Enchumbado


Este año alguien pulsó el botón de repetir cuando llegó diciembre y en lugar de invierno repetimos otoño y repetimos los chubascos esos brutales y los días de lluvia en los que no para de caer agua. Solo hay una cosa buena de esos días, ahora que todo está cerrado, la gente permanece en su casa y si eres un estratega, la lluvia puede ser tu aliada, aunque una muy fría, ya que la foto la hice un día que llovía a cinco grados. Sucedió el martes, cuando me tenía que aprovisionar. Sabía que iba a llover un montón por la mañana y por eso elegí ir al super a primera hora, ya que a la lluvia se une que los martes, en el aparcamiento que hay junto al super, hay un mercado, con lo que se prohíbe el aparcamiento a los culocochistas como dos comentaristas que no vamos a mentar porque son muy sensibles al asunto. Mi cálculo estratégico fue que la gente esperaría a las tres de la tarde para ir en sus coches o al momento en el que dejara de llover, que estaba previsto más o menos a esa misma hora. Salí de mi casa encondónmizado, con el pantalón chubasquero y mi chaqueta, que también aguanta el agua muy bien y fui al super. Lo clavé. A las ocho y veinte de la mañana, yo era el único cliente en el local, que era uno de los objetivos, minimizar el encuentro con julays posiblemente contaminados. Al terminar de coger los productos de mi lista de la compra, iba a usar una de las cajas en las que tú te lo curras todo pero como las dos cajas con empleados estaban vacías, me dio la pereza y fui por una de ellas para ganar algún minuto y así, en un periquete, aprovisioné y evité las muchedumbres. Según salí, los puestos del mercado se veían completamente vacíos, ni un solo cliente ya que todos, con la lluvia, retrasan la visita hasta el último momento porque no se quieren mojar y al final se produce lo que se produce, las aglomeraciones esas contra las que tanto nos advierten y que parece que la mayoría prefiere, que los humanos han llevado su faceta social a ir al super todos a la misma hora y chocarse con los carritos dentro como si fuera una pista de cochitos de choque y por aquí arriba, lo normal es que al super te obliguen a entrar solo, SIN niños y cada persona con un carrito y no se pueden usar cestas (aunque se de un supermercado que sí las permite).

Acabada mi exitosa incursión en las trincheras del avituallamiento, regresé a mi casa a todo meter y a todo mojar y la foto la hice justo antes de entrar en mi casa y quitarme las capas de chubasqueros y ponerlos a secar, que siempre hay que tenerlos preparados pra la siguiente misión. Una hora más tarde teníamos la clase de italiano, ondeline, con el dichoso Zúm ese que no es tan divertido como verle los caretos a la gente. Uno de los alumnos aún seguía en Italia de vacaciones, en donde tiene una casa y nos contaba que el día anterior, en el aeropuerto de Milán, setenta y cinco personas de un avión petado con destino a Eindhoven vieron como se les rechazó a la hora del embarque por no tener una prueba PéCéeRre negativa, algo que supusieron que no se comprobaría dada la laxitud italiana con las normas. Según me dijo, la noticia salió hasta en los periódicos y televisiones locales porque los cabeza-de-queso se pusieron furibundos, pero allí se quedaron, ya que la responsabilidad de comprobar que cumples se ha puesto en las aerolíneas y no al llegar al país. Aparte del coste, el problema que tienen muchos es conseguir hacérsela y que cuando la tienes aún te valga para viajar, ya que la norma holandesa dice que tiene que tener menos de setenta y dos horas en el momento de aterrizar el avión en el país (excluyendo retrasos). Para poner esto en perspectiva, ni yo, el aclamado autor del mejor blog sin premios en castellano ni nadie podría volar desde Gran Canaria a los Países Bajos un lunes, ya que los laboratorios solo hacen pruebas hasta el viernes y no te dan los resultados hasta el lunes y de hacerte la prueba a las diez de la mañana, el resultado solo sería válido hasta las diez de la mañana del lunes y los aviones llegan desde los Países Bajos un par de horas más tarde. Ahora, además de rastrear por activa y por pasiva buscando billetes en las pocas aerolíneas que hay, tenemos que hacer sofisticadas operaciones matemáticas para comprobar si puedes cumplir con los requisitos conocidos antes de volar (tanto en la ida como en la vuelta) y cuando estás seguro y requeteseguro y lo haces, vuelas y cambian de nuevo las reglas, como esta semana y ahora, a la prueba anterior, se une otra rápida que ha de ser negativa también y que solo puede tener una antigüedad inferior a la de cuatro horas antes del despegue, con lo que o te la hacen en la puerta del aeropuerto o ni de coña puedes volar.


3 respuestas a “Enchumbado”

  1. Para volverse loco con todo ese peo de normas, yo ya no me acuerdo de casi ninguna, las han cambiado tantas veces ya…
    Salud

  2. Vamos, que es imposible volar a Holanda con la norma esa de las 4 horas antes. Una estrategia para impedir que la gente viaje.

  3. también llegar por tren, autobús o barco. Solo se salvan los que vienen con su propio coche y esos igual los paran en los países vecinos. No estoy seguro que queden barcos llegando porque creo que todos iban al Reino desUnido y desde las 9 de la noche de hoy se ha prohibido el atraque de los ferris de ese país.