Galáctica – Battlestar Galactica


Si hay un género al que las series de televisión le sientan bienísimo, ese es el de la Ciencia Ficción. Hay multitud de series fabulosas y cada año aparecen nuevas, como la reciente Devs, que te obliga a usar eso que está sobre el cuello para algo más que para hacerte un peinado. Casi todos los fans estamos de acuerdo en que la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos pasados y presentes y muy probablemente la que pasará como la mejor de la historia de la humanidad es y será siempre Battlestar Galactica, que en España se estrenó como Galáctica.

Tuvo cuatro temporadas y setenta y pico episodios y creó una legión de devotos seguidores. Yo recuerdo esperar al día siguiente en el que ponían el episodio en los Estados Unidos para poder descargarlo y verlo, era la prioridad más absoluta y recuerdo que cuando acabó, en el episodio final, lo pasé llorando de pena por perder aquella familia adoptada. También es la única serie de la que me he comprado los DéuVeDé, hasta ahí llega mi adoración. La trama es sencilla, unos extraterrestres dañinos y truscolanes llamados los Cylons (pronunciese truscoluña no es nación), atacan y destruyen las doce colonias y la flotilla de naves que sobrevive, escoltada por la vieja nave Galáctica, huirán para salvar lo que queda de la humanidad y viajar a la decimotercera colonia, llamada Tierra. Pese a que acabó en el 2009, mantiene un 8,7 en IMDb y un 95% en Rotten Tomatoes, es así de buena. Lo que la diferencia de otras series es que es intensa, que hay un montón de debates filosóficos y que cada uno de sus episodios es como un mandamiento que tenemos que seguir. Cada temporada nos llevó a un punto más alto, más complejo, más tenso y cuando acaba, en su momento más glorioso, nos rompe porque obviamente, podrían haber seguido con cinco o seis temporadas más en declive pero prefirieron poner el punto final en el instante en el que estaban en su mejor momento. Las actuaciones son fabulosas, sobre todo Edward James Olmos, que para mí era un nombre conocido pero poco más y que en esta serie aprendí a respetarlo y adorarlo como se merece.

Es una rara conjunción de guiones excelentes, actores fabulosos y un resultado fantástico, toda una oda al género de la ciencia ficción bien llevada y hecha con amor. Me he prohibido volver a verla hasta al menos el año 2024, cuando se cumplan veinte años de su estreno, porque tengo claro que si veo los tres primeros minutos del episodio piloto, ya no podré parar de verla.