Inés escribe sobre Sulaco


No me canso de repetir que el gran Dios de las búsquedas reparte caprichosamente a sus súbditos en este océano que llamamos la Red. A mí me llegan muchos indeseados y unos pocos bastante agradecidos. Entre estos últimos se encuentra Inés, quien apareció no hace mucho por estas tierras y parece que ha decidido quedarse un tiempo. Sobre Inés diré que sus comentarios son siempre bastante extensos, razón por la cual le he sugerido que comience su propia bitácora en la que narre sus experiencias, sus locuras, paranoias o como queráis llamarlas.

Esta casa llamada Distorsiones lleva años expandiéndose lentamente, encontrando espíritus afines que se sienten cómodos en esta balsa de irrealidad y cinismo.

Agradezco a Inés su valentía al escribir este texto que me ha regalado. Es para mi un honor y un privilegio engalanar esta página con las palabras de Inés sobre sulaco, que sí tiene quien le escriba

Conozco «Distorsiones» desde hace unos pocos meses. Caí en él por pura casualidad: buscando en Google un término del aborrecido reggaetón para ganar una apuesta, apareció una crónica sobre los terroríficos vídeos con los que nos castiga tele5. Me pareció increíble que alguien se hubiese molestado en despellejar uno por uno los vídeos de marras, algo que creía que sólo hacía yo con los colegas de fuera de Canarias. Entré en el blog.

Estuve leyendo una hora o más, saltando de un día a otro. Recomendé a amigos y parientes que le echasen un ojo. Lo miro todas las semanas desde entonces. Y desde hace poco, participo en algún «debate» que otro. En resumen, soy una «fan» de Distorsiones. Comparto la fascinación/repulsión por los terroríficos vídeos cutres de la tele, me gustan las mismas pelis, y como además también estoy en Canarias (que no K-narias), muchos de los lugares y expresiones me son familiares.

El porqué del enganche instantáneo es que para mí hay una cierta familiaridad en el sentido del humor y la mala leche que resuman las crónicas. Tras barruntar un poco, caí en que me recuerdan muchísimo a mi hermano, que por desgracia no tiene un blog en el que escribir sus ideas porque es un novato en lo de Internet; pero al igual que tú, se ha ido a vivir lejos de la familia (primero a Londres y ahora a la Península); también tiene esa facilidad para cabrear instantáneamente a cierto(s) sector(es) de la sociedad; «distorsiona» hechos y detalles que otros pasan por alto o no se molestan en comentar; escribe con el mismo cinismo y los mismos puntos de vista sorprendentes, y sobre todo, no sé qué hacen trabajando en lo que están trabajando, cuando deberían dedicarse a escribir columnas en periódicos o algo similar. Quizá por la pasta, claro…

En fin, que esto, entre otras cosas, es lo que se me pasa por la mente cuando leo distorsiones. También pienso que ojalá toda la gente que conozco y que vive lejos de mí tuviese la misma iniciativa, porque leer «Distorsiones» es lo más parecido a tomarse un café con un colega y charlar de paridas de todo tipo, algunas más trascendentes y otras más banales, pero en general pasar
el rato compartiendo ideas que no puedes decir más que en esas circunstancias.

Por supuesto no siempre estoy de acuerdo con lo que escribes, y en ocasiones me pareces un punto demasiado agresivo, pero bueno, éste es tu espacio y lógicamente escribes lo que te sale. Que, por otra parte, es lo que hace que muchos sigamos leyendo, claro. Así que hala, como no quiero caer en lo cursi, solo añadiré que me lo paso muy bien leyendo este blog, que lo seguiré leyendo y que espero que sigas escribiendo en él, al menos otros cinco años.

En particular me parece acertadísimo el título. Gracias por las crónicas desde Holanda y que cumplas muchos más.

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4 respuestas a “Inés escribe sobre Sulaco”

  1. Yo también soy los que han aterrizado aquí hace poco. No recuerdo ni cómo fue que llegué a caer aquí, pero así fue y agradezco a los dioses su acierto.
    Comparto plenamente todo cuanto Inés dice sobre Distorsiones. El don de la palabra es una de las numerosas gracias que no ha querido darme el cielo y, por ello no digo todas esas cosas por mi mismo sino que me contento con adherirme a su sabia opinión.
    Un saludo.