La última visita a Gran Canaria y sus cosillas


Hace mañana una semana que regresé de GRAN CANARIA, después de pasar una semana por allí en la que básicamente tomé el sol, me bañé en el océano Atlántico e hice poco más. Hay una gran tradición de resumir esas visitas en el mejor blog sin premios en castellano y no la vamos a traicionar así que aprovecho y pongo algunas cosillas por aquí. Lo mejor es darle el disgusto pronto al comentraista oficial y confirmar que no hay vídeos del despegue y aterrizaje. Fui en vuelo de Ryanair desde Eindhoven a Gran Canaria y como soy pobre y no pago por tener asiento fijo o la cosa esa que ellos llaman prioridad, me asignaron en la ida el asiento del medio y en la vuelta uno de pasillo, con lo que en ninguno de los trayectos pude hacer vídeo. ¡Ajolá y fuese rico y compraría el asiento de ventana! pero los mamones, en los vuelos a Gran Canaria los cobran a precio de mamada pero de putón de lujo, no de los verbeneros que siempre son más económicos.

Esta fue una visita como muy de incógnito y en realidad solo quedé con un muy selecto grupo de gente. Quería sobar hasta quedarme a cuerpo entero como el culocoche de algunos/as, planito, planito y quería pegarme a la arena de la playa como ladilla a güevo y tomar sol hasta brillar como una supernova. Lo conseguí. La única indulgencia en este viaje fue una sesión de buceo, claro, al ser uno de los grandes expertos africanos en los pecios japoneses de la Segunda Guerra Mundial, tengo que mantener mi certificación al día.

Platanera con su mano de plátanos

Entre las cosillas a comentar, decir que a mi madre con la edad le ha dado por convertirse en terrateniente platanera y allí donde Genín y otros cultivan florecillas, a ella le crecen unas plataneras que dan unas manos de plátanos que no veas y si no, al ejemplo me remito.

Neptuno pachangueando en Melenara

Uno de los tres días que quedé para cenar estuve en la playa de Melenara, a la que en cualquier caso fui todos los días pero caminando o corriendo, que uno no deja sus ejercicios físicos por unas vacaciones y por allí la estatua del rey Neptuno que languidecía y moría en vida parece que la han restaurado. El año pasado el pobre neptuno era manco y ya no tenía tridente y este año parece que gracias al turismo la cosa le ha ido mucho mejor y ya casi que parece un Dios normal.

Tremendo robo cristiano

El miércoles, el día antes de regresar, fui a cierta cadena de hipermercados para comprar toda la pitanza que me traigo a Holanda, que yo voy con la mochila vacía y la traigo petada hasta la cremallera y aproveché y me compré noventa gramos de gominolas para el avión. ¡Esto es un atraco! En los Países Bajos, el precio de las gominolas, las mismas, por cien gramos es de setenta y cinco céntimos y en el hipermercado me levantaban UN LEURO Y VEINTICINCO CÉNTIMOS por cien gramos. Casi que levanté las manos cuando pagué en la caja porque aquello era un atraco pero después me acordé que al no tener empleados sino que son las cajas esas en las que tú haces de cajera, si levanto las manos no salgo de allí en mi puta vida y eso no era plan. No me extraña que en España haya tanta hambre y miseria si ni las gominolas tienen un precio asequible.

Vuelo de Ryanair petado

Por último pero no el último punto, cuando estábamos embarcando para regresar hicieron lo de siempre, llenar la pasarela al avión con los pasajeros esperando que llegue la tripulación para así acelerar la cosa. Yo me quedé justo al lado del ordenador en el que están los detalles e hice la foto anterior. Primero señalar lo avanzado que es el software que usan, es como del futuro, todavía como en MS-DOS que yo creía que desapareció del universo hace décadas. Segundo, Ryanair consigue venderlo casi todo y el avión en teoría solo debía llevar dos asientos libres. En la imagen hay unos números mágicos que demuestran que cinco personas no facturaron y que metieron a cuatro de estos que van con billete por la jeta y quedaron nada más que tres asientos libres que estaban en mi zona. Increíble como consiguen venderlo todo con dos vuelos a la semana desde Eindhoven a Gran Canaria.

La aventura de buceo que hice fue para ir a la Catedral y al Roque Ceniciento, ambos por detrás de la Isleta y cerca del Puerto de las Palmas de Gran Canaria o eso que en la Isleta llamábamos el Muelle grande. Éramos tres buceadores más el profesional y llegamos al lugar en barca. El documento que viene a continuación es como flipante a la par que didáctico y prueba de manera irrefutable que truscoluña no es nación. Son varios segmentos pegados. Comenzamos con un poquito en el barco, que en el vídeo hasta parece una falúa de lujo como aquellas de putrefacción en Miami, serie épica que si ahora te molestar en ver un episodio, te da vergüenza ajena. Después tenemos varios segmentos en la Catedral, con espacios enormes, como cuevas abiertas en las que entra la luz y un MONTÓN de peces. Hay incluso un autorretrato o eso que ahora los más fiznos llaman un selfi. En realidad hay dos. Tendréis que mamaros el vídeo para encontrarlos. El último segmento es en el Roque Ceniciento y se puede ver en un túnel por el que pasamos a una raya o al menos yo en mi ignorancia creo que es una raya bien grande. Aunque el vídeo dura casi cinco minutos la canción con la que lo amenizo se titula 4 minutes (traducción literal = truscoluña no es nación) y es una de Madonna, aquí en versión puticlub con Justin Timberlake y Timbaland. El vídeo, si no aparece por debajo del texto, está aquí:


8 respuestas a “La última visita a Gran Canaria y sus cosillas”

  1. Serà por el cava que me acabo de tomar pero he flipado con el vídeo !
    Dan ganas de sumergirse
    Llama a la atención la cabellera del piloto y las uñas rojas de la presunta buceadora rubia fotógrafa !

  2. Que envidia, creo que esa inmersión no la he hecho. A ver si un día de estos me vuelvo a poner al día con el submarinismo y nos echamos una inmersión.

  3. Evelyne, el de la melena era el que bajó con nosotros y el capitán era otro que en ese momento no capitaneaba. Lo más flipante del de la melena, si te fijas en los vídeos, es que llevaba unas playeras o eso que vosotros los godos llamáis zapatillas deportivas y se ponía las aletas sobre ellas. Se puede ver bajo el agua que hay uno con unas especie de mega-aletas. La pava era teutona residente en Luxemburgo.

    Luis … bla … bla … bla saca las cosas del armario y hazte el obligatorio curso de refresco.

    Montse, todos son diferentes. En Gran Canaria, el Cabrón me alucinó por las nubes de peces, Sardina del Norte me gustó porque es como mirar una pradera pero debajo del agua y la Catedral es espectacular y además hay un montón de peces, algo que no me esperaba. Me llama la atención la total ausencia de coral.

  4. Me inclino ante tu señora madre, aquí las heladas las joden, aunque vuelven a crecer.
    Aquí, los godos, también las llamamos playeras o…¿Será un recuerdo venezolano? Tengo una ensalada mental de lo que almaceno inconscientemente de todos los países en que viví…
    Está claro que en otra vida, si existiera, te reencarnarías en besugo, o…en tiburón!!! jajaja 🙂
    Salud