamente simple y después de que pagas es como si nunca hubiera sucedido nada hasta el día siguiente a la una de la tarde, momento en el que te llega un correo con el código de seguimiento del paquete, que ya está preparado y en el congelador de la carnicería, hasta que lo recogen con camiones frigoríficos y comienza la ruta hasta la keli, con la ansiedad que te da si te dedicas a mirarlo porque la hora de llegada la van ajustando en tiempo real e irreal y ves que la retrasan cinco minutos, después diez, después la adelantan dos minutos, le quitan cuatro y así hasta que por fin, la hora real y el momento de la entrega están muy cerca y ya sabes que el advenimiento de tu carne es inminente.

Como en las ocasiones anteriores, llega perfectamente congelado y empaquetado, aunque han cambiado un poco los materiales para preservarlo todo. Al abrir la caja, aparecen mis preciosos, un pedazo de dos mil cien gramos de cuello de chancho para hacerme Pulled pork, que ya me he hecho y he guardado en porciones individuales y en unas nuevas mini-porciones, que ya contaré para que son. También me llegaron mis tres costillares, que aunque yo vaya al Cartouche, también me gusta preparar mis Costillas con salsa de barbacoa y miel en la keli y la calidad de los carniceros de la zona es patético y en los supermercados te las venden ya marinadas y pre-cocinadas. Por último, dentro de la caja, un arsenal de hamburguesas de carne de vaca Angus y también hamburguesas de cerdo, que desde que las probé en un restaurante, me tienen fascinado, aunque en mi cabeza no deja de rondarme la idea de mi hamburguesa tres carnitas o incluso mi hamburguesa cuatro carnitas, todo, todo, todo, con carne de chancho, que a la carne de hamburguesa le añadimos lonchas de beicon, una capa de Pulled pork, que para eso guardé las mini-raciones, para crear una especie de segunda hamburguesa y finalmente, el bollo de la hamburguesa untado con chorizo canario de Teror o en su defecto, sobrasada, para crear toda una experiencia mágica y maravillosa que nos llega al paladar gracias a los animales más maravillosos del universo, que a mí los vegetarianos me dan una pena terrible y los que se compran las supuestas hamburguesas vegetales, esas aberraciones que solo el futuro podrá decir la cantidad de cáncer que produce, que en una de las marcas, en su lista de ingredientes, te dicen que esa cosa que pretende ser carne sin serlo está hecha de agua, proteína de guisante, aceite de colza, aceite de coco, aroma, proteína de arroz, estabilizante (metilcelulosa), fécula de patata, extracto de manzana, sal, extracto de granada, cloruro potásico, zumo de limón concentrado, vinagre de maíz, extracto de levadura, zanahoria en polvo, lecitina de girasol, colorante y maltodextrina, vamos, como para ser vegetariano y jincarte esa mielda, por más que pretendan que tenga el aspecto de la carne picada de verdad. Tengo clarísimo que cocinas una aberración de esas, la pones en un plato y la dejas en un estante un millón de años y el plato se habrá desintegrado y la cosa esa seguirá allí desafiando al tiempo, al espacio y a todo lo demás.

Salvo por el trozo de cuello de puerco, que lo metí en la nevera para que se fuera descongelando y así poder cocinarlo al día siguiente, el resto fue directo al congelador y lo iré consumiendo durante los próximos meses.

Ahora a ver si hago algo de hueco en el congelador para hacer mi fabuloso y fastuoso Pan de suero de mantequilla, que acabé las dos últimas rebanadas la semana pasada.


3 respuestas a “Dame carnaza”

  1. Me pasa algo parecido con la intención de vaciar cajones del congelador. Y tengo hecho grandes avances, pero a cero nunca lo he conseguido. Aquí la carne es suprema, así que cuando consigo hacer sitio, me voy al mercado y cargo de carne y pescado top. Esperad que me he quedado corta: TOP. Ahora sí. Las verduras también en el mercado o de la huerta de mi madre, igual que los huevos… Lo dicho: TOP.

  2. Yo tengo que mirar cosas que compré hace tiempo y que están por toda la cocina y empezar a cocinarlas o deshacerme de ellas. Ayer encontré tortillas de maíz mejicanas que estaban caducadas desde el 2019 y que aunque el paquete estaba cerrado, se habían licuado dentro. La semana pasada me deshice de vasos de vino y cerveza que no he usado nunca jamás y ocupaban espacio. En mi nevera ahoritita mismo hay un exceso de queso canario y español, así que me he prohibido comprar cualquier queso que vea en el super hasta que me haya comido los otros.

  3. Parece un mal común la falta de espacio en el congelador, a mi, que detesto ir al super a hacer la compra, cuando la hago, es para 15 dias o mas, y claro, como mucho pan, así que ocupo cantidad de espacio al congelarlo, pero nunca me falta pan, lo cual seria una tragedia, lo demás lo tengo bastante controlado.
    Llevo algún tiempo comiendo las hamburguesas de pollo-pavo, las de cualquier otro tipo de carne, ya me repugnan de tanto comerlas, aunque no tanto como las vegetales, pero me gustan bastante las de pavo-pollo, al final, la carne sirve e soporte para todos los mejunjes de nuestra preferencia y no se distingue el sabor de esta carne, que es lo que persigo, entre otras cosas, como que sea tierna, no tenga grasa y un largo etc…
    Salud