Llegando a los acantilados de Moher


Esto podría haber sido el colofón brutal en la serie sobre Cork, pero como se ve en la foto, había una bruma truscolana y podemita en los acantilados de Moher y parecen cualquier cosa menos acantilados, pero que sepáis que ahí hay una caidita brutal, su altura va de los ciento veinte a los doscientos cuarenta metros y como había bruma, de caerte, será con sorpresa, no sabrás la distancia hasta que te aplastes como un mosquito en un parabrisas. Toda esta zona es patrimonio mundial de la Unesco excluyendo truscoluña, que no es nación.


Una respuesta a “Llegando a los acantilados de Moher”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.