En la plantación de té BOH que hay en Cameron Highlands me tropecé con un bodorrio y no pude resistirme a hacerles una foto. La pareja se estaba haciendo fotos dentro de la cafetería de la plantación, en un entorno que a mí me parece horroroso, sobre todo si sabemos que alrededor hay un paisaje increíble y solo hay que salir afuera o a la terraza de la cafetería para verlo. Ambos iban vestidos de blanco y ella tenía una cara de viciosa que nos ponía a todos un montón. Como yo soy super simple y sencillo y siempre veo el lado retorcido de las cosas, mientras las chicas que estaban en el grupo con el que visité el sitio hablaban de lo precioso del traje, de lo guapo del novio, de la tiara y el peinado, yo comentaba que a esa me la imaginaba en un gang bang con los cuatro que estábamos allí mientras ella nos chupaba los rabos a todos y se atragantaba de puro gusto y con un gran final en el que la rociábamos con el jugo de la vida mientras el novio lloraba en un rincón vestidito de blanco esperando que algún cuervo de la secta romana le de la Primera o la Segunda Comunión.
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Oude Haven en el club de las 500
Hoy justo se cumplen cinco años de la firma del contrato de compra de mi casa y un día como hoy cinco años atrás fue mi última noche en Hilversum, en el apartamento que fue mi casa durante cinco años y que estaba justo al lado del Oude Haven, el viejo puerto y canal que llegaba a la ciudad y que tras una extensa renovación se convirtió en una preciosa zona para pasear. Esta foto la vimos por primera vez en junio del 2005 y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Endogamia
Uno de los grandes placeres que tienen las bitácoras es la licencia para mirarte el ombligo que recibes cuando creas una. El mío es grande y hermoso y pese al paso de los años no me canso de mirarlo. En el pasado miraba también otros ombligos y los comparaba con el mío y hasta nos cruzábamos enlaces que demostraban que nuestros ombligos estaban en cierta forma relacionados. Ahora cada vez me centro más en el mío e ignoro los demás.
La razón está en la falta de originalidad que hay por ahí afuera. Solo tenemos que retroceder cinco años en el tiempo y la blogosfera bullía en creatividad. Las bitácoras eran lugares fantásticos, con historias asombrosas, dramas épicos y polémicas en las que la sangre llegaba al río y los egos elefantiasicos chocaban y generaban tanta energía como una estrella supernova. En esa época la prensa hablaba una y otra vez de las bitácoras, de como eran lo más de lo más y de su importancia y alguno con trescientas visitas al día se creía un Dios. Los números uno de ese firmamento eran los de microsiervos y fue allí mismo donde comenzó el declive cuando una mañana comenzaron a copiar+pegar y reenviar la basura que encontraban y que como mucho traducían al español. En seguida se pusieron en marcha las fotocopiadoras, todos esos guanabi que miran y copian cual chinos y apareció algo de lo que nunca habíamos oído hablar en la blogosfera: el ruido. La copia no aporta contenido y genera ruido. Mientras el nivel de ruido era bajo podías seguir encontrando cosas y reemplazando las bitácoras que terminaban su ciclo con otras nuevas. El problema fue que ese ruido fue en aumento y aquello que conocíamos como la blogosfera se transformó en la bobosfera actual, con noventa y cinco partes de ruido y cinco partes de creación genuina. El ruido es tan grande que escondió los lugares realmente interesantes y que merece la pena leer. Ya no hay conversaciones, ni batallas ni saltos conceptuales. Ahora tenemos los trend topics, las tendencias que marcan un puñado de popes que conforman el sanedrín de la bobosfera y que siguen ciegamente un montón de supuestos blogueros a los que les sienta mejor el adjetivo de comemierda. En estos cinco años vivimos el auge y la caída de Second Life, otra de esas burbujas que la prensa seria, a falta de rigor, amplificó hasta niveles tan grandes que terminó por explotar. Después pasamos por MySpace, básicamente un entorno publicitario enmascarado como otra cosa que no se puede definir y desde allí llegó el gran salto al Caraculolibro y al tuiterota, las dos últimas modas y que al menos han servido para limpiar el patio y permitir que desaparezcan muchos de los que no aportaban nada.
Aunque no hay mal que por bien no venga y las nuevas redes sociales han aligerado la bobosfera de gran parte de la escoria que la poblaba, los que funcionan como repetidores y nos bombardean una y otra vez con la misma información sin aportar nada siguen siendo legión y en este mar de información, encontrar las joyas que merece la pena leer es más difícil que dar con una aguja en un pajar.
Por eso, por gandulismo y porque me apetece mirar otros ombligos espero que esta absurda disertación sirva para que alguien deje en los comentarios constancia de las joyas que ha ido encontrando mientras avanza por este valle de egos y así expandir mi blogosfera con cosas que merezca la pena leer en español, ya que a este ritmo me temo que en tres años me quedan cinco bitácoras en español y el resto serán las fuentes en inglés de las que copian los demás.
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Orcas horrorosas en el club de las 500
El AGP es el espectáculo más colorido que se celebra en los Países Bajos. Sucede cada año al final del mes de julio y atrae cientos de miles de visitantes a la ciudad de Amsterdam. Aprovechando los canales, la cabalgata transcurre en el agua y resulta más fácil fotografiar a los participantes. En agosto del año 2007 vimos por primera vez a estas Princesas de Mordor y hoy les damos la bienvenida al Club de las 500.