Para poder mostrar el interior del submarino alemán U-534 hicieron varios cortes verticales y pusieron unos cristales (o plásticos gordos) y eso permite ver el interior del submarino. Aquí, en esta última imagen, vemos esos cortes, que en la foto aparecen tres, uno por delante, y los dos que están a la izquierda. De nuevo, lo que más me llamó la atención es lo pequeño que era, sobre todo la parte habitable, que el submarino era más largo, pero tanto por delante como por detrás, a partir de cierto punto solo había maquinas y supongo que los tubos para los torpedos.
La emoción de ver estos vídeos alucinantes, asombrosos y espaventosos no tiene límites y yo es que vivo viviendo conmigo esperando los días en los que podemos ver y más cuando son de los del Zoo de los Tiburones tigre, que son lo más de lo más y definitivamente, unos de mis animales favoritos y es una lástima que además de entrenarlos para que coman rusos, alguien no haga lo mismo con truscolanes y podemitas y esos animales harían un gran favor a la humanidad e incluso al mundo y al universo. Hoy llegamos al segundo vídeo de tres y claro, algo así hay que celebrarlo con la canción Gladiator Suite: Part 2 con música de la banda sonora de la película Gladiator (El gladiador), un pedazo de peliculón cuya música compuso Hans Zimmer.
Comenzamos en donde nos habíamos quedado, se acabó la comida pero los tiburones no están muy convencidos y cuando van allí, después se acercan y nos miran con gula, como pensando en el derroche de carne que tienen enfrente suyo. Los vemos a cámara lenta para disfrutar más con esas preciosidades que no dejan de dar vueltas desilusionadas porque las tapas ya se terminaron y tienen que esperar media hora hasta que llegue el siguiente grupo y aparezca más comida. Atentos al momentazo sobre el minuto y medio en el que uno pasa cerca y la música se rechifla toda y se pone como que nos atacan y cuando se va ese llega otro y cuando se va ese el primero ha dado la vuelta y regresa. Todos esos días yo tenía varias heridas en los pies que sangraban y antes de ir allí les ponía unos esparadrapos que son como de hormigón y que al quitármelos, me depilaban, pero al menos no olían la sangre. Al loro en el tercer minuto, esa escena es de peli de terror truscolana y podemita con independencia y huida en portabultos incluida.
Fui a ver cinco películas al Cine y por aquí comenté cuatro, comenzando con la basura de El exorcista: Creyente – The Exorcist: Believer, seguimos con la mielda de Los dos amores de mi vida – One True Loves, disfrutamos con la fabulosa Vidas pasadas – Past Lives y regresamos a las cloacas con la puta mielda del copón de Medusa Deluxe. Tengo tres pelis en la reserva y rezaré para que haya algún estreno, que esta es semana de vacaciones de otoño y vamos, el cine es un erial con el concierto de una pelandusca chupando pantallas de cine.
La comida que salió de la cocina de mi keli fue:
Empanadillas de queso de cabra y arándanos azulesTikka masala de berenjenasPollo con beicon y puerroMagdalenas del carajo, mi recetaYogurt griego
MantecadosBocadillo de Pulled PorkMagdalenas de arándanos azulesGarbanzadaTostadas francesasChili con calabaza y carneChurrosPannenkoekenRollitos de calabacín con jamón y quesoTartas de mantequilla canadienses
Reconozco que la única razón por la que fui a ver esta película es que caía perfectamente entre otras dos que me interesaban más, que de no haber sido por eso, probablemente la habría evitado y si hubiese leído la frase esa que está en el poster, no habría ni ido al cine a ver las otras si no podía montar una sesión, que aquí se juntan cosas que no me interesan o no me gustan. Por desgracia, yo era uno de los seis espectadores de la sesión, que ya comenzó con malos augurios cuando la película anterior tuvo algún problema y se retrasó y comenzó con treinta minutos de retraso. Se titula Medusa Deluxe y rezaré con pavor para que jamás se estrene en España, ni siquiera con el título de truscoluña no es nación.
Un puñado de julays julandrones y pencas viejas y jóvenes, esnifan laca que no veas.
Esto va de una competición de peinados de peluqueros requetequete-julandrones y de como uno aparece asesinado y escalpado y allí todas las reinonas están pero que traumatizadas, con la supuesta pasma investigando el crimen y todo el mundo en el lugar criticando y culpando, que algunos tenían lenguas viperinas totales.
Si yo llego a saber que el director hizo una peli de plano único, yo no voy que la última vez que vi una de esas, la odié. Para aquellos menos dotados, durante los ciento un minutos que dura, estamos siempre en el mismo plano, con lo que cuando la cámara deja de seguir al chamo que está siguiendo y sigue a otro, no sabemos más del primero hasta que se vuelven a cruzar. Esa técnica es una puta mielda del copón y además, es que se nota que cortaban a diestro y siniestro, que no somos tontos. El estilo visual tampoco ayuda a crear tensión o a desarrollar la historia porque básicamente no tenemos protagonistas, la cámara se pasa un rato con uno, después con otro, otra, otros y vamos dando tumbos por ese edificio escuchando estúpidas conversaciones, viendo pelaos chunguísimos y bueno, hay una de las peluqueras que es agresiva y violentea que dan ganas de tirarla en el medio del océano y que se la coman o la sufran las sirenas. Al marido del asesinado, a ese yo lo entregaba a los pakistaníes para que hagan con él lo que quieran, que puta mielda de actuación, pasado un cuatro mil por ciento, haciendo de locaza pero que mal, mal y mal. Al moro terrorista que supuestamente era el securata, a ese le deseo todo lo peor, siempre y bueno, al director y también guionisa de este pallufo, a ese es que espero que le prohiban la entrada en la Unión Europeda para los restos, que lo sufran los brexitianos. En los primeros tres cuartos de hora de película me quedé solo en la sala, los otros cinco cobardes salieron por patas y me dejaron allí mamándome el pallufo y yo cagándome en la puta que parió al director y en las que jiñaron a los supuestos actores, que aquí el adjetivo es importante porque todos esos son supuestos, no hay ni uno que valga. Al final pasa algo incomprensible, como si hubiera transcurrido un tiempo, pese a que estamos siguiendo a uno de los julandrones y nos topamos con un numerito musical que es como un homenaje al muerto o algo así y con prácticamente todos en pantalla. Desde el momento en el que la pantalla se puso en negro hasta que yo abandoné la sala pasaron milisegundos, corrí como alma endemoniada maldiciendo al puto cine de autor.
Jamás irá un miembro del Clan de los Orcos a ver algo así y hasta los sub-intelectuales con GafaPasta lamentarán no haber llevado con ellos una garrafa de gasolina y un mechero para cortar por lo sano. Una puta mielda del copón.
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